VALÈNCIA. La polémica en el Botànic II está servida para los próximos meses. El síndic de Ciudadanos en Les Corts Valencianes, Toni Cantó, reveló este lunes en una rueda de prensa que tenía previsto reunirse con el president de la Generalitat Valenciana, Ximo Puig, esa misma tarde para hablar de la negociación de los Presupuestos de 2021. Unas cuentas para las que el líder de los naranjas quiere que se tome como punto de partida el pacto por la reconstrucción que tanto los partidos que forman el Gobierno valenciano, como PP y Cs firmaron el pasado mes de julio.
Un encuentro que, sin embargo, el portavoz de Ciudadanos en el Parlamento valenciano advirtió que no tenía pensado mantener con la vicepresidenta del Consell, Mónica Oltra, ni tampoco con el vicepresidente segundo, Rubén Martínez Dalmau, porque su "interlocutor" en el Ejecutivo valenciano "es Puig". No en vano, Cantó es consciente de que ambos líderes discrepan de este método para diseñar el Presupuesto de la Generalitat del próximo año, ya que ambos parten de la premisa de que éstos deben elaborarse tomando como referencia el Pacto del Botánico que dio vida al gobierno actual.
Con estos mimbres, la convocatoria despertó recelos en Compromís y Unides Podem, socios del PSPV en el Gobierno, pocas horas después de desvelarse por dos motivos: en primer lugar, por su contenido, pero también por que ésta no estuviera prevista en la agenda. Y es que, desde la semana pasada existen dos posturas que dividen al tripartito que forman socialistas, valencianistas y morados.
Mientras los socialistas, tal y como explicó el síndic en Les Corts, Manolo Mata, son partidarios de tomar como punto de partida para elaborar los presupuestos el pacto de reconstrucción por la gran cantidad de medidas a las que éste obligaba a la Generalitat, no ocurre lo mismo con Compromís y Unides Podem, que sitúan como eje central para el diseño de las cuentas la "unidad" del Botànic y, a partir de ahí, dan la bienvenida a todo aquel que se quiera sumar. Es decir, el dilema se sitúa en si la hoja de ruta es la "esencia botánica" o el pacto por la reconstrucción que incluía tanto medidas que llevaban la firma del tripartito, como otras ideadas por el grupo parlamentario que dirige Isabel Bonig y el que lidera Cantó. En definitiva, la disyuntiva radica en la participación, o no, de los partidos de la oposición -PP y Ciudadanos, especialmente este último- en los Presupuestos de 2021.
Compatibles ambas fórmulas o no, lo que es cierto es que el planteamiento y estos encuentros "a escondidas" ya han desatado una guerra de nervios en el Botànic II, donde valencianistas y morados no ven con buenos ojos el acercamiento del PSPV, y en particular del president del Consell, a Ciudadanos. Aproximaciones que se llevan produciendo desde hace meses: la sintonía entre Cantó y Puig se manifiesta periódicamente en las sesiones de control al president en Les Corts y PSPV y Cs han llegado a acuerdos en varios municipios de la Comunitat Valenciana para formar gobiernos de mayoría absoluta.
Ahora bien, al margen del recelo que estos acercamientos ya producen, uno de los principales escollos con el que deberán lidiar ambos dirigentes y que, de hecho, podría frustrar cualquier tipo de acuerdo es la partida de 1.325 millones de euros en el Presupuesto de la Generalitat que Ciudadanos siempre ha tildado de "ficticios". Unos fondos incluidos en las cuentas año tras año por el Gobierno valenciano para compensar la infrafinanciación que sufre la autonomía -el Consell calcula que es lo que necesitaría la Comunitat para corregir el desfase entre lo que percibe y lo que debería recibir con una "financiación justa"- que anualmente han sido criticados por Cs. De hecho, han servido al partido naranja para votar en contra de los presupuestos durante cuatro ejercicios.
Las negociaciones entre Puig y Cantó, por tanto, se tornan complejas para ambos con esta patata caliente sobre la mesa. No en vano, si Cantó accediera a que éstos "millones ficticios", como su propia formación ha calificado, se incluyeran en los Presupuestos de 2021 supondría renunciar a un discurso que su partido ha hecho valer reiteradamente para votar en contra de las cuentas botánicas. año tras año
Por el contrario, si el síndic de Ciudadanos se mostrara inflexible sobre esta cuestión y se negara en rotundo a que su formación diera un voto favorable a los presupuestos si éstos contemplan una "partida ficticia", el jefe del Consell tendría complicado alcanzar un acuerdo con el portavoz naranja, ya que para ello tendría que renunciar a incluir esta partida de cariz reivindicativo y que, en definitiva, pone de manifiesto el primer problema de la agenda valenciana. Con todo, el "presupuesto de unidad" que pretende el president de la Generalitat se convierte en una cuestión difícil de alcanzar por esta partida.