VALÈNCIA. La pregunta la hizo un periodista, en rueda de prensa, a la Presidencia checa de la Unión Europea (UE), respecto a la cumbre que ha reunido a los Jefes de Estado y Presidentes de Gobierno de 44 países europeos y países vecinos, más Ucrania por videoconferencia. “¿Cuánto ha costado la I Reunión de la Comunidad Política Europea?”. La respuesta fue: “Desconocemos en estos momentos el coste total, porque hay países que aportan también. Pero, en toco caso, es el precio de la paz.
El gobierno de Chequia aprovechó su presidencia europea, que es de carácter semestral y rotatorio, para organizar un fórum extraordinario durante dos días en el espectacular Castillo de Praga. La invitación, cursada a los dirigentes de todo el continente y sus vecinos del Este, insiste en que esta nueva plataforma de coordinación política no sustituye a ninguna de las ya existentes, dejando claro que no intenta usurpar las funciones de la Unión Europea.
El objetivo era claro, según declaraciones del presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, “ya que necesitamos aumentar la presión sobre el Kremlin. Además, tanto hoy como ayer, hicimos hincapié en la importancia de llegar a terceros países para contrarrestar la narrativa rusa”. Algunos terceros países han estado presentes en este foro, esencialmente los vecinos de Asia Central, la mayoría, ex repúblicas soviéticas y de influencia rusa hasta hace unos días.
Sobre el papel, se anunció como un foro para fomentar el diálogo político y la cooperación, y abordar cuestiones de interés común reforzando la seguridad, la estabilidad y la prosperidad del continente europeo. Especial mención hace a un “espíritu de unidad” de toda la comunidad europea, con una puesta en escena que deja patente el aislamiento de Rusia respecto de Occidente y sus aliados.
Lo dijo también sin ambages la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, al término del Consejo: “Por supuesto, ayer tuvimos la reunión de la Comunidad Política Europea por primera vez. Creo que la composición era reveladora. Había 44 países, unidos y mostró cuán aislada está Rusia. Pero también mostró lo fuerte que es el apoyo a Ucrania”.
Y, ello, en medio de una tormenta perfecta, en la que Estados Unidos, parece desmarcarse sorprendentemente de esta posición común de sus amigos europeos, al acusar públicamente al presidente ucraniano Volodomir Zelenski del atentado de agosto en Moscú. La explosión de un coche bomba le costó la vida a Darina Dugina, hija del analista ruso cercano al Kremlin, Aleksandr Dugin. La informacion fue desvelada en medios estadounidenses, en concreto, The New York Times.
También ha sido a través de medios norteamericanos que se ha sembrado la duda sobre los sabotajes en los gasoductos Nord Stream I y Nord Stream II hace una semana. En este caso ha sido el profesor y analista norteamericano Jeffrey Sachs quien afirmó en una entrevista en directo en la cadena de televisión The Hill TV que fue Estados Unidos quien utilizó helicópteros para destruir los gasoductos rusos en el Mar del Norte. El profesor estaba diciendo que “esto no se puede decir en Occidente, pero en cualquier otra parte del mundo, es lo que creen”. En ese momento, su intervención fue cortada por la entrevistadora.
El momento es crucial para la polarización del mundo en bloques, tras el lanzamiento ilegal por parte de Corea del Norte de un misil balístico de rango medio el pasado martes, que sobrepasó el territorio de Japón. La UE se ha solidarizado con el Gobierno nipón y con Corea del sur, que recibió la visita de Kamala Harris la pasada semana, en un momento de tensión en la zona, y con el despliegue por parte de Washington de un portaaviones de propulsión nuclear. El Consejo Europeo afirma que está dispuesto a apoyar “cualquier proceso diplomático significativo” y a tomar medidas destinadas a “perseguir la desnuclearización completa, verificable e irreversible de la península de Corea”.
Los participantes del foro europeo han sido los 27 Estados miembros de la UE, Albania, Armenia, Azerbaiyán, Bosnia y Herzegovina, Georgia, Islandia, Kosovo -no reconocido por España-, Liechtenstein, Moldavia, Montenegro, Macedonia del Norte, Noruega, Serbia, Suiza, Turquía, Ucrania, Reino Unido, la presidenta de la Comisión Europea y el presidente del Consejo Europeo.
Paralelamente, se ha celebrado una reunión informal del Consejo para debatir las tres cuestiones más acuciantes: la guerra de Rusia en Ucrania, la energía y la situación económica. Su primer mensaje ha ido dirigido a los ciudadanos europeos que ya están pagando la crisis energética provocada por la guerra de Ucrania. Los Estados miembros de la UE adoptaron el jueves formalmente el Reglamento sobre una “intervención de emergencia para abordar los altos precios de la energía”.
Este ley, jurídicamente vinculante para todos los gobiernos, introduce medidas comunes para reducir la demanda de electricidad, y para recaudar y redistribuir los excedentes de ingresos del sector energético a los hogares y las pequeñas y medianas empresas. Es decir, se extiende la “excepción ibérica”, dopada por España y Portugal en primavera, para limitar el precio de la energía en la factura. Este Reglamento ya fue debatido y acordado por consenso de todos los Ministros de energía de la UE la pasada semana.
Respecto a la pugna energética, incluso entre los socios europeos, léase la guerra del gasoducto Midcat entre Francia y España, Reuters informa que la empresa francesa Total “continuará enviando gas natural licuado (GNL) desde Rusia mientras no haya sanciones europeas sobre el combustible”, según manifestó el director ejecutivo de la compañía, Patrick Pouyanne, en ele Foro de Inteligencia Energética de Londres. “Seguiremos enviando GNL desde Rusia mientras no haya sanciones, o presiones, de Europa sobre el gas, porque contribuimos a la seguridad del suministro. Si hay sanciones, nos detendremos de inmediato”, insistió Pouyanne.
Francia importó 5.000 millones de metros cúbicos de GNL ruso en los primeros ocho meses de 2022, superando a Japón para convertirse en el mayor importador de GNL ruso en febrero y marzo, según un informe reciente del Centro de Política Energética Global de la Universidad de Columbia. Pouyanne dijo que la mejor manera de que Europa asegure el suministro de gas es hacerlo como Japón, es decir, “comprometerse con contratos a largo plazo con grandes volúmenes”, informa Reuters. En este contexto y con el invierno de cara, las últimas sanciones adoptadas por la UE contra Rusia no se atreven a tocar el gas y se han detenido en el petróleo ruso.
En su declaración al final del Consejo, von der Leyen afirmó que “hemos avanzado en el límite del precio del petróleo. Con nuestra prohibición de exportación mejorada, seguimos socavando la capacidad de Putin para librar la guerra en Ucrania. Y con nuestra prohibición de importación más ampliada, lo privamos aún más de ingresos importantes”. La presidenta insistió, no obstante, en el apoyo de Estados Unidos a Ucrania.
De la parte europea han sido ya 19 mil millones de euros desde que comenzó la invasión, y “esto es sin contar la asistencia militar”, añadió. Además, otros 2.000 millones de euros en asistencia macrofinanciera se liberarán en los próximos días. Sin embargo, el discurso de Von der Leyen destilaba cierta preocupación por como de financiará la ayuda y reconstrucción de Ucrania, con una UE depauperada por la crisis energética. “Lo que está claro es que tendremos que identificar nuevas fuentes de financiación porque se necesitará una cantidad enorme”, explicó, apelando a “garantizar la previsibilidad de la financiación y la transparencia”.
Más optimista ha sido la presidenta de la Comisión, al referirse al punto energético de la agenda, afirmando que “estamos mucho mejor preparados para el invierno que antes”. Von der Leyen dio cifras. Explicó que. al comienzo de la guerra, el 41% del gas importando era ruso y hoy es el 7,5 %. “Y eso muestra cuánto hemos progresado en la diversificación de Rusia, deshaciéndonos de nuestra dependencia de los combustibles fósiles rusos y recurriendo a proveedores más confiables”, añadió. Los almacenes de la Unión, dijo, “ya están llenos en un 90%”, un 15% más que el año pasado.
La discusión en el Consejo se centró en los altos precios del gas en general y los altos precios de la electricidad. La falta de transparencia en las subastas energéticas es algo que aún no se han atrevido abordar, por lo que se aboga por “negociar un corredor por precios decentes con nuestros proveedores confiables o cómo limitar los precios en el mercado del gas en general y limitar la influencia del gas en la formación de precios de la electricidad”.
También anunció una plataforma de compra conjunta de gas para el final del invierno, cuando los almacenes de la UE se agoten. “Es de suma importancia que tengamos una adquisición conjunta de gas, para que evitemos superarnos mutuamente y tengamos un poder de negociación colectiva”. Esta propuesta está encima de la mesa desde hace meses, cuando se comparó con la compra conjunta de las vacunas contra la Covid y su éxito frente a la crisis de las mascarillas. En este punto, se refirió al éxito del Mercado Único, para tener unas “condiciones equitativas y que evitemos la fragmentación y la distorsión” entre los Estados miembros..
Por último, se refirió a la protección de la infraestructura crítica tras el sabotaje de los gasoductos entre Rusia y Alemania por mar, y apeló a la acción militar de forma velada. “Lo que sucedió con Nord Stream 1 y Nord Stream 2 es claramente el tipo de amenazas a las que tendremos que acostumbrarnos, pero lo que es más importante, estar preparados”, dijo exactamente Von der Leyen. Y recordó que, durante la Presidencia francesa, en medio de la invasión, ya se preparó una estrategia para coordinar una respuesta internacional. Ello implica una nueva normativa sobre la resiliencia de las entidades críticas y la ciberseguridad.
Von der Leyen defendió la colaboración con el brazo armado de Occidente al afirmar que, “por supuesto, también nos pondremos en contacto con los socios internacionales, ante todo con la OTAN”. Y dejó claro de quién dependería la protección de las infraestructuras estratégicas de Europa. “La resiliencia de la infraestructura crítica está destinada a convertirse en un aspecto crucial de nuestra cooperación UE-OTAN”, afirmó.