¿Quién vicealcaldea a quién?

Esta semana ha sido bochornosa. Si un guionista hubiera propuesto una escena en la que una parte del gobierno de la ciudad de València se va a jalear a un hombre que hace un playback de Manolo Escobar vestido de torero se le habrían rechazado porque no era creíble. Demasiado exagerado para el espectador. Si además al grito de viva España estaban celebrando no aprobar una moción en favor de la igualdad de las mujeres el 8 de marzo, habría sido el propio guionista el que se contuviera a la hora de proponerlo. Nadie estaría tan loco, habría pensado.

Pero lo que está pasando en València, además de que alguno recupere la frase de que nos sitúa en el mapa, es algo más que la radiografía de un ridículo. Tiene que ver con quien está al frente o quien manda en el gobierno de la ciudad. La lógica te lleva a pensar que la agenda la marca el grupo que tiene más concejales en el gobierno. Pero no creo que sea la mejor semana para defender esa postura.

Y es que, por mucho que Catalá se empeñara en desmentir que Badenas fuera su vicealcalde, es él quien está consiguiendo que sea ella la que ejerce de segunda.

Porque al final es cierto que el Partido Popular tiene más competencias. Incluso que en el reparto de esas competencias se empeñaron en etiquetar las que les cedían como áreas menores. Pero la realidad es que el modelo que se está imponiendo se parece más al ideario de Vox que al de cualquier derecha europea o persona mínimamente moderada.

En empleo, con la cesión de voto de la propia alcaldesa, han eliminado las políticas de impulso a la igualdad y las ayudas para que se contrate a mujeres desempleadas de larga duración. Algo tan sorprendente que la concejala de igualdad, del Partido Popular, se enteró en directo durante el pleno municipal en uno de los momentos más ridículos que se recuerdan en el consistorio. Tierra trágame.

O tienen a un negacionista representando de manera oficial a la capital verde europea. Dejando a las claras que en esta ciudad se han situado al frente personas que llevan gorro de papel de plata. Ante expertos internacionales negó el cambio climático y en el pleno municipal no solamente no fue rectificado por la alcaldesa, sino que calló cuando repitió vehemente su argumento y lo avaló con su propio voto.

En los hechos ponen como excusa un problema de personal para frenar las cámaras de la Zona de Bajas Emisiones, se suman con golpes en el pecho y audio de celebración de María José Catalá incluido a la reversión de carriles bici o inauguran un carril coche en la calle Colón. Han paralizado las grandes peatonalizaciones como la de Guillem de Castro o la Avenida del Puerto y han renunciado a presentar un proyecto de transformación propio por el que se vaya a recordar su gobierno.

Una suma de cosas que en el fondo deja ver, muchas veces por ausencia, los pilares de la ciudad que proyectas. Y, sobre todo, que no es lo mismo tener la alcaldía que tener el poder. Porque el poder trata de decidir y aquí se está imponiendo el ultra.

De hecho, esta semana me acordaba de un momento de la película de ‘Che, el argentino’. Benicio del Toro, que interpreta al guerrillero, argumenta en los preparativos de la revolución que lo importante no es saber cómo llegar al poder, sino saber qué hacer con el poder una vez lo has conseguido. Y alguien debería hacerle esa reflexión a Catalá.

Porque en teoría es desde la alcaldía desde donde se deberían de marcar modelo, relato y agenda. Pero el modelo de ciudad es el que proponía Vox, taladro en mano durante la campaña electoral, en los temas más identificables imponen su relato de guerra cultural, especialmente contra las mujeres, y la agenda se la marcan con la facilidad de poner un tuit histriónico.

El Partido Popular en València ha renunciado a dirigir la ciudad, aunque formalmente le correspondería. A imagen y semejanza de como ha ocurrido otras latitudes ocupan el espacio, pero quien vence es el ideario extremo y atrasista. Entonces, ¿para qué? ¿qué más da tener la alcaldía para al final aplicar el programa de otros? ¿no está ganando la batalla de las ideas Vox, aunque el PP tenga más votos en unas elecciones?

Y vaya por delante que creo que Catalá es una persona más conservadora que Badenas en muchos asuntos, aunque sea menos freak. Pero lo cierto es que da igual, porque se ha conformado con llegar. Sin saber o querer hacer algo más que dejarse llevar, una vez ha llegado.

Por tanto, tras esta semana, la pregunta sería:

En realidad, ¿quién vicealcaldea a quién?