VALÈNCIA. Albaida, Favara, Alfara del Patriarca… o Font de la Figuera, Quatretonda, Sagunt… Las tres primeras localidades constituyen ejemplos de ruptura o distanciamiento en los pactos entre PSPV y Compromís, las dos principales patas del Botànic I y II y, a nivel local, del III. Las tres segundas emergen como ejemplos de donde no existe acuerdo.
En cualquier caso, ambas formaciones las destacan como excepciones. "Trabajamos conjuntamente para que funcionen los ayuntamientos y hemos alcanzado juntos grandes logros. Ojalá pudieran trasladarse esos acuerdos a la Generalitat o a la Diputación, como en anteriores mandatos", señala Pilar Sarrión, portavoz de la ejecutiva provincial del PSPV en Valencia.
Esa opinión coincide con la de Josep Miquel Moya, miembro de la comisión de seguimiento de acuerdos por Compromís, que destaca la ausencia de problemas que pongan en peligro los pactos.
Gandia despunta como la localidad más populosa con acuerdo de coalición. Se trata del tercero consecutivo en la capital de la Safor con alcaldía del PSPV y refuerzo compromisario, formación que ha pasado de contar con cuatro ediles a quedarse en dos con sus áreas de gobierno.
En Sagunt, la quinta ciudad de la provincia en número de habitantes, el socialista Darío Moreno prefirió sumar el concejal que le faltaba para la mayoría absoluta sellando un pacto con EU-Unides Podem, englobando a su edil, Roberto Rovira, en el ejecutivo local, y dejando fuera a los dos de Compromís.
"Aunque la premisa básica consiste en que las dos formaciones lleguemos a acuerdos de progreso en todos los lugares donde se pueda, después las agrupaciones locales deciden", apuntan desde el PSPV para justificar esa diferenciación saguntina.
En Alzira, la sexta localidad en número de habitantes de la provincia tras la capital, Torrent (con acuerdo PP-Vox, como València), la citada Gandia, Paterna (donde el PSPV tiene mayoría absoluta y no requiere de pacto) y la referida Sagunt, el acuerdo entre compromisarios y socialistas proviene de 2015 y en 2023 se rubricó por tercera vez.
Lo hizo con el añadido obligado de UCIN, ya que sin sus dos ediles la coalición botánica se quedaba en diez, a uno de la mayoría de 11 sobre 21. En Mislata, Burjassot y Aldaia -las otras tres, junto a Ontinyent, en el top 10 de población en la provincia- gobierna el PSPV con holgura y sin necesitar ni dar entrada a Compromís.
En hasta 13 de las poblaciones con pacto de la alrededor de una treintena en la provincia entre ambas formaciones está previsto un acuerdo de rotación en la alcaldía. En Alfarp, Llombai, Aielo o Llíria se producirá el próximo año; en Moncada, Novetlé, la entidad menor de Aigües Vives (Alzira-Carcaixent) o Manises queda para 2026. A priori la relación, pese a las complejidades para sellarse en Moncada, Marines o Tavernes de la Valldigna, se mantiene firme y con la perspectiva de cumplirse esos pactos.
Aunque la posibilidad de imprevistos la contemplan ambas direcciones. Acarrean la experiencia de Albaida, donde los tres ediles del PSPV se salieron del equipo de gobierno en octubre de 2023 por enfrentamientos con los cuatro de Compromís. La situación acabó con el grupo socialista roto y dos de sus concejales en el de no adscritos con la rúbrica una moción de censura que aupó a Juan Carlos Roses, del PP, a la alcaldía.
Esta circunstancia, la de no llegar a acuerdos o romperlos y dejar el camino expedito a la formación que preside Vicent Mompó en la provincia para sumar varas de mando, ha sucedido en pocos casos, aunque las excepciones confirman que la regla no siempre se cumple. Destacan en ese caso Font de la Figuera y Quatretonda, en las comarcas de la Costera y la Vall d´Albaida, respectivamente.
En ambas poblaciones ganó el PP pero PSPV y Compromís, juntos, podrían alcanzar la mayoría absoluta. No ha sido así en este primer año ni existe previsión de que ocurra. "Se trata más de cuestiones personales que políticas que vamos a intentar reconducir", argumentan desde la dirección socialista sin mucha confianza.
En Favara, la explosión del grupo municipal de Compromís, con dos ediles marchándose al de no adscritos y tras la renuncia del alcalde al mando pero no al escaño, ocurrió un caso similar al de Albaida aunque sin necesidad de moción de censura. Con otro sistema, la relación entre socialistas y compromisarios se resquebrajó y la alcaldía recayó en abril en la popular Pilar Sala, segunda candidata más votada en 2023.
Y en Alfara del Patriarca, donde el alcalde, el socialista Jaume Martínez, forzó una moción de confianza para aprobar los presupuestos locales. Con sus cuatro concejales sobre 11, gobierna con los tres de Compromís y los también cuatro del PP en la oposición. Desde la coalición compromisaria lamentan "la falta de voluntad del alcalde de llegar a un acuerdo de legislatura".
Y entre excepciones, relaciones complejas o uniones ya engrasadas por la experiencia acumulada de lustros, el Botànic III trata de mantener su vigencia a escala local en el segundo año de mandato que ya ha iniciado.