VALÈNCIA. Estados Unidos es el primer mercado de la Comunitat Valenciana fuera de la Unión Europea y en los últimos años las relaciones comerciales no solo se han consolidado, sino que han crecido. No es casual, por tanto, que gran parte del tejido empresarial valenciano también mire expectante cómo se dirime la batalla electoral en los Estados Unidos y hacia donde se inclina la balanza. Y es que en el pasado ejercicio las exportaciones valencianas al país superaron los 2.000 millones de euros, una cifra que este año se ha reducido como consecuencia de la pandemia.
Y es que al cierre de 2016, año en que fue elegido Donald Trump presidente de Estados Unidos, las exportaciones de la Comunitat Valenciana se situaban en los 1.864 millones de euros, según los datos del Ministerio de Industria, Comercio y Turismo. Unas relaciones comerciales que ya se superaron el pasado ejercicio, con 2.436 millones, y que en los ocho primeros meses del presente ejercicio ascendían a 1.465 millones debido al impacto de la crisis pandémica. Una circunstancia que provocó el hundimiento de las exportaciones a nivel mundial durante la pasada primavera.
Entre enero y agosto de 2020, las ventas de productos valencianos a tierras estadounidenses alcanzaban los 1.465 millones, un 6,5% menos que en el mismo periodo del año anterior debido al 'efecto coronavirus' que ha impactado sobre las exportaciones en los últimos meses. Este escenario ha invertido la tendencia alcista que hasta febrero pasado venía sucediéndose. Ese mes las exportaciones de la Comunitat Valenciana a EE UU crecieron a un ritmo interanual del 6,4%, es decir, una décima parte de lo que caen este año.
Pero, además, los últimos datos publicados por el Ministerio todavía no recogen la segunda ola de la covid-19, lo que volverá a pasar factura en las relaciones comerciales de una Comunitat Valenciana que tiene a Estados Unidos como uno de sus socios de referencia. De hecho hasta agosto pasado era el tercer país más exportador con esos 1.465 millones, solo por detrás de Alemania (2.644 millones) y Francia (2.418 millones).
Por otro lado, según datos del Ivace, el número de empresas de la Comunitat que exportan a EE UU no ha dejado de aumentar en los últimos años al pasar de 2.640 mercantiles en 2011 a 4.549 al cierre del pasado ejercicio. Un dato que evidencia la importancia que este mercado tiene para las compañías valencianas y, por ende, el desenlace electoral en Estados Unidos, cuyo actual presidente Donald Trump ha sido especialmente beligerante con su política comercial con subidas de aranceles impuestos a numerosos productos europeos y, entre ellos, a valencianos como los cítricos, vinos, aceites y quesos.
Precisamente el sector agroalimentario es el que mejor está resistiendo a los vaivenes del mercado. Así, entre enero y agosto subieron sus exportaciones un 8,4% -el único sector de todos en crecer-, con las frutas, hortalizas y legumbres repuntando un 9,8%. Y es uno de los afectados por la política arancelaria del actual mandatario de la Casa Blanca.
En cuanto a las importaciones a la Comunitat, en el periodo comprendido entre enero y agosto de este año se ha registrado un repunte del 20% hasta los 1.302,9 millones, mientras que a nivel nacional ha habido una caída del 4,12% hasta los 9.628,5 millones de euros.
Consecuencia de esa política 'proteccionista' que ha protagonizado Trump, la inversión extranjera sobre el total mundial ha disminuido en los últimos años, aunque sigue siendo el principal destino de la inversión extranjera por el tamaño de su mercado, la gran cantidad de oportunidades y el entorno empresarial favorable a la inversión y al emprendimiento. En caso de que el demócrata Joe Biden se alzara con la victoria el escenario podría cambiar ampliándose el abanico de oportunidades.
De acuerdo con un informe de Cámara Valencia, los principales sectores de oportunidad en el mercado estadounidense para las empresas de valencianas serían el automóvil, destacando los remolques y vehículos automóviles para transporte de mercancías, así como la tecnología industrial, las manufacturas de cemento y vidrio, los aparatos eléctricos de telefonía o telegrafía y la industria química, especialmente abonos minerales o químicos, pigmentos y colores preparados.
El economista jefe en China de DWS recomienda fijarse en la evolución de los datos de las exportaciones estadounidenses hacia China