VALÈNCIA. Raquel Ramiro ya sostiene oficialmente la vara de mando de Bonrepòs i Mirambell. La socialista ocupaba el cargo de alcaldesa en funciones desde el pasado mes de julio, cuando su predecesor Rubén Rodríguez se vio obligado a dimitir por un presunto caso de acoso a una empleada. Así, el poder ha llegado a sus manos de manera totalmente inesperada, y sin que ella sea totalmente capaz de asimilarlo todavía: "Ser alcaldesa no estaba en mis planes de futuro inmediato", admite. "Pero me lo pidieron y yo soy totalmente fiel a mi partido".
De este modo, Ramiro fue investida alcaldesa esta semana gracias a los cinco apoyos del PSPV y la abstención de Compromís y el Partido Popular, cada uno de ellos con tres ediles. Antes del revuelo, ella era la primera teniente de alcalde y también la regidora de Cultura, Fiestas, Sanidad, Igualdad y Juventud. Ahora, compaginará el cargo de alcaldesa con Fiestas, Igualdad y Sanidad. El resto de las competencias serán transferidas a Irene Martínez, la nueva incorporación de los socialistas tras la marcha del exalcalde.
"Llevo cinco años en política", explica la nueva primera edil. "Fui concejala durante la legislatura pasada con Jesús Raga, y luego renové con Rubén. Ahora mismo, mi vida ha dado un giro radical: no es lo mismo presentarte como cabeza de lista, con tiempo para prepararte psicológicamente, que verte en una situación así", reflexiona. Su carrera profesional, antes de adentrarse en el mundo de la política local, comprendía dieciséis años de dedicación a la postventa en el sector de la automoción.
En cuanto a su actual equipo de gobierno, no se esperan grandes novedades. Tan solo habrá cambios con la llegada de Irene Martínez y la transferencia de algunas competencias a su cartera. En este sentido, las líneas políticas también se mantendrán intactas: terminar las obras del hogar del jubilado, impulsar el Pla Edificant para la ampliación del colegio, y las reformas en el recién adquirido almacén agrícola. "Y lo más importante", añade la alcaldesa, "estar pendientes a las nuevas necesidades que puedan surgir a raíz de la covid-19. Así podremos proporcionar a nuestros vecinos las ayudas que precisen".
Cabe recordar que el Partido Socialista y Compromís mantienen un pacto de gobernabilidad, el cual garantiza una mayoría suficiente para sacar adelante las propuestas del ejecutivo local. Nuevamente, la intención de Raquel Ramiro es continuar en esta misma línea, preservando la unión entre ambos partidos. Aun así, reconoce que la abstención de los valencianistas en su pleno de investidura tuvo que ver con la falta de una negociación previa para proceder a su nombramiento.
En lo que tiene que ver con la situación del anterior alcalde, Rubén Rodríguez, la primera edil apunta: "Su caso se llevó a la mesa de Igualdad y se están ejecutando todas las investigaciones pertinentes. Por el momento, no tenemos constancia de que la situación haya pasado a la vía legal". Sobre la credibilidad del gobierno socialista después de aquel incidente, Ramiro matiza: "El PSPV fue rápido, conciso, y actuó con la celeridad que el caso requería", alude.
En este sentido, considera que las responsabilidades colectivas ya han quedado depuradas, y no cree que su partido pueda verse afectado por la situación. Sin embargo, no descarta un posible retorno del exalcalde si las acusaciones contra él quedasen desestimadas: "Nadie ha echado a Rubén. Dejó voluntariamente su acta de alcalde y de concejal para no dañar más al partido, así que estaría en todo su derecho a volver si lo considerase oportuno", concluye.