Este domingo se decide el próximo Gobierno, con todo lo que ello implica para el futuro de la Comunitat
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VALENCIA. Tras una intensa campaña electoral, marcada por la incertidumbre de qué sucederá esta noche cuando se proceda al recuento de votos, la Comunitat Valenciana se prepara para afrontar su futuro. El horizonte se divisa más imprevisible que nunca. Cabe imaginar que las grandes cámaras estarán ampliamente dividas y sustentadas en acuerdos que aún resulta difícil concretar. Si algo está claro es que, sean cuales sean los resultados, la agenda política continuará siendo convulsa y esto influirá en la vida de los valencianos.
Grandes temas como la reforma de la financiación autonómica están sobre la mesa, una reivindicación que las principales fuerzas política y líderes han defendido con mayor o menor intensidad en la Comunitat, pero que deberá someterse a examen en 2016.
PARTIDO GANADOR EN CADA PROVINCIA DESDE 1977:
En cuanto a las repercusiones autonómicas, de imponerse un Gobierno central del mismo signo político que el valenciano, las quejas del Consell se verían cuanto menos moderadas, mientras que la victoria de Rajoy devolvería la situación al mismo punto, con el actual Ejecutivo conformado por PSPV y Compromís en posición de ataque.
Así, también serán vitales los resultados particulares para la estabilidad del Gobierno valenciano. Si la coalición Compromís-Podemos supera al PSPV-PSOE, se verán legitimados para aumentar el grado de presión dentro del Consell durante la legislatura. Tampoco se descarta que pueda producirse una reforma en el Gobierno valenciano para la entrada de Podemos, que hasta ahora solo da soporte parlamentario al Ejecutivo. Una situación en la que existe división de opiniones en la formación morada y que, desde el actual Consell, se prefiere enfriar a corto plazo.
Por otro lado, si los socialistas valencianos mantienen la segunda posición en el resultado de las generales, será un importante balón de oxígeno para Ximo Puig y los suyos, dado que podrán reafirmar su argumento de que la suma de uno más uno en política, no siempre da como resultado dos. Es decir, que ni siquiera la unión de Compromís y Podemos ha sido suficiente para superarles.
El PPCV aspira a mantenerse como primera fuerza demostrando que ha sostenido la caída tras las elecciones autonómicas y locales y que sigue contando con la confianza de la mayoría de los valencianos. Un examen, el primero, muy importante para la líder regional del partido, Isabel Bonig, que se verá reforzada si los populares cosechan un buen resultado en la cita con las urnas y beneficiará sus opciones de continuar al frente de la formación tras los futuros congresos que se esperan en 2016.
No obstante, los populares seguirán teniendo que enfrentarse a las acusaciones de corrupción, un argumento que el PSOE parece haber esgrimido con mayor fuerza durante el tramo final de la campaña. Los populares han tratado de destacar que han apartado a los imputados en estos casos, pese a la polémica generada por el cartel en el que el exalcalde de Gandia, Arturo Torró, aparecía junto a Rajoy. Finalmente, fue retirado tras la prohibición de la dirección regional.
Esta baza seguirá siendo jugada por los socialistas a lo largo de la legislatura, al margen de que los numerosos casos abiertos avanzarán en estos años sin elecciones de por medio.
En la última campaña electoral Valencia se ha convertido en objeto de especial atención para los grandes partidos. El PSOE escogió la Fonteta de San Luis para el acto de mayor aforo celebrado en toda España, Albert Rivera, ha reiterado su presencia en Alicante y Valencia y, tanto Iglesias como Rajoy, decidieron cerrar la campaña con sendos mitines en el Cap i Casal. Aunque los candidatos nacionales sí se han dejado ver por distintos municipios alicantinos, Castellón ha sido la gran abandonada de este curso, sin ningún acto de envergadura anotado.
El líder de Podemos rechaza "por activa o por pasiva" cualquier posibilidad de que Rajoy sea presidente y califica de "urgente" la necesidad de una ley de emergencia social