La moción de censura de todos contra el PSPV sobrevuela Sueca

VALÈNCIA. Sueca se distingue en la provincia -entre otras cuestiones- por su singularidad y complejidad política. Fue uno de los últimos municipios con alcaldía del Centro Democrático y Social (CDS) en manos del carismático Vicent Vera y de los primeros que se sumó a la ola de la expansión de Esquerra Republicana de Catalunya (ERC) en la Comunidad Valenciana en los albores del siglo XXI con el tirón de la polémica figura de Josep Lluís Carod-Rovira.

Ha dispuesto de alcaldías de casi de todos los colores políticos (Partido Comunista, Bloc, Compromís, PSPV, Independientes...) excepto del PP pese a que esta formación ha ganado elecciones con holgura pero sin llegar a poseer la vara de mando. Y se ha negado a adaptar los acuerdos del Botànic a su contexto local. Incluso se ha enfrentado a ellos.

En 2019 Compromís ganó los comicios pero su alcaldesa hasta entonces y luego consellera de Educación, Raquel Tamarit, no pudo sentarse en el sillón presidencial porque el PSPV de Dimas Vázquez sumó a su causa de los concejales de PP y Ciudadanos y se aseguró la vara de mando.

La coalición compromisaria elevó un clamor de protesta que llegó hasta la dirección socialista que por entonces dirigía el mismísimo president de la Generalitat, Ximo Puig, que anunció la apertura de expediente informativo e incluso deslizó la posibilidad de expulsíón.

Alcalde sin sanción

Cuatro años después no solo había quedado en menos que agua de borrajas esa hipotética sanción por incumplir el mandato botánico de primar acuerdos PSPV-Compromís, sino que el propio Vázquez fue proclamado candidato socialista a la alcaldía en 2023 y, esta vez sí, ganó.

Y en esa ocasión, hace un año, se apoyó en los tres concejales de Sueca per Davant, el partido local heredero de la marca Grup Independent de Sueca, Perelló y Mareny del exalcalde Voro Campillo. Los ocho del PSPV y los tres de SxD suman 11, justo la mayoría absoluta raspada frente los siete de Compromís y los tres del PP en la oposición.

No obstante, en un consistorio habituado al minifundismo político y a los vaivenes en los pactos (que se lo pregunten al propio síndic de Compromís en Les Corts, Joan Baldoví, que también fue primer edil de Sueca tras lograr el apoyo de PSPV y EU ante un PP que había ganado los comicios con ocho concejales), la aparente calma ha sobrevivido un año.

Sueca per Davant ha arremetido en pleno municipal contra sus socios de gobierno por los retrasos de hasta un año en pagar a empresas suministradoras y los "cientos de facturas sin abonar". Su propio portavoz, Julián Sáez, ha advertido de que "esto no se va a volver a repetir" para anunciar que "toca cambiar las cosas y tomar decisiones valientes". Su asamblea le ha dado el plácet para adoptarlas.

La venganza de Compromís

Y Compromís, liderado por la exdiputada provincial de Turismo Pilar Moncho, no ha tardado en recoger el guante. "La situación es muy grave" ha avisado para reunir de inmediato a su asamblea. El resultado previsible de esa cita de martes 25 de junio -que no había terminado al cierre de este artículo- era también un nuevo beneplácito a negociar. Ya es el segundo partido que lo obtiene.

"Sueca está exento de pacto global de investidura, como Benifairó o Palma de Gandia", apuntan desde la dirección compromisaria para aclarar que el mandato botánico carece de vigencia en la capital de la Ribera Baixa. Si el PSPV lo incumplió en 2019 sin sanciones, Compromís no tiene por qué acatarlo. De hecho, el precedente suecano abrió una brecha comarcal entre ambas formaciones que todavía no se ha cerrado pese a haber transcurrido un lustro.

No obstante, aunque Sueca per Davant y el grupo de Moncho quieran sustanciar su malestar en una moción de censura y un nuevo ejecutivo municipal-ya acumulan experiencia de gobierno conjunto en anteriores mandatos, como en 2015-2019-, necesitan un tercer socio. Entre ambos suman diez concejales.

Por tanto, su mirada se vuelve necesariamente hacia el PP. "Desde luego que hace falta, y esa negociación corresponde a los independientes", subrayan desde Compromís, que recuerda que "ni recibimos alcaldías del PP ni se las damos".

El PP observa y espera

La dirección popular, que ya lleva dos alcaldías sumadas en este mandato por sendas mociones de censura en Montserrat y Albaida, más otras dos conseguidas por renuncias de los primeros ediles de otros partidos en Andilla y Favara, observa la maniobra con atención.

"Todos los escenarios están abiertos y nada se ha concretado", señalan desde la cúpula popular a modo genérico para, indirectamente, confirmar que no descartan esa moción de censura que sobrevuela ya el pleno de Sueca. 

Los primeros pasos ya se han completado con la advertencia de la decisión "valiente" de SxD y el apoyo acelerado de Compromís. Ahora falta que cierren los últimos y decisivos, entre ellos de qué partido sería el candidato a la alcaldía. Mientras, desde el PSPV confían en que las turbulentas aguas que agitan la política local se apacigüen.