VALÈNCIA (EFE/Rubén Figueroa). El inicio de la vendimia encuentra a las vides "en buen estado vegetativo" y con "potencial productivo" para que la cosecha final se acerque a los 40 millones de hectolitros, aunque el sector mantiene la prudencia porque la situación no es igual en todo el país y las olas de calor aún pueden hacer daño.
Así lo han expresado a Efeagro representantes de las cooperativas y de las diferentes organizaciones agrarias, quienes, en general, señalan que si bien aún es pronto para hacer una previsión certera sobre la producción que habrá esta campaña, ésta superará a la de la temporada anterior gracias a que este año ha llovido más.
El sector toma como referencia la previsión de Cooperativas Agro-alimentarias, que en su primera estimación ha señalado que la vendimia alcanzará esta campaña los 39.751.500 hectolitros, un 20 % superior a la del año pasado, que fue especialmente baja debido a la fuerte sequía y se quedó en 32 millones de hectolitros.
La previsión viene impulsada por Castilla-La Mancha, la mayor zona productora del país, que espera 23 millones de hectolitros de vino y mosto, lo que supondrá un 33 % más respecto a la anterior y que, de confirmarse, representará el 60 % de la producción vitivinícola nacional.
Esta situación esconde el desigual desarrollo de las vides este año, puesto que todas las regiones de la vertiente mediterránea acusarán la falta de agua sin que se produzca un incremento considerable respecto al año anterior, según ha indicado un representante de Cooperativas Agro-alimentaria Castilla-La Mancha.
Además de en Castilla-La Mancha, se espera una mejor cosecha este año en Extremadura, algunas zonas de Andalucía, La Rioja y Galicia, pero se estima una reducción de la producción Cataluña, Castilla y León, la Comunitat Valenciana o Murcia.
En general, no obstante, "la situación no es tan dramática como la del año pasado" y "el estado vegetativo en la inmensa mayoría de las zonas es bueno", han asegurado fuentes de Asaja, quienes han añadido que se ha dado "un buen desarrollo de los racimos" y las viñas tienen el potencial para dar una buena producción.
Aun así, desde esta organización agraria han apuntado que todavía "falta pasar lo más complicado", que es el verano, la época en la que menos llueve y más calor hace, y en la que la planta peor lo pasa.
Una opinión similar ha manifestado un representante de COAG, quien ha abogado por "ver la repercusión de las probables olas de calor que lleguen en esta canícula".
Esta organización coincide en que se espera una mejor cosecha a nivel nacional, gracias a que en buena parte del país ha llovido este invierno y primavera, pero no así en zonas del sureste como Valencia, Alicante, Murcia, Albacete e Islas Baleares.
Un mensaje más positivo ha trasladado la organización agraria UPA, desde donde uno de sus representes ha destacado que aunque aún puede haber nuevas olas de calor y tormentas, su afectación sería puntual y poco pueden incidir en el resultado final de la campaña que, a su entender, ya está decidido por las lluvias de esta primavera.
"Hemos tenido una primavera con las famosas lluvias de Semana Santa, que han ayudado bastante. Estamos teniendo verano un poco anómalo. Ahora tenemos la ola de calor, pero digamos que no es un verano muy caluroso. Todo eso está ayudando. Quitando las variedades un poco tardías, en el resto de las variedades la uva ya está criada", ha expresado.
Las campañas vitivinícolas se extienden desde cada 1 de agosto hasta el 31 de julio del año siguiente, aunque en varias zonas de España se está ya vendimiando desde mediados de julio, muy lejos de los estándares habituales de hace 20 años, cuando se comenzaba a cortar uva en septiembre y se terminaba para el 12 de octubre, según ha apuntado el representante de Asaja.
En algunos casos, la vendimia ha comenzado adelantada debido a que las altas temperaturas han acelerado la maduración de la uva, como ha sucedido en la denominación de origen protegida (DOP) Cebreros (Ávila), la vendimia más tempranera de Castilla y León, o en Agüimes (Gran Canaria).
En otros, se trata de variedades tempranas, como la uva moscatel de grano menudo, sauvignon blanc o la colombard de las bodegas amparadas de la DOP de Condado de Huelva.