VALÈNCIA. El secretario general de Podemos en la Comunitat, Antonio Montiel, lo avisaba este martes en declaraciones a Valencia Plaza. La decisión de los socialistas de retirar del pleno el punto de votar la elección de los miembros del Consell Jurídic Consultiu (CJC) iba a traer "consecuencias" en la relación de los morados con el Botànic. Y la primera piedra para demostrar un cambio de actitud la ponía el propio Montiel un día después en sede parlamentaria. Con un tono más agresivo de lo habitual, el síndico acusaba a los partidos del Gobierno valenciano de haber "actuado de manera desleal".
La jornada en Les Corts arrancaba con expectación. Tras el revuelo que generaba la noche anterior que después de seis meses de negociaciones y tener tres nombres sobre la mesa para renovar el órgano consultivo, el PSPV solicitase retirar la votación del orden del día por la falta de paridad de las propuestas, la Mesa de Les Corts convocaba una junta de síndics de urgencia para dirimir si suprimir el punto o no. Una reunión que ya avanzaba una sesión de control atípica y tras la que el portavoz morado se reafirmaba en lo que había tachado de "estratagema del PSPV".
Los socialistas "se han acomodado en una posición gubernamental. Están padeciendo el síndrome de autoridad mal entendida y tendrán que entender que ahora nosotros tengamos un comportamiento autónomo en las votaciones. Si lo que quieren PSPV y Compromís es que nosotros prioricemos e intentemos llegar a acuerdos con otros grupos parlamentarios para ejercer labores de control, actuaremos en consecuencia", llegaba a apuntar el líder de los morados antes de intervenir en el pleno. Unas afirmaciones para las que el portavoz socialista, Manolo Mata, tenía respuesta pero que reservaba para después de la sesión de control.
Así, minutos después de las duras manifestaciones del síndico de los morados, todos los diputados tomaban su escaño y la votación del Pleno hacía que cayera la elección. La pantalla del hemiciclo dejaba una imagen que pocas veces se había observado hasta ahora: Podemos se distanciaba del Consell absteniéndose junto a PP y Ciudadanos, mientras Compromís y PSPV seguían de la mano y votaban a favor de que la renovación del órgano consultivo se aplazara.
Las miradas que se cruzaban los socios del Botànic eran pocas. Y la tensión en el ambiente, palpable. Tanto dentro, como fuera del hemiciclo cuando un diputado u otro atendía a los medios. Y, aunque el protagonismo de la sesión ya lo había absorbido la renovación del CJC -o mejor dicho la falta de la misma- y la dureza en las palabras de Montiel, por si fuera poco, el portavoz de Podemos todavía se guardaba munición para un segundo asalto: su interpelación al president de la Generalitat, Ximo Puig.
En el Día Internacional de la Mujer, Montiel preguntaba al Jefe del Consell por las medidas previstas por el Gobierno valenciano para prevenir y detectar la violencia machista, así como para la atención integral de las víctimas. Momento en el que aprovechaba también para lamentar que el Ejecutivo de Puig no hubiera tomado "en serio" ciertas medidas que Podemos ha propuesto "en diversas ocasiones sobre esta cuestión".
"La lógica burocrática parece haberse impuesto inexorablemente a la sensibilidad política, al compromiso social que desde el Acord del Botànic debería estar orientando la acción del Consell", denunciaba Montiel. Para añadir a continuación que, a la hora de que un gobierno gestione, hay una cosa "más peligrosa que ser lento para descifrar la voz de la calle: el complejo de autoridad que ataca a algunos políticos, que creen que por ser votados son más sabios que el día de antes de las elecciones".
Un dardo envenenado dirigido al Consell, a quien reprendió por "caer" en ocasiones en "una prepotencia peligrosa" cuando responde a los colectivos sociales en documento oficial con referencias a proyectos de órdenes. Unas duras declaraciones que arrancaban la segunda imagen inaudita vista en el hemiciclo -además de la pantalla de votación- en un mismo día: Montiel recibía los aplausos de PP y Ciudadanos en bloque.
La incomodidad que generaba tal escenario obligaba al portavoz del PSPV, Manolo Mata, a salir a defender el sentido del voto de su grupo y de su iniciativa. Pero previamente, ante las insinuaciones que deslizaba Montiel sobre que probablemente los socialistas habían pedido retirar la votación "porque les ha irritado que Podemos lleve la delantera en la defensa de los puntos del acuerdo del Botànic y registrara la semana pasada una iniciativa para desgubernamentalizar el CJC y que todos los juristas sean nombrados por Les Corts", el síndico socialista afeaba, aunque sin mentar de qué partido hablaba, que el jurista que uno de los grupos había registrado, precisamente, era diputado hasta hacía "solo unos meses".
De nuevo la pelota en el tejado de Montiel, pues de los tres aspirantes a integrarse en el CJC, el único con ese pasado era Rubén Martínez Dalmau, propuesta de Podemos, que fue diputado en el Congreso. En medio de esta tormenta y para dejar el cruce de acusaciones en empate, Mata pedía "no convertir esto en un Sálvame" y con ello, el ajetreo en los pasillos se dispersaba.
Sin perder la perspectiva que conlleva que el líder de los morados se encuentra en un período precongresual en el que se juega su continuidad en la dirección del partido -aunque no ha confirmado que vaya a presentar candidatura para el Vistalegre valenciano-, lo que es cierto es que en los últimos meses el propio Montiel ha tratado de tener una posición más beligerante con el Consell. Prueba de ello fueron las exigencias en los Presupuestos de 2017 y las críticas que realizó tras la abstención de los socialistas a Mariano Rajoy.
Con un sector crítico que cuestiona su liderazgo dentro de su propio partido y que ha puesto sobre la mesa en numerosas ocasiones su papel apacible con el Gobierno valenciano, el "desprecio a quienes han puesto sobre la mesa los acuerdos que han hecho posible que haya una hoja de ruta de cambio" -en palabras del propio síndico y en referencia al apoyo indispensable de Podemos para formar "el Gobierno del cambio" en 2015-, se ha convertido en la excusa perfecta para que Montiel demuestre que realmente hará de socio crítico del Ejecutivo valenciano. Sino, puede que toda esta tensión quede en una mera anécdota.