MADRID (EP). Quabit ha cerrado la compra del 82,9% del capital de Rayet Construcción, constructora controlada por Félix Abánades, el presidente y también accionista de control de la inmobiliaria, por un importe de 14,3 millones de euros, según informó esta empresa.
La toma de control de la constructora se enmarca en las medidas tomadas por Quabit para controlar las tensiones en el mercado de edificación de viviendas y garantizar los plazos de construcción y entrega de sus pisos. En virtud de la transacción, Félix Abánades volverá a elevar su participación en Quabit, dado que esta inmobiliaria pagará parte del importe de la compraventa mediante entrega de acciones propias. Así, el presidente aumentará su posición de control en la inmobiliaria hasta el 20,3%, frente a la del 19,1% que tenía hasta ahora.
El importe de la transacción es finalmente superior al inicialmente pactado de 13,10 millones de euros, diferencia que Quabit achaca a la "actualización de la posición financiera neta y a los ajustes realizados durante el proceso de 'due diligence'.
De este monto, y según los términos de la compraventa, Quabit paga un 30%, 2,7 millones de euros, en efectivo en un plazo de tres meses tras el cierre de la operación, de los que 1,9 millones ya se han abonado. La inmobiliaria abona el 30% restante (6,32 millones), mediante la entrega de acciones propias.
Quabit ha cerrado este martes la operación, anunciada el pasado mes de mayo tras revisar un 6% a la baja su plan de entregas de viviendas inicialmente programado, de forma que al cierre del periodo comprendido entre 2018 y 2022 prevé dar las llaves de entre 7.200 y 7.600 pisos, frente a los 7.888 inicialmente previstos. La inmobiliaria, al igual que otras que afrontan ajustes similares, achacó la revisión de su plan de negocio a los dilatados plazos de consecución de licencias de obras y a los retrasos de las obras de construcción.
Así, entonces anunció que pretendía atajar estos retrasos dotándose de su propia constructora. Según indicó entonces, Quabit confía en que esta operación le permita "asegurar los plazos de construcción mínimos necesarios para garantizar las entregas" de pisos y el "mínimo impacto posible de la inflación de costes". Además, también busca entrar en la actual tendencia a la industrialización de la edificación de viviendas.