VALÈNCIA. “No por ser un pueblo pequeño has de renunciar a tener las mismas infraestructuras que una ciudad”. Ese ha sido el planteamiento de Carolina Mengual, alcaldesa de Ràfol de Salem y de su equipo de gobierno durante los doce años que lleva al frente de este municipio valenciano en el que residen unas 450 personas. Así, en estos años, han dado diversos pasos para convertirse en una smart city: han instalado el control digital del riego por goteo en los parques de Ràfol de Salem, han impulsado el cambio de los contadores de agua por unos digitales, han implantado la telegestión del alumbrado (que además utiliza luces led), han cableado el pueblo con fibra óptica, han instalado puntos de recarga para coches eléctricos y están trabajando para alcanzar la autosuficiencia energética, “¿por qué no podemos ser una smart city? Esa inquietud nos ha llevado a buscar las subvenciones para mejorar la calidad de vida de nuestros vecinos y, a la vez, minimizar los gastos y conseguir importantes ahorros para todos. Además, estas medidas son fundamentales si queremos frenar la despoblación en nuestros pueblos”, explica Carolina Mengual.
Y esa inquietud les llevó a plantearse la necesidad elaborar una Guía Smart City, ya que contar con ese documento les posicionaba mejor de cara a las subvenciones. “En Avaesen nos ayudaron a redactar esa guía, que reúne las necesidades, las acciones que quiero realizar, con plazos de tiempo para ir avanzando en las distintas estrategias para ser una smart city. Ahí nos dimos cuenta de que muchas acciones las estábamos ya llevando a cabo y en otras teníamos puntos de mejora. Las profesionales de Avaesen han estado a nuestro lado en todo momento, resolviendo todas las dudas, para elaborar una guía adecuada a las necesidades de Ràfol de Salem”, comenta la alcaldesa de la localidad.
Esa guía, el Índice Smart City elaborado por Avaesen, con el apoyo de la Consellería de Innovación, Industria, Comercio y Turismo de la Generalitat Valenciana, es una herramienta de autodiagnóstico para municipios y ciudades a través de la cual pueden identificar las áreas de trabajo de una smart city (como transición energética, transición digital, innovación social y ciudadanía y calidad de vida) y conocer su grado de desarrollo en su municipio. En este sentido, Juan José Cortés, director general de Innovación mantiene: “Esta herramienta que hemos desarrollado conjuntamente Avaesen permite a los responsables de la gestión municipal contar una visión global del estado de su municipio, podrán compararse con otros similares y planificar, de manera estratégica, sus retos futuros estableciendo prioridades a la hora de licitar inversiones y encontrando sinergias con otros ayuntamientos con necesidades similares”. En este sentido, Pedro Fresco, director general de la Asociación Valenciana de Empresas del Sector de la Energía, enfatiza que “estamos inmersos en un proceso de cambio de nuestras ciudades y pueblos y el Índice Smart City de Avaesen es una herramienta gratuita para facilitar su transición hacia un modelo smart city real, que además no solo diagnostica, también conecta con todo el ecosistema público-privado del Think tank Smart City que lidera Avaesen, porque con la colaboración público-privada se alcanzan mayores cotas de éxito".
Precisamente Ràfol de Salem se aliaron con dos empresas que forman parte de ese ecosistema de Avaesen, ImpactE (especialista en servicios informáticos y análisis de datos aplicados a la toma de decisiones en materia de eficiencia energética) y Sapiens Energía (cooperativa pionera y referente en la implantación de las comunidades energéticas de renovables), para estudiar sus posibilidades de alcanzar la autosuficiencia energética y poner en marcha una Comunidad Energética Local (CEL). “La colaboración público privada es fundamental para acelerar la transición energética”, apunta Juan Sacri, experto en comunidades energéticas de renovables (CER) y presidente de Sapiens Energí. En este mismo sentido, se manifiesta Ximo Masip, cofundador de ImpactE: “Estamos en situación de emergencia climática declarada y necesitamos acometer cuando antes la transición energética para minimizar los efectos del cambio climático”.
Así, ImpactE realizó dos acciones: un estudio sobre el potencial de producción de energía fotovoltaica en la localidad y un mapa solar. El estudio arrojó datos muy significativos, como que Ràfol de Salem podría hacer una gran parte de la transición energética apoyándose en la energía solar fotovoltaica, cubriendo el 45% de las necesidades energéticas con energía solar. “Con un total de 4.750 paneles se evitaría la emisión de 298 toneladas de CO2 y además esto implicaría el ahorro anual de 620.000 euros al conjunto de la población”, asegura Masip.
Por su parte, el mapa solar es una herramienta web abierta e interactiva, accesible desde cualquier dispositivo (móvil, web o tablet) que permite a los ciudadanos del municipio conocer el potencial fotovoltaico en sus inmuebles. “Con un clic en su cubierta se puede conocer la capacidad de su cubierta para instalar paneles fotovoltaicos, la instalación recomendada en función de sus necesidades y las principales variables económicas derivadas para esa instalación recomendada. Variables como la inversión necesaria, el ahorro estimado que conseguirían de forma anual en sus facturas, el periodo de retorno de la inversión y el impacto medioambiental. El mapa solar pretende ofrecer a los ciudadanos, de forma muy sencilla a golpe de clic, los datos clave para facilitarles la toma de decisión a la hora de promover una instalación fotovoltaica o de sumarse a la comunidad energética local”, relata el cofundador de ImpactE.
A partir de todo ello se está planificando la estrategia global y las diferentes líneas de acción para impulsar las instalaciones de autoconsumo, incluyendo la constitución de una comunidad energética local de renovables. “El aprovechar la energía solar en nuestros hogares y empresas va a permitir ahorrar en la factura de la luz y no depender al 100% de las compañías eléctricas. Por eso, es importante que los ayuntamientos tomemos la iniciativa para crear las comunidades energéticas. Estamos en un momento de cambio y hay que aprovecharlo”, apunta Carolina Mengual.
Para poner en marcha la comunidad energética local el Ayuntamiento de Ràfol de Salem se han apoyado en Sapiens, cooperativa energética considerada entidad no lucrativa por la Generalitat y que trabaja en unos 65 proyectos similares en otros municipios. La comunidad energética de renovables de Ràfol de Salem, constituida como una asociación, estará abierta a la participación de las personas y pymes que lo deseen, que se convertirán en copropietarios y gestores de las instalaciones fotovoltaicas y sus estatutos y marco de gobernanza se definirán con un proceso de cocreación y codiseño. Sapiens será la responsable de los servicios de gestión, “para profesionalizar la administración de la comunidad, aunque la gestión será participativa y democrática y para ello es fundamental la implicación de ciudadanos y pymes”.
“La información y la formación es fundamental para involucrar a cuantas más personas y pymes posibles en el proyecto. Hay que explicarles las ventajas del proyecto, que confíen en la CEL y se sumen”, comenta Carolina Mengual, quien es consciente de lo farragoso del proceso: la lentitud de los trámites y las trabas. Algo en lo que coincide Juan Sacri: “Es exasperante que un proyecto de autoconsumo individual tarde dos semanas en recibir el visto bueno, mientras que para uno colectivo se retrase casi doce meses, son demasiados trámites, a los que se suman las trabas de diferentes actores que hacen que los ciudadanos no perciban resultados inmediatos y no consideren interesante involucrarse”. "De ahí que sea necesaria mucha formación, demostrarles que es más atractivo ir juntos que separados, por ejemplo un proyecto colectivo la subvención alcanza el 65% del coste, mientras que en uno individual es del 45%. De momento el ayuntamiento de Ràfol de Salem ha cedido a la asociación las cubiertas de diversos edificios municipales para la instalación de placas y hemos firmado convenios con distintas empresas del municipio, pero necesitamos que se sumen más”, comenta la alcaldesa.