VALÈNCIA. Este viernes tendrá lugar el pleno de constitución de la Diputación de Valencia. A última hora de la tarde de ayer, las fuerzas de izquierda seguían sin alcanzar un acuerdo para aunar sus votos y que la institución siga en manos progresistas. El PSPV (con 12 diputados) y Compromís (con 3) han acordado apoyar al candidato socialista, Carlos Fernández Bielsa. Sin embargo, Ens Uneix, formación liderada por el alcalde de Ontinyent, Jorge Rodríguez, sigue apostando por votar a su representante Natàlia Enguix y defiende que los otros partidos de izquierdas lo hagan.
Un voto decisivo que, tal y como ha ido desgranando este diario, tiene una larga y profunda historia detrás, puesto que esta formación nació de las filas socialistas tras la imputación de Rodríguez y varios de sus colaboradores en el caso Alquería en 2018 -del que fue absuelto recientemente-, lo que provocó en su día que tuviera que dimitir como presidente de la Diputación por la presión de su partido y, meses después, abandonar el PSPV.
La decisión de los socialistas, liderados por Bielsa en la provincia de Valencia, es respaldar a su candidato, tal y como sentenció ayer la propia ejecutiva del PSPV y no ceder a lo que consideran un "chantaje" por parte de Ens Uneix. "Un diputado no puede dictar lo que deben hacer 12, ni 37 concejales imponerse a más de 1.000", era una de las frases más escuchadas ayer en el entorno del aspirante del PSPV a presidir la corporación provincial. Sin embargo, el partido de Rodríguez también ha expuesto sus discrepancias con este planteamiento y su clara "desconfianza" respecto a la formación socialista y, en especial, con su líder, Ximo Puig. "No son fiables", sentencian.
El empate que se daría en caso de mantenerse las posiciones tal y como están daría la presidencia de la Diputación al PP liderado por Vicente Mompó, dado que en la primera votación se exige una mayoría absoluta; en la segunda, una simple y si persiste la igualada "se resolverá atribuyendo el cargo al candidato/a de la entidad política que más puestos de Diputado/a Provincial haya obtenido en la provincia; y, de persistir todavía el empate, al de la entidad política que más votos haya tenido en la provincia; y si aún persistiera el empate, se resolverá por sorteo" (JEC Sesión 24/05/1999, Acuerdo Núm. 326/1999).
Ahora bien, y aunque la posición de Bielsa y de Compromís parece lógica, también lleva adherida un sacrificio más que importante para sus formaciones políticas. El primero, es el impacto simbólico de perder la única gran institución de la Comunitat Valenciana que había opciones de retener por parte de la izquierda.
El segundo, quizá el más relevante, es dejar de gestionar los en torno a 650 millones de euros de presupuesto que tiene la Diputación de Valencia, una de las más poderosas de España. En este punto, cabe recordar que estas instituciones cuentan con aproximadamente un 80% de financiación estatal, por lo que suelen ser organismos saneados e incluso con superávit. Es por ello que, popularmente en política, se suele decir que el dirigente que la preside tiene "la chequera" para regar económicamente a los pequeños y medianos municipios, lo que otorga un importante poder -también en el ámbito orgánico- a los que la controlan, dado que pueden beneficiar a un buen número de alcaldes de forma, en cierta medida, discrecional.
Por último, pero no menos relevante para partidos que acaban de perder casi todo el poder institucional, disponer del gobierno de la Diputación otorga, además de un mayor salario a los diputados de gobierno, un plus en el número de asesores frente a los que reciben los grupos de la oposición. En 2019, por ejemplo, al inicio del mandato que termina este viernes, se pactaron en principio un total de 48 puestos eventuales, donde 22 de ellos -con salarios anuales de entre 48.000 y 62.000 euros- pertenecían a Presidencia, Vicepresidencia y a diferentes tareas de coordinación o asesoramiento relacionadas con áreas de gobierno. O lo que es lo mismo, a PSPV y Compromís.
Así, estos puestos -aunque podrían redefinir su estructura con el nuevo mandato- recaerían ahora en el PP, mientras que lo más probable es que las fuerzas del bloque de izquierdas tengan que conformarse con un reparto similar al que se ha dispensado a la oposición: un asesor por cada diputado provincial. Por tanto, las fuerzas de izquierda perderían más de la mitad del personal eventual de esta legislatura: o lo que es lo mismo, de poder mantenerse o incluso incorporar nuevos fichajes, se verían obligados a despedir asesores.
El problema, especialmente para Bielsa, es además orgánico. El control de la Diputación le permitiría incorporaciones estratégicas del partido (alcaldes, secretarios comarcales...) que apuntalaran su liderazgo en la provincia con vistas a la carrera en la sucesión del líder de los socialistas valencianos, Ximo Puig.
Así las cosas, las distintas fuentes del PSPV consultadas por este diario daban la posición socialista, especialmente tras la ejecutiva celebrada ayer, como inamovible. No obstante, algunos dirigentes apuntaban a que el único golpe de timón posible podría proceder de la dirección federal del PSOE: si en Ferraz desaprueban que la diputación caiga en manos del PP, especialmente en plena campaña de las elecciones generales, podría llegar la orden directa para que los diputados respaldaran a Ens Uneix. Este viernes como tarde a las 12 de la mañana, habrá veredicto.