De nuevos viñadores

Rebeldes sin pausa

Es viernes de volver a inviernos segovianos entre gurbujas A la Volé, pero hoy en plan reposito, que tocan vinos tranquilos.

| 03/03/2023 | 2 min, 50 seg

Pero traviesos, porque hablamos de Los Nuevos Viñadores, un grupito de productores que selecciona en su libro Luis Gutiérrez y que nos cuenta en primera persona para hacernos los honores. Paisajes y gentes con pluma de sus historias y esas imágenes de Estanis Núñez que hacen justicia a la que será su memoria. Partiendo de tiempos en que todo era homogéneo en lo aburrido hasta que se produce el cambio requerido. Con la incorporación de zonas olvidadas, variedades de uvas marginadas y formas de hacer con rebeldía.

Y sí, tía, viajando, bebiendo y gastando, así que le vamos dando con el Leirana Genoveva 2020 (Forjas del Salnés). Ideal de Rodrigo Méndez para dar el valor necesario a antepasados y su tierra. Haciendo tintos olvidados y que ahora son soñados. Y en esta ocasión con un albariño que es la perfección. Filo de espada que se clava en la voluntad para que tengamos que perderla. Textura de cítricos que empiezan con suavidad hasta hacerse grandes con unas navajas a la brasa.

Pasamos al Pícaro del Águila 2016 (Dominio del Águila), clarete de Jorge Monzón, un triunfador que siempre dio pasos de gigante. Desde su pedanía de Aranda a Romanée Conti con recorrido por Vega Sicilia, Arzuaga y vuelta a casa. Buscando la excelencia en la tradición y haciendo acopio, de a poquitos, de ese viñedo de sus amores. Para conseguir su bodeguita subterránea creadora de joven seriedad. Porque es rosita de eternidad sin arrugas y no se arruga con un lechazo de los buenos.

Nos vamos ahora a nuestro Madrid de la mano del Rozas 1er Cru 2020 (Comando G). Gredos con cambio de vida que es para ser entre amigos, en sábado matutino mirando la tele aunque salgan brujas. Porque no hay avería si mantiene la alegría, pese a las pérdidas del camino. Y lo sigue por sendero de pizarras y granito, porque puede ser bonito si termina el trayecto. Y fluye tan fresco buscando ser más que un refresco con unas patatas de churrería.

Con el Migan 2020 (Envínate) volvemos a los tiempos de la facultad y esos compañeros con los que levantar castillos de naipes. Compinches que unen a Galicia, Murcia, Albacete y Tenerife. Y este trago desde las Canarias más volcánicas donde el azufre revolotea revolviendo la ceniza que deja poso. Con posavasos centenarios que abren las cortinas de escenarios fáciles de reconocer. Por la oscuridad de las rocas que nacieron del fuego y que ahora se foguean con una morcilla de almendras.

Terminamos en Jumilla con Las Gravas 2018 (Casa Castillo). Finca que es familia de la que llena con cuidados que se hacen notar. La intensidad de pies que pisan fuerte llegando a la misma muerte. Franqueza hasta la saciedad aportando saberes infinitos. Carácter para alcanzar tan altas cimas que ya ni se las ve, porque miran a las estrellas. Y las agarran con la mano para ponerlas con una cazuela de gazpachos manchegos con mucha liebre.  

Así nos despedimos un día más y nos callamos en un tristrás. Hasta dentro de dos semanas, amiguis.


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