VALÈNCIA. El interés hotelero por la plaza valenciana es cada vez más evidentes. En los últimos mese afloran nuevos proyectos en la ciudad. Un interés de los inversores por València que viene de lejos, pero que ahora se materializa en forma de nuevos desarrollos. Lo cierto es que el turismo no vive ahora su mejor momento y, en consecuencia, hay un dinamismo contenido en la actividad inversora, pero muchos proyectos en trámite empiezan ahora a ver la luz.
En el último año València se había posicionado en el punto de mira de los operadores debido al auge turístico en el cap i casal y la bajada de las rentabilidades de plazas consolidadas como Madrid y Barcelona. Ahora, la muchos miran con recelo el futuro y la evolución de la pandemia, mientras que aquellos que a habían hecho su apuesta por un nuevo proyecto siguen adelante.
En este escenario, la sociedad Malvarrosa Habitatges, S.L. ha proyectado un nuevo hotel de 67 habitaciones en la zona de la Malvarrosa de València, en un enclave atípico. Se trata de una nave industrial, compuesta de dos espacios diferenciados, que data de 1900 abandonada desde hace años y a la que se le quiere dar una nueva vida. Para ello, ya se ha solicitado la licencia al consistorio valenciano.
En concreto, el edificio se encuentra en la calle Francisco Baldoma 6, sobre una parcela de 1.211 metros cuadrados. La edificación está formada por dos cuerpos edificados, claramente diferenciados, de tipología nave industrial. El uso industrial del inmueble, seguramente estaría motivado por la proximidad del mismo al puerto y a las Reales Atarazanas. Sin embargo, desde el año 1994, cuando finalizó su restauración, las Atarazanas se acabaron destinando a espacio museístico, pero el edificio quedó en un barrio residencial y quedando sin uso.
Por tanto, los promotores pretenden la rehabilitación del edificio, otorgándole un nuevo uso, "mucho más adecuado para el barrio en el que se ubica", señalan. Y es que su reforma permitirá, además de implantar un nuevo uso, recuperar un edificio en completo estado de abandono, con la consiguiente degradación de la imagen urbana del entorno.
La propuesta no incrementa volumen ni altura, sino que aprovecha la gran altura disponible para realizar una división interior en plantas. Así, se ha definido que el futuro alojamiento conste de planta baja, destinada a usos comunes y habitaciones; una primera altura y planta bajo cubierta, destinadas a habitaciones; y un sótano para aparcamiento.
La superficie total construida estimada del edificio es de 3.858,51 metros cuadrados. La idea es que cuente con 67 habitaciones repartidas en diferentes alturas. La planta baja estará destinada a la recepción, lobby, oficina, zona de desayunos, aseos, office-cocina, vestuario personal, y 21 habitaciones-suite, de las que ocho serán recayentes al patio ajardinado, y 13, a la calle.
La planta primera contará con 38 habitaciones-suite, de las que 14 serán recayentes a la calle, y 24, a los patios interiores, mientras que la planta bajo cubierta tendrá ocho habitaciones suite.
El programa, a nivel de planta baja, mantiene la diferenciación entre las dos naves, utilizando la que se encuentra en la zona norte como el espacio de acceso y espacios comunes. Los pequeños patios abiertos en el faldón de cubierta de dicha nave, llegarían hasta el gran espacio previsto en planta baja, actuando como grandes lámparas naturales. También se ubica en este espacio, la rampa de acceso al aparcamiento que se proyecta en el sótano. El resto de superficie del proyecto, se destina a habitaciones.
Interiormente, se pretende aprovechar la estética y tipología del edificio a rehabilitar, por lo que se estudiará recuperar paredes de ladrillo macizo dejándolas vistas.
