El incremento de los precios eléctricos provoca un aumento del 37,3% en el coste del consumo de energía de la compañía
VALÈNCIA. (EP) Renfe contabilizó unas pérdidas de 277,8 millones de euros en los primeros nueve meses del año, lo que supone una mejora del 16,5% respecto a los 'números rojos' del año pasado, aunque sigue lejos del beneficio de 69,2 millones de euros que se anotó en el mismo periodo de 2019, antes del estallido de la crisis del coronavirus.
No obstante, los últimos resultados trimestrales arrojan un resultado bruto de explotación (Ebitda) de 19,8 millones de euros para la empresa pública, por lo que es la primera vez desde el inicio de la pandemia que Renfe se anota un beneficio operativo. En contraste, hasta septiembre de 2019 el Ebitda era de 366,4 millones de euros.
Ese año, el operador ferroviario ingresó 3.014,2 millones de euros, lejos todavía de los 2.288,7 millones de euros que ha facturado en 2021, cifra que no obstante mejora en un 7,1% los ingresos obtenidos en el mismo periodo de 2020, mucho más afectado por la limitación a la movilidad para contener la propagación del virus.
En estos primeros nueve meses del año, las restricciones de movimiento todavía limitaban la actividad. Sin embargo, a este elemento se ha añadido otra coyuntura, como es el precio de la electricidad, que también ha provocado un agujero en las cuentas de Renfe.
Así, los gastos de explotación se situaron en 2.268,8 millones de euros, siendo el mayor incremento del gasto el producido por el consumo de energía de tracción, que aumentó en este periodo un 37,3%, hasta situarse por encima de los 203 millones de euros.
El tirón respecto al año pasado se debe principalmente al incremento de viajeros --un 14,5% superior, hasta 226 millones de viajeros-- y del transporte de mercancías --un 11,7% más--, datos que confirman la progresiva recuperación de la normalidad.
En Renfe Viajeros, el crecimiento fue sostenido tanto en los servicios públicos --fundamentalmente en las áreas de Cercanías de Madrid y Rodalies de Cataluña-- como en los servicios comerciales de Larga Distancia (AVE, Avlo, Alvia, Euromed e Intercity), que operan en régimen de libre competencia con terceros y no reciben subvención del Estado.
En concreto, los servicios públicos crecieron un 13,9% respecto al mismo período del año pasado, hasta 213,7 millones de viajeros. Las Cercanías de Madrid aumentaron en 11,3 millones de viajeros, un 11,3% más, y las Rodalies experimentaron un incremento del 18,3%, con 9,2 millones de viajeros más.
En servicios comerciales, la demanda aumentó un 25,1% y saltó de los 9,8 millones de viajeros del año pasado a 12,3 millones de viajeros hasta finales de septiembre de este año, lo que supone 2,5 millones de viajeros más sobre el mismo período de 2020. El AVE creció un 24,5% y el resto de servicios un 26,1%.
El aprovechamiento de los trenes, es decir, la ratio que relaciona la ocupación de los trenes con el recorrido en que los asientos están ocupados, en los servicios comerciales mejoró en 4,7 puntos, hasta situarse en un 56,9%.
Por último, en Renfe Mercancías, la compañía transportó 11,67 millones de toneladas, 1,23 millones de toneladas más (un 11,7% más) que en el mismo período del año pasado.