VALÈNCIA. "En Attrim Group vamos a crecer en 2025 orgánica e inorgánicamente". Así lo apunta Raúl Mir, socio fundador del grupo creado tras la fusión de Ángela Impact Economy - que cumple su quinto aniversario- con Nettrim. La compañía, que une sostenibilidad con tecnología, ya cuenta con 80 personas, de las que 20 están en València. Un escenario en el que la sostenibilidad medioambiental y social está cada vez más presente en las empresas debido a la presión normativa, que busca normalizar el dar cuenta del impacto en la sociedad de la actividad económica.
La compañía busca potenciar la comercialización de su software DATÂIE Sustainability Analytic para el servicio de reporting y cuadros de mando para la gestión de datos de la sostenibilidad con visión de negocio. También la parte de consultoría, que busca acompañar al uso de este sistema.
- Hace cinco años montó Ángela Impact Economy. ¿Qué ha sido lo más sorprendente?
- No me esperaba que las empresas tardasen tanto en abordar los aspectos vinculados a la gestión de la sostenibilidad corporativa y que son de obligado cumplimiento por parte de la regulación pero que, sobre todo, son aspectos de mejora de la competitividad. Creía que iba a ser más rápido. Pero cuando empiezo hace cinco años, hablar de esto era más complicado. Muchas veces me miraban como las vacas al tren. Me voy de un banco a desarrollar una actividad vinculada al impacto social y medio ambiental, pero nuestra perspectiva siempre ha sido desde el punto de vista de negocio. De cómo la gestión de la sostenibilidad corporativa puede hacer una mejor empresa. Los dos primeros años era predicar en el desierto. Y lo que hemos visto, sobre todo en el último año, es un cambio sustancial de cara a la regulación que se pone en vigor el año que viene.
- ¿Qué compañías tendrán que publicar la memoria de sostenibilidad el próximo año?
- Todas las empresas de más de 50 millones de facturación y 250 empleados tendrán que presentar la memoria de 2025 en base a unos nuevos estándares, y en formato de reporting digital. El informe de sostenibilidad corporativo, que es como se llama, deberá ir acorde a los estándares europeos ESRS, en el marco de la directiva CSRD, y en un formato digital. Hablamos en torno a unas 70.000 empresas en toda Europa. Si no se hace, no puedes presentar las cuentas anuales.
- ¿Las empresas avanzan más en acciones de sostenibilidad por la regulación o por convicción?
- Avanza por la regulación, por obligación, excepto las empresas líderes, que aunque inician el proceso por la regulación, enseguida ven la ventaja competitiva que genera. Pero la inmensa mayoría, sobre todo en España, avanzan por obligación.
- ¿Se espera un incremento del talento dentro de las empresas vinculado al área de la sostenibilidad?
- Sí, pero es un camino que requiere de mucho acompañamiento todavía. Un ejemplo comparable es la contabilidad y las finanzas. El informe de sostenibilidad corporativo en el marco de CSRD ha generado las reglas del juego. Los estándares europeos tienen unos requisitos de divulgación y obligan a las empresas a reportar una serie de métricas que recogen hasta cerca de 1700 datos.
"hay que generar un marco comparable, consultable y transparente en materia de sostenibilidad"
El símil es el plan general contable. Lo que se ha hecho es generar las reglas de lo que se tiene que informar. Hace unas cuantas décadas, cuando una empresa informaba sus estadios financieros, daba a conocer lo que quería y como quería. Al entrar en vigor las normas internacionales de contabilidad, y la transposición en todos los países a través de los planes generales de contabilidad, ya no hay duda al respecto de que hay determinados epígrafes, determinadas cuentas contables y determinados aspectos dentro de pérdidas y ganancias o balances que hacen homogéneos y comparables los estadios financieros de las compañías.
Lo mismo está pasando es los aspectos de sostenibilidad corporativa con los datos y métricas que las empresas tienen que reportar. Generar un marco comparable, consultable y transparente. Igual que en las empresas se ha incrementado en las últimas décadas el talento y el conocimiento vinculado a los aspectos financieros pasará lo mismo con la sostenibilidad. Y estos dos mundos, finanzas y sostenibilidad, cada vez estarán más unidos.
- ¿Cómo las empresas se pueden concienciar de que la sostenbilidad es una parte rentable para su balance?
- Con el propio mercado. La obligación va a conseguir que presentes el informe. A partir de ahí, los clientes van a solicitarte esa información. También los financiadores, los inversores, el mercado va a demandar información relativa a aspectos relativos a sostenibilidad corporativa -medioambientales, sociales o de gobierno corporativo- y cuando te lo pide una regulación lo haces por obligación, pero cuando te lo pide un cliente lo haces por negocio.
Por tanto, lo que va a hacer que las empresas se den cuenta de que esto les beneficia a su negocio es el propio mercado. Hay muchas palancas que se van a utilizar en el mercado para hacer que las empresas cambien y reporten aquello que hacen en aspectos de sostenibilidad corporativa.
- ¿Qué camino queréis recorrer el próximo año desde Attrim?
- Será nuestro sexto año. El mercado ya no tendrá dudas y nuestro reto para 2025 es consolidar una estrategia de alianzas con despachos y consultoras que van a tener la necesidad de utilizar un software para reporte digital del informe de sostenibilidad de sus clientes. Hay mercado suficiente como para que los despachos que ahora no están especializados en sostenibilidad, como las consultoras que sí lo están, sigan gestionando a sus clientes, pero utilizando un software que cumpla con los requisitos de reporting digital que dice la norma. Nuestra apuesta para 2025 es crear una red de alianzas y acuerdos con despachos y consultoras para que empresas y consultoras puedan cumplir con lo que dice la regulación.
- ¿Existe mucha competencia alrededor de la parte tecnológica?
- Poca. Evidentemente hay, pero la regulación es tan compleja y farragosa desde el punto de vista de la traducción, de la elaboración del informe, de conseguir los datos que probablemente las empresa nunca han tenido presentes,... Y todo este tema de la regulación, trasladarlo a un software funcional y que resuelva lo que necesitan, es complejo. Nosotros llevamos cinco años haciendo esto. Desde el punto de vista de consultoría hay muchas especialistas y otras que avanzan en este ámbito regulatorio.
"En Europa habrá entre 20 y 25 compañías como la nuestra para abordar un mercado de 70.000"
Desde el punto de vista de la tecnología, hay empresas que están en ello. En Europa habrá entre 20 y 25 compañías para abordar un mercado de 70.000. Hay competencia, pero no nos preocupa. De lo que sí estamos orgulloso es de la combinación que tenemos como consultora y de la capacidad tecnológica. Eso no lo hemos visto. Vemos algunas consultoras que se alían con empresas de software, pero contar con ambas capacidades en una misma compañía es una importante diferenciación.
- ¿Cómo tenéis previsto vuestro crecimiento?
- Obviamente, vamos a tener que crecer en el ámbito de consultoría, porque se sigue necesitando mucho acompañamiento para que las empresas interioricen estos aspectos regulatorios y los conviertan en datos e información que les permita abordarlo desde el punto de vista de negocio. Vamos a crecer tanto orgánica como inorgánicamente. Necesitamos más capacidad para dar respuesta el mercado que se crea, y más pronto que tarde veremos operaciones corporativas que nos ayuden a seguir creciendo siendo lideres de este mercado.
A día de hoy ayudamos a generar el informe de sostenibilidad corporativa, pero alrededor hay mucha información que se puede eficientar y desarrollar soluciones como integraciones tecnológicas de sistemas de información, ERP o CRM que automatice la gestión de los datos. Seguro que vamos a ser capaces de ayudar a los clientes en la parte de gestión de los datos, tanto para la regulación como para corregir cosas que hacen mal. También mejorar el desempeño en algunos mercados en los que se valora determinado tipo de actividad, cambiar procesos de producción, mejorar el acceso a la financiación, a la contratación con la administración pública, ...
Lo bueno que tiene una regulación que te da hasta 1.700 datos, es que si los gestionas bien tienes una información objetiva que te permite tomar decisiones de negocio. Al igual que con las cuentas, si tú analizas bien tus cuentas financieras te permite tomar decisiones, dónde invertir o no, si contratar o no más, si vender activos o no venderlos... Lo mismo con los aspectos de sostenibilidad que son cuantificables y comparables.
- ¿Un ejemplo concreto?
- La cerámica tiene un ejemplo derivado del reglamento de taxonomía, que son las reglas del juego. ¿Qué es sostenible y qué no? El reglamento dice que un azulejo se considera sostenible si no tiene más del 70% de materia prima. Por lo tanto, si produces azulejos de esta manera, podrás decir que estás produciendo azulejos sostenibles. El que lo compre podrá decir que está comprando un azulejo sostenible, el que lo vende tendrá más mercado y el que lo compra tendrá más financiación. Y si no existe forma humana de que esto ocurra, habrá dinero para innovación para poder producirlo de esta manera. Este es un ejemplo, pero hay de cualquier ámbito.
Esto evolucionará, como han evolucionado las normas de contabilidad con la amortización, la depreciación de activos, de los ratios de deuda sobre beneficio o recursos propios. Al igual que han evolucionado las normas internacionales de contabilidad y los ratings de las empresas en base a los estadios financieros, evolucionará el reglamento de taxonomía y qué es sostenible y qué no.
- ¿Cómo ha sido vuestro escenario tras la unión con Nettrim?
- Para mí, uno de los principales hitos es la integración de Nettrim con Ángela Impact Economy. Es lo que nos da una diferenciación brutal, una capacidad tecnológica y posicionamiento en el mercado.
- ¿Los clientes europeos demandan más estos datos de sostenibilidad? ¿Hay una mayor conciencia?
- En general, los países del norte de Europa, que llevan más tiempo con una manera de hacer negocios y enfocar el ámbito económico y empresarial, lo tienen más presente. Nos está pasando con clientes del norte de España, que son a su vez clientes de multinacionales europeas, que aunque no están obligados a reportar por tamaño, están obligados a reportarle a su cliente en Europa. Tenemos un cliente en Castellón que nos pidió una carta diciendo que estámos realizándole la memoria de sostenibilidad, porque si no, un cliente, suyo en Francia no le contrataba. Y conforme avanzan las exigencias regulatorias y conforme ésta va generando datos e información, más se exige por parte de la cadena de valor y del cliente.
Más allá de que en 2027 entra en vigor la directiva de diligencia debida que obliga a las empresas a pedirle a toda su cadena de valor el informe de sostenibilidad. Por lo tanto, ahora el mercado es voluntario en parte, pero en los próximos 4 años será obligatorio para prácticamente cualquier empresa.
- Desde Attrim se va a reactivar la parte de inversión que impulsó Ángela Impact Economy. ¿Cómo se va a avanzar?
- La idea es seguir invirtiendo en aquellos ámbitos que pensamos que tenemos que tener el conocimiento de lo que se está desarrollando y cómo. Nos ocupa mucho la inteligencia artificial aplicada a la gestión de datos. Ya tenemos muchos datos de regulación, de exigencias a nivel de mercado y de clientes con los que llevamos años trabajando. Por lo tanto, todo lo que esté alrededor de la gestión de éstos, tiene sentido que invirtamos.
También soluciones vinculadas a impacto social y medioambiental. Por lo tanto, lo más seguro es que sigamos invirtiendo en fondos. La inversión directa requiere de más gestión. Por lo tanto, haremos inversión en fondos.
- Tras la Dana, ¿qué papel juega la sostenibilidad en el escenario actual?
El terrible impacto de la Dana es sin duda un punto de inflexión para priorizar políticas públicas y privadas alineadas con riesgos derivados de aspectos vinculados a la sostenibilidad y, más en concreto, aspectos de riesgos climáticos, de biodiversidad y ecosistemas. Entiendo la sostenibilidad como una gestión de riesgos y consecuencias de aspectos medioambientales, sociales, financieros y de toma de decisiones para conseguir perdurar en el tiempo. Por lo tanto, hay que darle importancia a esa gestión, ya que son factores que claramente están condicionando la viabilidad de las empresas o el bienestar de las personas.
- ¿Se ha producido un retroceso?
- Puede que la urgencia por responder a los daños inmediatos causados por la Dana suponga una pausa temporal en la implementación de acciones en esa línea. En cualquier caso, esto es un camino que no tiene final. Para ser mejor empresa, para ser mejor administración, para ser mejor ciudadano, vas a tener que abordar si o si aspectos vinculados a lo que conocemos como sostenibilidad, palabra que cada vez está peor utilizada. Como todos los caminos, a veces puedes ir más rápido, a veces te paras, e incluso retrocedes por necesidad o porque que encuentras otro mejor.
¿Las administraciones están teniendo poco en cuenta el aspecto medioambiental?
- Sí, desde hace un tiempo en Europa el aspecto medioambiental, que recuerdo que es solo una parte de lo que debe ser la sostenibilidad, está muy presente en todo. Pero la Dana ha evidenciado que los riesgos a los que nos enfrentamos por circunstancias derivadas de nuestras acciones tienen unas consecuencias más graves de lo que pensábamos, y que sin duda queda mucho por hacer y que además hemos de hacerlo muy bien porque hay vidas humanas en juego, como desgraciadamente hemos comprobado.
La directiva sobre diligencia debida en materia de sostenibilidad llega para fomentar un comportamiento empresarial sostenible y responsable en toda la cadena de valor de las empresas