el interior de las cosas / OPINIÓN

Rebelión en la granja

31/10/2022 - 

Hoy se celebra el Día Internacional de las Ciudades. Una fecha para reivindicar la esencia de las urbes, de las sociedades urbanas, de quienes residimos en estos espacios que van evolucionando a medida que van creciendo. Mientras València ha logrado convertirse en la capital verde europea en 2024, Castelló sigue sumando reconocimientos nacionales e internacionales por su evolución como ciudad sostenible, vanguardista e integradora.

Las ciudades deben ser el corazón de la vida de las personas que las habitan, una casa común donde trabajar, vivir  disfrutar, y hacerlo desde la estima y el encuentro. Y así se contempla en València y Castelló, cuyos ayuntamientos gobiernan desde la perspectiva de la convivencia, el progreso y la solidaridad. Nunca desde el retroceso, odio y sectarismo. Porque en muchas ciudades sucede que la derecha y su ultraderecha se están dedicando a sembrar el rechazo hacia la ciudad en la que pretenden gobernar. En Castelló, la derecha y su ultraderecha comparan la ciudad con el Bronx neoyorkino, una similitud que degrada el sentimiento ciudadano. Y que no es verdad. No somos, ni mucho menos, una ciudad de segunda o de tercera como está vendiendo el PP, Ciudadanos y Vox.

Las ciudades modernas son aquellas que están construyendo su futuro de acuerdo a los parámetros de los Objetivos del Desarrollo Sostenible, de acuerdo a las necesidades de sus habitantes, incluso, de acuerdo a sus sueños y esperanzas. Castelló, como València, caminan por la buena ruta, la única que garantiza un futuro con posibilidades. Un futuro que está respetando el hábitat urbano y natural, la protección del medio ambiente y un crecimiento justo y sostenible.


El pasado sábado por la mañana volví a compartir un taller de Divercuina, actividad promovida por la concejalía de Consumo Sostenible del Ayuntamiento de Castelló. Una veintena de niñas y niños elaboraron dulces con calabaza, dátiles y chocolate. Fue en la plaza Doctor Marañón, un eje urbano que reunió a madres, padres, abuelas, abuelos y un sinfín de personas que disfrutan de las actividades en la calle. Así es una ciudad. Plena de vida y alegría.

Mi pequeño nieto Biel, con toda su ternura, llegó tras terminar el taller para, aferrado a mi mano, compartir un largo paseo en el que casi recorrimos la ciudad. Cada calle, cada plaza, era una plena ebullición de vida ciudadana, con música, arte, mercadillos. La ocupación masiva de la vía pública es el mejor síntoma de quienes estiman y estimamos la ciudad.

LA DERECHA HA RETROCEDIDO DÉCADAS. ES TRISTE QUE EN LOS CONVULSOS MOMENTOS QUE VIVIMOS, LAS ALTERNANCIAS POLÍTICAS RESIDAN ENTRE LA IGNORANCIA, EL BAJO NIVEL, LA MANIPULACIÓN Y LA CONFRONTACIÓN

 
Recorrimos el centro, inundado de personas caminando por las tan necesarias zonas peatonales, una vibración maravillosa, nada que ver con el catastrofismo que anuncia la derecha castellonense y su ultraderecha. En el eje comercial y social de la ciudad, la vida fluye sin problemas. Y, lo más curioso, cuando el PP habla del Gran Hermano por las cámaras para reducir el tráfico en el centro, comerciantes y residentes no opinan lo mismo.

Tras sufrir el bochorno de un Feijóo que no sabe de cultura general, con mayúsculas, tal cual, que confunde la edición del famoso libro de Orwell 1984, "allá por los años ochenta", pues no se puede esperar más. El Gran Hermano que vende la derecha castellonense no es un programa de televisión, y la excelente distopía 1984 fue publicada en 1949.

Es grave que el aspirante a presidir el Gobierno del país tenga estas meteduras de pata, además de que no hable más idiomas que el galego y el castellano. La derecha ha retrocedido décadas. Es triste que en los convulsos momentos que vivimos, las alternancias políticas residan entre la ignorancia, el bajo nivel, la manipulación y la confrontación.


Hoy se conmemora el Día Internacional de las Ciudades y vamos a celebrarlo quienes residimos en ciudades racionales, prósperas, en movimiento creciente y permanente. Esas ciudades del cuarto de hora, donde cualquier acción ciudadana se desarrolla en cortos espacios de tiempo. Castelló es así, una ciudad amable, cercana y accesible. Mis hijos nacieron y crecieron en esta ciudad, disfrutando de una escuela próxima y de calidad, jugando en la calle, muy diferente a mi infancia madrileña que imponía largas horas de transporte escolar o de juegos en la calle.

El Día de las Ciudades es un punto de reivindicación de las urbes del futuro. Ciudades amigables con la Gente Mayor, con la Infancia y con las Mujeres. Ciudades que son capaces de mirar el futuro sin complejos ni presiones políticas, dirigentes que diseñan y construyen espacios de convivencia basados en el respeto de la historia, el patrimonio natural y arquitectónico, basados en el desarrollo racional y humano del espacio.

Rebelión en la Granja ES una fábula mordaz que nos recuerda la evolución democrática derrotada por la maldad humana y la prepotencia

Hablando de George Orwell, he releído esta pasada semana Rebelión en la Granja, un libro maravilloso, una fábula mordaz que nos recuerda la evolución democrática derrotada por la maldad humana y la prepotencia, aquello que nunca debemos hacer si queremos ser buenas personas. Rebelión en la Granja es, hoy, la mejor metáfora de lo que está sucediendo en este mundo, en esta jungla internacional en la que los dueños del planeta están jugando. Y, asimismo, es el mismo juego diabólico que están practicando los populismos, la derecha del PP y su ultraderecha. Seguro que Feijóo no tiene ni puta idea de este libro imprescindible. Ni su derecha ni su ultraderecha.

El mundo se ha vuelto loco. No podemos perder de vista a Orwell. Nunca.

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