VALÈNCIA. Ya están aquí. Otoño es estación de negociar los Presupuestos para el año siguiente, especialmente en los gobiernos de coalición como lo es el de la Nau. Este sábado la alquería central del nuevo Parque de Malilla acogerá la cumbre que celebra anualmente el equipo de gobierno, formado por los ediles de Compromís, PSPV y València en Comú, para hacer balance y fijar las prioridades de la gestión municipal.
Los socialistas valencianos fueron los primeros que hicieron públicas las suyas. Su portavoz Sandra Gómez, anunció que en las negociaciones planteará construir 300 viviendas públicas destinadas a alquiler mediante la empresa municipal Aumsa, dirigida por el edil de Desarrollo Urbano, el socialista Vicent Sarrià. El Plan ideado pretende extenderse desde 2019 hasta 2021 y estarán distribuidas entre los solares municipales de Ciutat Vella (240 viviendas) y La Morera (60). Y para este programa, los socialistas pedirán aproximadamente 3 millones de euros en los próximos presupuestos, de una inversión total de 26,6 que necesitará el plan.
La intención es que esta ampliación del parque público de viviendas en alquiler vaya dirigida especialmente a menores de 35 años, mayores de 65 y mujeres que hayan sufrido malos tratos o que tengan cargas familiares que no puedan atender. Asimismo, la edil comentó que esta medida también estaría dirigida a personas desahuciadas, si bien no son viviendas sociales.
Se trata del anuncio principal, pero también adelantó que pedirán eliminar el copago en los centros de día municipales, para lo que se debería presupuestar en torno a 700.000 euros en 2019. Los beneficiarios, según Gómez, serían 702 personas. Para políticas de empleo los socialistas reclamarán un incremento de más de un millón de euros, especialmente para planes dirigidos a mujeres y la consolidación de planes ya implantados hasta ahora. Y en el ámbito urbanístico, el PSPV quiere continuar reivindicando la reforma de las plazas de la ciudad en continuidad con lo acometido hasta el momento, como la Plaza de Brujas, la Plaza de Rojas Clemente o la Plaza de San Marcelino.
Urbanismo, área de Vicent Sarrià; empleo y personas mayores, ambas de Sandra Gómez. Los socialistas barrieron hacia casa para pedir más financiación. Y por otro lado, el comunicado de Compromís. Lanzado a posteriori, dejó bien claro que sus miembros se ven repitiendo sillón y despacho, a juzgar por los ánimos con que afrontan estas negociaciones. Bien explícito lo manifestó al asegurar que plantea este último año de mandato "como la antesala de los siguientes cuatro años de gobierno de progreso". Lo confirmaron las palabras del portavoz de la coalición en el Ayuntamiento, Pere Fuset: los nuevos presupuestos se harán "pensando en un un gobierno para València no sólo en 2019".
La formación que lidera Joan Ribó en el consistorio trató de tender puentes con los socialistas de cara a las negociaciones y lanzó un mensaje claro a sus socios: de aquí debe salir un documento de gobierno "único". Insistió en que el incremento de los presupuestos se hará "en función de las necesidades de la ciudadanía", sin importar "el concejal o partido que gestione cada área".
Ahora bien, las prioridades de Compromís se centran también en las áreas que ellos mismos gestionan: "la València verde de Compromís y de Joan Ribó", como los parques de Malilla Orriols o el Parque Lineal de Benimàmet; la limpieza; los servicios sociales; y la movilidad. No obstante, fueron más generosos y las áreas que controlan sus socios, PSPV y València en Comú, fueron también objeto de propuestas, como destinar el 30% de la vivienda de nueva construcción a hogares sociales o "agilizar" la redacción del Plan de Ordenación de Recursos Turísticos.
Pese a que la lógica dice que cada concejal pedirá mejoras presupuestarias en sus respectivas áreas, la sensación es que se ha enterrado el hacha de guerra mostrada sin pudor en público durante las últimas semanas. "Vamos a llevarnos bien", parecen haberse dicho, al menos por ahora.