VALÈNCIA. Tras los envases, la tasa al azúcar. La iniciativa que Compromís impulsa en Les Corts para imponer una tasa a productos con un elevado porcentaje de azúcar o grasas como la que ya tiene Cataluña también suscita el rechazo frontal de la industria alimentaria y el sector de la distribución, cuyos principales actores ya anuncian que darán batalla para conseguir que ese gravamen acabe en el mismo lugar que el controvertido plan para implantar el SDDR: archivado en un cajón.
Así lo anunció este jueves el director de Relaciones Externas de Consum, Javier Quiles, quien sostuvo que, al igual que el sistema de depósito devolución y retorno de envases, la tasa a las bebidas azucaradas es otro "craso error" a la que se opondrán porque, a su juicio, rompe la unidad de mercado. Además, destacó que en Cataluña, el reglamento que la desarrolla va a ser impugnado por las asociaciones Asedas, Fiab, Anfabra y Cedac.
Tras exponer el modelo de negocio de la cooperativa durante una conferencia en Forinvest, Quiles explicó que en Cataluña, la primera comunidad que implantó el gravamen a los productos azucarados, no se ha reducido el consumo de estos productos porque, en su opinión, la finalidad no luchar contra la obesidad, sino meramente recaudatoria.
El directivo se expresó de este modo tras ser preguntado por su opinión sobre las declaraciones del destituido secretario autonómico de Medio Ambiente, Julià Álvaro, en las que lamentaba que el Consell del Botànic no hubiera hecho frente a los "poderes económicos" para sacar adelante medidas como el SDDR, del que Álvaro fue principal valedor.
Al respecto, dijo que Consum y el resto de cadenas integradas en la patronal de los supermercados Asucova, como Mercadona, no se oponían al SDDR, pero consideró inviable aplicar el sistema en una sola comunidad autónoma porque "se rompería el mercado".
Tal y como publicó Valencia Plaza, Compromís trabaja desde hace meses en la implantación de un gravamen para determinados productos con elevados contenidos de azúcares o grasas. La coalición, a la vista del rechazo del sector, sustituyó la Proposición No de Ley original para limitar la medida exclusivamente a las bebidas azucaradas y excluir a la bollería industrial.
El cambio, sin embargo, no convence ni a los productores, ni a los distribuidores. En este sentido, Quiles explicó que tras el rediseño de la medida han vuelto a transmitir a Compromís que también se opondrán aunque el gravamen se limite a las bebidas.
Por otro lado, preguntado por su visión sobre el futuro del retail, Quiles subrayó que el sector de la distribución es "altamente cambiante" porque la transformación digital le obliga. "Hoy tenemos clientes multicanal, lo digital esta en el día a día, pero no podemos olvidar que vendemos algo físico", explicó.
Al respecto, consideró que el futuro para el sector pasa por la combinación del modelo físico y el online y que la clave será "encontrar la piedra filosofal en la última milla" dado que el coste del transporte es lo que hoy en día impide a los supermercados que la venta online sea rentable.
Como ejemplo, Quiles recordó que solo el coste del transporte a casa del cliente –al que habría que sumar el de la confección de la compra en tienda– oscila entre 5 y 7 euros, el triple de la rentabilidad que la empresa obtiene con una cesta tipo de 100 euros.
"Si todo el mundo comprase online, Consum cerraría la persiana", manifestó al respeto.
En cuanto a la posible amenaza que puede suponer la llegada a València de Amazon con entregas rápidas en la venta de productos frescos, el consejero delegado de Consum aseguró que aunque la compañía de Jeff Bezos es una amenaza desde que nació, "de momento amenaza poco".
"Amazon no sabe gestionar el producto fresco. Hoy por hoy la incidencia en el sector frescos en España es muy poca, seguramente será mayor en el tiempo, pero los demás también nos vamos adaptando. La clave será quien encuentre la piedra filosofal de la ultima milla", concluyó.