¿Tenemos que pagar aquello que no pedimos?¿Y si no me han avisado del precio? Señoras y señores, el listado definitivo para una vida de legalidades en la mesa. Que no te tomen el pelo.
Nos hemos sentado con una abogada para que nos cuente esas cosillas que quizá no son tan legales en la mesa de un restaurante y que no nos vendría mal saber. Esa abogada soy yo, que para algo me casqué mis 5 añitos y un extra de carrera de derecho, además de dejarme los titos mensuales en el colegio de abogados. Aunque me dedique a otras cosas de forma oficial, mi abogada interior siempre me acompaña allá donde voy. Me acompaña con Ryanair, con los contratos y cómo no, cuando me siento a comer fuera de casa. Eso sí, no os voy a engañar, estoy más actualizada sobre cómo funciona el algoritmo de Facebook que en las últimas actualizaciones del BOE en materia de derechos del consumidor. Aunque tranquilos, he hecho mis deberes para escribir lo que viene.
El tema es que tuve una profesora maravillosa de derecho del consumidor que no quería que nadie nos timase. Nos contó, entre otras muchas cosas, los artículos que debíamos mencionar para que no nos tomasen el pelo en la mesa. Bueno, y en otras partes. Lo que pasa es que tal como me los aprendí, también los desaprendí. Lo de memorizarme el listado de artículos era algo que superaba a mis neuronas. Me iba más lo de quedarme con la miga, con la chicha, con lo que me daba argumentos para pelear cuando salía a la calle. Empezamos.
A mi me hicieron madre con esta noticia. Confieso que soy esa persona, sí, siempre pido agua. Y no porque me flipe su ausencia de sabor, sino porque las otras opciones siempre son gas o alcohol. En fin, que el agua con la rodajita de limón, forever. Pero claro, lo de pedir botellitas de plástico todo el rato, no mola nada. Y más si te las tienes que terminar dejando a medias, ¿no podéis ponerme un vasito y ya?
Pues ahora puedes pedirlo y nadie podrá decirte que no. Hasta ahora era algo más normal en Madrid, pero a partir de ahora lo será en toda España gracias a la Ley de Residuos y Suelos Contaminados que entró en vigor el sábado 13 de abril. Esta ley quiere combatir las botellas de plástico a través de fomentar el consumo de agua no embotellada. Concretamente, esta ley obliga a todo el sector de la hostelería y gastronomía a ofrecer vasos de agua de forma totalmente gratuita. Aunque parece que nadie se ha enterado, porque ya he pedido unos cuantos y me los han negado con cara de póker.
Eso sí, la obligación solo hace referencia al agua del grifo. Tú eliges si la quieres gratis o embotellada.
Ya sabes, esto de que te pidas el café con hielo y te cobren el hielo aparte. De repente te llega la cuenta y el hielo parece sangre de unicornio porque duplica el precio de tu bebida. A ver, que no nos queremos escaquear, que el hielo cuesta dinero y si lo quieren cobrar, que lo cobren, aunque a muchos pueda parecernos fuera de lugar.
Pero aquí llega el truco del almendruco. ¿Ponía en la carta el precio del hielo ese que has pedido?En caso de no ponerlo, ¿te lo han avisado al pedirlo? Si la respuesta en ambos casos es un "no", la ley dice que no deben cobrártelo.
El día que me aprendí esto, me convertí en una especie de pesadilla en las mesas. Como esa gente que acaba de aprender una palabra y la mete hasta en la sopa, pues yo era.
El tema. ¿Cuántas veces te has preguntado si ese pan que no has pedido es justo que te lo metan en la cuenta?¿Si esas olivas que te han sacado con la caña tienen sentido en el ticket? Tú estás ahí la mar de tranquila, te pides tu caña (mi agua) y te sacan unas olivas. Te quedas a comer y oye, ponme un par de tapas. Y te sacan el pan. Y tú (antes) pensabas que eran gente muy maja, ahora ya estamos más listos y nos asalta la duda. Pero te llega la cuenta y ahí están, las olivas a 2€ y el pan por 3€.
Aquí la ley dice que solo si estaba escrito en la carta, se cobra. Pero ojo, que si no estaba escrito y como con el hielo, nadie te ha avisado del precio, no te lo pueden cobrar. Aunque hay opiniones de todos los gustos porque muchos piensan -pensamos- que lo que no se pide no se paga, que queda mejor que lo prorrateen en la carta. Que está claro que no voy a pelear los 3€ del pan que me he comido, pero el comportamiento habitual es que al cliente se le cobre por lo que pide, que lo que se sirve aparte es cortesía de la casa.
Lo que tiene guasa, como diría mi padre, es que te pidas un pincho de tortilla, te saquen el pan y te cobren por separado ambos. Lo siguiente es que te cobren por el pan del bocadillo.
Y puntito importante, en el menú del día, el pan tiene que estar incluido.
Esto es algo que sucede mucho en restaurantes donde se sirve marisco. Tú que sabes de lo que te hablo, esto está prohibido. Y tú que no lo sabes, te lo cuento.
Resulta que el precio del marisco va cambiando. Un día anda más arriba, otro más abajo. La cosa es que a muchos restaurantes les llega fresco en el día y como ellos pagan cada vez un importe diferente, terminan haciendo lo mismo en su restaurante. Pero cuál es el error, pues no poner el precio en carta. A ver, así, claro, rotundo, meridiano. El precio SIEMPRE ha de estar puesto en la carta. Y si tienes carta impresa, solo te quedan dos opciones. La primera, que lo saques de la carta y según el día informes de lo que tienes fuera de ella y su precio. La segunda, pon un precio fijo y asume el riesgo de que de repente se dispare el coste del producto.
No se puede poner en carta un producto sin indicar el precio y servirlo para que después la sorpresa llegue en forma de ticket. Hosteleros, vuestro riesgo es que el que se lo pida conozca la ley y terminéis no cobrándolo.
Empecemos por el IVA. Más de una vez se ha visto eso de que te llegue el ticket, mires el total y nada te cuadre. Vuelves a sumar los precios de la carta y no da, parece que hasta a la calculadora se le dan mal los números. Hasta que te das cuenta, o te lo dice la camarera, que te falta sumar el IVA. ¿Será verdad que me han puesto en carta los precios sin IVA y me lo han colao en el ticket? Será verdad que lo han hecho. Esto está más que prohibido. Y lo dice la Ley 44/2006 del 29 de diciembre, no te lo digo yo.
Y respecto a los precios. Siempre, siempre, han de estar a la vista del consumidor de una forma fácil y accesible. Los que mejor lo hacen son los que aparte de la carta, lo tienen expuesto en pizarras, pared, etc.
Básicamente, las sorpresas están prohibidas. El consumidor siempre será el protegido aquí. Fin.
Si te has leído todo lo de antes, creo que sobra decir que esto tampoco está permitido. ¿No pretenderán que comamos con las manos, no? Esto me recuerda al hotel al que fui hace poco. Que llevase mis toallas y sábanas. Y que me cobraban por la limpieza. Se nos ha ido de las manos un poco. Es obvio que si reservo una estancia para dormir y ducharme, principalmente, cuento con no tener que tumbarme sobre un colchón vacío. En fin, que no te pueden cobrar por el cubierto. La ley de otros países ya no te la puedo decir porque eso dependerá de cada uno, pero en España está más que prohibido. Y una vez más, no lo digo yo, lo dice la OCU.
Conclusión de todo esto. Nadie puede cobrarte por nada sobre lo que no se te haya indicado el precio de una forma visible y muy evidente. Ah, y que los vasos de agua son gratis.