MADRID. Renfe contará finalmente con un contrato de diez años de duración para operar en las tres líneas AVE que en diciembre se abren a la competencia, el mismo periodo que tendrán los dos operadores que entrarán en estas líneas, la francesa SNCF e Ilsa, la alianza entre Trenitalia y Air Nostrum.
La Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) ha aceptado finalmente que el contrato de la operadora pública supere la duración máxima de cinco años que permite la Ley Ferroviaria, al considerar que ya ha justificado los criterios que esta ley exige para ello, especialmente el referido a las inversiones, que la operadora cifra en 1.646 millones de euros.
El 'superregulador' indica que Renfe ha argumentado y justificado dichos criterios en las alegaciones que remitió después de que a comienzos de abril rechazara validar su contrato con Adif por considerar que no cumplía los requisitos para ser de diez años.
Una vez analizadas dichas alegaciones, estima que la compañía pública "ha acreditado de forma suficiente el cumplimiento de los criterios establecidos en la ley que posibilitan la extensión a diez años de la duración del acuerdo marco propuesto entre Renfe y Adif" para dichas líneas AVE. Los requisitos se refieren a inversiones, acuerdos comerciales y potenciales riesgos.
"La nueva documentación aportada por Renfe recoge detalladamente la flota y la inversión que realizará para prestar el servicio comprometido con Adif", indica la resolución de la CNMC.
"La información inicial se correspondía con su plan global de prestación de servicios AVE, no desglosaba ni especificaba la información de los corredores que se abren a la competencia", detalla la comisión.
Por contra la CNMC no ha aceptado uno de los argumentos de Renfe, el referido al descenso añadido de viajeros que le supondrá la crisis generada por el coronavirus.
En este sentido, el 'superregular' asegura "ser consciente" de la situación que genera y su impacto económico, y recuerda que, tal como dijo en su momento, se permitirá que los efectos de la pandemia se tengan en cuenta para posibilitar, de forma justificada, la modificación de los contratos sin penalizaciones.
También ha rechazado el argumento expuesto por Adif referente a la pérdida de ingresos que le supondría un contrato de Renfe a cinco años.
Una vez que el 'superregulador' ha dado finalmente el visto bueno al contrato de Renfe con Adif para el AVE, este documento y el de los dos nuevos operadores competidores quedan listos para su firma.
Con esta rúbrica, el proceso de la liberalización del transporte de viajeros en tren en España queda ya listo para que el próximo 14 de diciembre este mercado se abra y Renfe empiece a tener competencia, inicialmente en las tres referidas líneas AVE, el AVE a Barcelona, el AVE a Valencia y el que une Madrid y Sevilla.
Para ello, Renfe, SNCF e Ilsa deben remitir a Adif antes del próximo 15 de junio la petición de 'surcos' o 'slot' para circular por estas líneas en función de lo establecido en sus contratos.
En los contratos o acuerdos marco de los operadores se concreta la capacidad o número de frecuencias o servicios que cada uno de ellos se adjudicó en estos tres AVE a través del concurso público que Adif realizó el pasado año.
Renfe, tal como estaba previsto por ser la única que cuenta con capacidad para ello, se hizo con el mayor paquete de servicios, el de 86 circulaciones diarias por corredor, Ilsa con el segundo (16 frecuencias al día) y la SNCF con el tercero (cinco circulaciones diarias).
Los contratos también recogen los planes de negocio y las inversiones con que las compañías cuentan para dar estos servicios.
En el caso de Renfe, asegura que invertirá 1.645 millones, de los que 616 millones están asociados a los 23 trenes nuevos que utilizará y los otros 1.080 millones, a la amortización pendiente de los actuales. De su lado, SNCF ha comprometido una inversión de 700 millones y operar con trenes propios, e Ilsa unos 200 millones y trenes que alquilará fabricados por Bombardier.