La cadena de restauración, que ya cuenta con 58 locales repartidos por toda España, planea abrir 10 establecimientos más en nuestra autonomía durante los próximos dos años
VALÈNCIA. Pizzas de buena calidad a un precio asequible que llegan a casa con un servicio eficiente. Un partido que muchos disputan, pero en el que pocos anotan. Corría el año 2009 y la economía se encontraba en plena crisis, cuando abrió el primer establecimiento de Pizzerías Carlos en la localidad madrileña de Alcobendas. La empresa llegaba dispuesta a competir con gigantes del sector y hacer del mal momento una oportunidad de futuro. Pues bien, lo ha conseguido. Hoy, cuenta con 58 locales repartidos por toda España, 23 de ellos propios, y alrededor de 1.500 empleados. Han pasado de los 20.000 pedidos a los 2 millones anuales. El servicio a domicilio supone el 60% de su actividad, reforzado por la pandemia del Covid-19, pero cuidan al detalle la experiencia de recogida y consumo en el restaurante.
La firma ya cuenta con dos restaurantes en la Comunitat: uno en Valencia (Avenida Primado Reig, 79) y otro en Elche (Pere Joan Perpinyà, 118). No obstante, ha diseñado un plan de expansión, donde la autonomía constituye uno de los territorios estratégicos, con más de 10 aperturas, que se irán dando durante los próximos dos años -quieren llegar a 100 en toda España-. “Es uno de los mercados con mayores posibilidades de crecimiento del país para modelos de restauración como el nuestro”, considera Francesc Ros Guilera, socio fundador y director general de Pizzerías Carlos. Se basa en cifras: desde que se inició la pandemia, han registrado un crecimiento medio del 40% en el servicio de delivery de la región, por encima del alza del 30% a nivel nacional. A continuación, hablamos con el empresario detrás de la firma, que prevé cerrar este año superando los 31 millones de euros facturados en 2019.
- Más allá de los datos recopilados durante la época de confinamiento, ¿a qué responde una apuesta tan fuerte por un territorio como la Comunitat?
- Creemos que es un lugar privilegiado en muchos aspectos; en el económico, también. En nuestros inicios nos centramos sobre todo en Madrid, poco a poco entramos en Andalucía y, posteriormente, en Cataluña. Ahora estamos apostando por territorios nacionales muy diferentes, y Valencia, Alicante y Castellón tienen un interés singular. Tanto por su alto potencial para un modelo de negocio como el nuestro, como por el buen clima del que disfrutan, que siempre es un aliado cuando hablamos del sector de la restauración
- ¿Cuáles son las ciudades y los emplazamientos que más os interesan?
- Priorizamos los municipios y áreas metropolitanas de más de 50.000 habitantes. Las tres provincias son muy importantes en nuestra expansión. Ya estamos presentes en la ciudad de Valencia y en la provincia de Alicante, con un restaurante en Elche. Esperamos continuar nuestro desarrollo y confíamos en abrir muy pronto en Castellón.
- Aunque Pizzerías Carlos nace en Alcobendas (Madrid), los dos socios del proyecto -Francesc Ros y Xavier Crespo- provenís de Barcelona. ¿Cómo se fragua la idea?
- El hecho de que abriéramos el primer restaurante en Madrid fue algo completamente circunstancial, la verdad. En aquel momento residíamos en la ciudad y queríamos estar muy involucrados en el proyecto. Evidentemente, la elección de Alcobendas también respondía a un criterio de mercado: es una localidad que reúne unos requisitos poblacionales y de consumo que sabíamos que encajaban muy bien con nuestro modelo de negocio.
- Habéis conocido de cerca otras cadenas de pizzerías, ¿cuál ha sido el aprendizaje?
- Hemos crecido profesionalmente en Telepizza, que es uno de los grandes referentes a nivel mundial del sector de la pizza a domicilio. Estamos muy orgullosos de esa etapa. Fueron cerca de 20 años de aprendizaje que nos permitieron, además, contribuir a su crecimiento y éxito. Esa experiencia nos ha permitido complementar el conocimiento académico y poder llegar hasta donde hemos llegado con lo que, inicialmente, era un pequeño proyecto.
- En poco más de una década, contáis con 58 locales en toda España (23 propios) y más de 1.500 empleados, ¿a qué se debe este crecimiento tan exponencial?
- Siempre nos hemos basado en un crecimiento ordenado y coherente con la evolución del mercado en general. No hemos tratado de abarcar mas de lo que podíamos. El éxito de los restaurantes y la fidelidad de nuestros clientes es lo que verdaderamente nos ha ayudado en este proceso, sin olvidarnos de nuestros franquiciados, que han confiado en el proyecto.
- ¿Se puede llegar a todo el territorio nacional sin ceder en la calidad de la oferta?
- Por supuesto, es algo de lo que estamos convencidos desde el primer local. Cuando desarrollamos el modelo de negocio, tanto a nivel de producto como de imagen, ya lo hicimos pensando en que pudiera ser replicable en toda España. Adicionalmente, contamos con profesionales de primer nivel que garantizan la gestión operativa y el soporte necesario a todos los establecimientos, con independencia de donde estén localizados.
- Seguís siendo una cadena pero, en 2012, sumáis el modelo de franquicia, ¿por qué?
- El modelo de franquicia estaba dentro de nuestros planes desde el principio, pero la realidad es que se desencadenó porque un ex compañero mostró interés en incorporarse al proyecto. Decidimos dar el salto y reforzar la estructura organizativa de la empresa a fin de ofrecerle el soporte necesario. Actualmente, hay 35 restaurantes franquiciados por toda España, a los que se les presta servicio desde la central con un nivel que, como mínimo, cumple lo misma estándares de calidad que en el caso de los locales propios.
"Con una inversión retornable en cuatro años, los franquiciados de Pizzerías Carlos obtienen rentabilidades del 15%"
- ¿Cuál es la rentabilidad que ofrece vuestro modelo de franquicia?
- Al franquiciado le proporcionamos todo el soporte necesario para que su proyecto se desarrolle con éxito y consiga buenos resultados. No le pedimos que acredite ninguna experiencia profesional previa en el sector, porque contamos con un departamento de formación que se encarga de trasladarles todo nuestro know-how, desde la parte operativa hasta el control de costes y análisis. Con una inversión retornable en cuatro años, calculamos que los franquiciados de Pizzerías Carlos obtienen rentabilidades del 15%.
- ¿De cuál de las dos estructuras esperáis mejores resultados en un futuro próximo?
- Seguimos apostando por los dos modelos, ambos son complementarios y precisan el uno del otro. Nuestro plan de expansión necesita del respaldo de nuestros socios/franquiciados y ellos, a su vez, se benefician de que sigamos abriendo tiendas propias.
- La explosión del delivery y el take away, que ya se perfilaban como fuertes líneas de negocio antes de la pandemia, ¿os ha beneficiado o atraído más competencia?
- Ha habido un incremento muy importante en la demanda de este servicio, porque es la única alternativa de consumo en algunos momentos de restricciones y una fórmula útil para muchos consumidores, que son reticentes a acudir a los locales, pero quieren seguir disfrutando de la restauración. Como es lógico, muchos negocios han dado el salto al delivery como una vía de ingresos adicional, pero nosotros contábamos con la ventaja de ser ya profesionales en este campo, con una estructura muy consolidada y la experiencia suficiente para atender en términos de calidad y eficacia. Este crecimiento que ha experimentado el servicio a domicilio ha llegado para quedarse. La competencia es buena y necesaria para cualquier negocio, te ayuda a no bajar la guardia y a mantener vivos tus estándares.
"El crecimiento del servicio a domicilio ha llegado para quedarse. La competencia es buena, te ayuda a no bajar la guardia"
-Contáis con vuestros propios repartidores, ¿os desmarcáis de plataformas?
- Este año hemos empezado a colaborar con diferentes plataformas que tienen una amplia oferta de restauración. Considerábamos que debíamos estar, es un canal más de comunicación con nuestros clientes. Sin embargo, el envío se sigue realizando con nuestro propio personal para controlar de principio a fin el servicio que ofrecemos. Nuestro equipo cuenta con formación específica tanto para manipular el producto, como para realizar las entregas, conforme a nuestros protocolos de seguridad.
- ¿En qué consiste la política de precios cerrados 'de principio a fin'?
- En Pizzerías Carlos, antes de pedir cualquier producto, sabes exactamente lo que te va a costar, independientemente de lo que elijas. No hay costes añadidos por suplementos o ingredientes fuera de precio; de ahí las palabras 'de principio a fin', nadie se lleva sorpresas. Creemos que la claridad es fundamental para transmitir confianza al consumidor.
- Decís que la recogida en local, así como el consumo, es el 40% de vuestro negocio. ¿Tiene sentido, en formatos de pizzería como el vuestro, mantener el restaurante?
- Absolutamente. En nuestro caso somos restaurante-pizzería, mientras que otras cadenas de la competencia son solo pizzería con servicio a domicilio. Precisamente, es uno de los aspectos que nos diferencian. Es cierto que, si bien en 2019 los ingresos por el consumo en restaurante representaron el 40% del negocio, con las restricciones de la pandemia este año se han reducido al 15%, trasladándose el resto de la actividad al delivery. No obstante, confiamos en que una vez superada esta coyuntura, volvamos a retomar esas cifras.
- En 2015 inaugurasteis vuestro propio obrador para controlar la elaboración de la masa, que antes se fabricaba fuera. ¿El cliente es consciente de este tipo de detalles?
- Queremos controlar el proceso por un tema simplemente operativo y de gestión. No es tan importante con qué maquinaria se fabrica, sino la receta con la que se elaboran las masas. Esto es algo clave, pero en nuestros inicios no podíamos hacer la inversión necesaria para un obrador propio y teníamos un acuerdo en exclusiva con una panificadora, de total confianza, que fabricaba la masa a partir de nuestra fórmula, que es totalmente personal. Cuando abrimos el obrador, el consumidor no notó ningún cambio en aquel momento. Es como repartir la pizza en una moto de una marca o de otra. ¡Lo importante es la pizza, no la máquina! Pero al final es algo significativo, que redunda en la calidad del servicio.
- ¿Y de qué manera evaluáis el grado de satisfacción?
- Dentro de nuestra organización contamos con un departamento de Atención al Cliente que está constantemente pendiente de las necesidades y sugerencias a través de diferentes canales: teléfono, email, redes sociales, página web… Sabemos que escuchar a nuestros consumidores, más que una obligación, es la mejor manera de ir creciendo y adaptándonos a lo que se demanda en cada momento. Al final, nosotros ofrecemos un producto y servicio de calidad a un precio competitivo; son los factores que nos distinguen. Con la particularidad de que tanto las familias como el público más joven encuentran la experiencia que demandan.