El presidente de la Generalitat, Ximo Puig, y el alcalde de València, Joan Ribó. Foto: VPVALÈNCIA. El presidente de la Generalitat, Ximo Puig, se vio obligado a liderar días atrás una medida dura e impopular: la suspensión de las Fallas. Una decisión complicada que, si bien atribuyó en buena parte al Ministerio de Sanidad, conllevó una aceptación por parte del Gobierno valenciano aunque algunas voces opositoras.
Apenas unas horas después, el alcalde de Valencia, Joan Ribó, de Compromís, se apresuró a llegar a un acuerdo con el colectivo fallero para fijar como fecha de las Fallas 2020 el mes de julio, concretamente del 15 al 19.
Una maniobra que, tal y como informó este diario, causó cierto malestar en el pata socialista del Gobierno valenciano, desde donde consideraron precipitada la decisión y la atribuyeron en privado a un deseo del alcalde por ganarse la simpatía del gremio fallero.
Una reflexión que discuten en Compromís, donde consideran que era una obligación del alcalde tratar de ofrecer soluciones a un sector que, además del sufrimiento moral de la suspensión, se enfrenta a graves perjuicios económicos.
Ahora bien, todo apunta a que la espinita de este tira y afloja por las Fallas quedará clavada un tiempo. En la misma noche del pasado jueves, Puig fue entrevistado a nivel nacional en La Noche en 24 horas de Televisión Española y fue preguntado precisamente por las Fallas.
"En principio el Ayuntamiento propuso a mediados de julio (la celebración) pero en este momento es muy aventurado saber qué va a pasar en los próximos meses", señaló el presidente de la Generalitat, en lo que pareció un deseo de enfriar la concreción de fechas acordada por Ribó.
"Sí que hay una voluntad de que durante este año se puedan celebrar las Fallas pero esto dependerá de cómo finalmente seamos capaces de vencer a esta pandemia que estamos sufriendo", recalcó Puig, mostrando así su cautela a la hora de fijar el fin de la crisis sanitaria que atraviesa España y la Comunitat.
