VALÈNCIA. El Ayuntamiento de València busca alcanzar un acuerdo con el Valencia CF sobre el plan urbanístico del Nou Mestalla antes del 3 de agosto quiere imponer condiciones al club che para que acabe el nuevo coliseo en la avenida Cortes Valencianas.
El motivo no es otro que la suspensión de licencias que rige ahora mismo sobre gran parte del plan afectado por la actuación: el suelo terciario y el residencial que el club quiere explotar para obtener financiación. Y es que, ahora mismo, y desde que la Generalitat Valenciana decidió decretar la caducidad de la ATE del Mestalla, están vetadas las licencias de obra en estos suelos. No así en la parcela del nuevo estadio, para el que la licencia podría concederse ya mismo.
¿Qué implica esto? La suspensión de licencias impide al club o a un futuro comprador del suelo comercial y residencial desarrollar ningún proyecto en estas parcelas. Un veto que durará un año desde que se suspendió la ATE y cuya vigencia finaliza el próximo 3 de agosto. A partir de entonces, las licencias volverían a estar permitidas.
Es un aspecto difícil de pasar por alto teniendo en cuenta que la concejalía de Urbanismo, que dirige Sandra Gómez, busca imponer requisitos y plazos al club para la explotación de esos terrenos, previstos para locales comerciales y construcción de viviendas de obra nueva. Un suculento negocio para el club u otros promotores tanto en el sector de Cortes Valencianas como en la avenida de Aragón que el Ayuntamiento quiere condicionar a la finalización del Nou Mestalla.
Más concretamente, la negociación que sigue entre el Ayuntamiento y la dirección del club valencianista para la configuración de un nuevo convenio, el departamento de Gómez busca dificultar la explotación de los mencionados terrenos hasta que el club no supere determinados hitos y plazos en cuanto a la construcción del nuevo estadio y otras obligaciones del Valencia CF como el futuro polideportivo de Benicalap -que el club ha de pagar-.
Pero sobre todo esto no hay acuerdo. Y si este llegara antes del 3 de agosto, no habría problema para la administración: se tramitarían los cambios urbanísticos acordados y, una vez aprobados, el club podría acceder a los permmisos con las condiciones del Ayuntamiento ya en vigor. Pero si llegado el momento -agosto de 2023-, no hay pacto, la suspensión de licencias decaería y el Valencia CF podría explotar sus terrenos comerciales y residenciales sin los requisitos que la administración le quiere imponer.
Es una circunstancia que reconocen en el departamento de Urbanismo y que la propia edil del ramo y vicealcaldesa de València, Sandra Gómez, admitió esta semana al llegar a exponer el especial interés del consistorio en alcanzar un acuerdo lo más pronto posible Un reconocimiento pronunciado por Gómez en la rueda de prensa después de que la presidenta del VCF, Layhoon Chan, acusara al Ayuntamiento de querer retrasar las negociaciones y los tiempos.
Así, Gómez expuso que el Ayuntamiento remitió al club el pasado 16 de noviembre un borrador del convenio para que sus servicios jurídicos dieran el visto bueno pero que, desde entonces, el consistorio no ha obtenido respuesta. Y con ello, quiso evidenciar que es el club el que está demorando las fechas y lo achacó a que a la dirección del Valencia CF "no gustan" las condiciones que quiere fijar el Ayuntamiento.
Concretamente, el Ayuntamiento quiere condicionar el visto bueno al plan urbanístico residencial y comercial en las parcelas del antiguo Mestalla a que el club haya obtenido las licencias para reactivar las obras del nuevo estadio. Sin licencia, no habría plan urbanístico, y sin él, la venta y explotación de las parcelas del antiguo estadio será muy complicada para el Valencia CF.
Pero se quiere ir más allá e impeedir al propietario explotar las viviendas que se construyan hasta que "las obras de construcción del nuevo estadio hayan finalizado y este se encuentre en condiciones de ser puesto en funcionamiento". Además de querer vetar la explotación de los terrenos comerciales de la avenida Cortes Valencianas hasta que el club pague el coste del futuro polideportivo de Benicalap.
Con todo, el club se mostró esta semana predispuesto a colaborar tras reunirse con el alcalde de la ciudad, Joan Ribó. En esa línea, Solís indicó que no se ha fijado un plazo, que desde el club serán "súper ágiles" y enviarán sus "comentarios" sobre el texto del convenio propuessto "no en más de una o dos semanas". "Nosotros estamos deseosos de poder entrar en ese debate para pulir los detalles", aseguró, pero reclamó más adelante al Ayuntamiento "concretar" determinados aspectos".