VALÈNCIA. La moción de censura de Sueca está resultando un quebradero de cabeza y un desajuste de piezas para la mayoría de los partidos implicados, tanto en lo que se refiere a instigadores como a receptores. Y, sobre todo, para PP y PSPV, incluso para Compromís. Quien más gana, a priori, es Sueca per Davant, la formación del previsible futuro alcalde, Julián Sáez.
El Partido Socialista perderá, si se sustancia la moción con su presentación por registro de entrada del Ayuntamiento en los próximos días y con la posterior votación en pleno, una de sus alcaldías emblemáticas, la de la capital de la Ribera Baixa.
Dejará de tener a un alcalde, Dimas Vázquez, cuyo pacto con PP y Cs el pasado mandato provocó un conflicto interno en el Botànic II al perjudicar a Compromís, vencedor en los comicios de 2019.
Muy local
Desde el PSPV se excusaron en una medida local y reaccionaron tímidamente con el anuncio de la apertura de un expediente que nunca se llegó a concluir. Incluso Vázquez pudo repetir en 2023 como candidato socialista y ganó. La dirección regional se ha resignado a que las decisiones de partido en Sueca se toman en la agrupación de Sueca. O en el grupo municipal.