Rafael Blasco, durante una de las sesiones del juicio celebrado en abril de 2019. Foto: EVA MÁÑEZVALÈNCIA. El exconseller Rafael Blasco ha vuelto recientemente a ingresar en prisión por las últimas dos piezas del conocido como 'caso Cooperación', centrado en el desvío de fondos de las ayudas al Tercer Mundo.
En junio de 2015, el Tribunal Supremo sentenció al exconseller con el PP a 6 años y 6 meses de prisión por la primera de las piezas y cumplió condena. En abril de 2020 fue nuevamente sentenciado por otras dos investigaciones. Tras una sentencia de casación, el Tribunal Supremo fijó la pena en un año de cárcel, pero el pasado febrero la Audiencia de Valencia la amplió a año y medio.
Para cumplir ahora esa condena, hace algunas semanas ingresó de nuevo en la prisión de Picassent, tal y como ha avanzado Las Provincias. Aun así, le ha sido concedido directamente el tercer grado, por lo que sólo tiene que acudir a pernoctar al Centro de Inserción Social (CIS) y en breve podrá dejar de ir.
El motivo de la concesión del tercer grado es el tiempo transcurrido, la condena cumplida, el embargo de todos su bienes y su edad, según explican fuentes conocedoras del asunto.
La defensa del exconseller pidió convertir la pena de cárcel en trabajos en beneficio de la comunidad, pero la Audiencia de Valencia no se lo ha concedido pese a que la Fiscalía sí se pronunció favorablemente. "Sería una ironía que quien malversó caudales públicos, delito que atenta contra los intereses de la comunidad, se vea recompensado haciendo trabajos en beneficio de la misma a la que gravemente perjudicó", dicen los magistrados.
En el auto de la ejecutoria, le reprochan que debía haber ingresado voluntariamente en prisión, pero no lo hizo. Además, consideran que la edad de Blasco –casi 80 años– no es obstáculo para ello.
Pese a todo ello, le ha sido concedido el tercer grado y solo estará unas semanas acudiendo al centro penitenciario.
