BENIDORM. El restaurante de la isla de Benidorm sigue a la espera de sentencia para conocer cuál va a ser su futuro. Sobre sus instalaciones pesa una orden de derribo que data de principios de 2019. Cinco años después, sigue inamovible. Sus recursos en contra de las decisiones sobre las instalaciones y lo dilatado de los tiempos para resolverlos permiten que siga sin una decisión firme al respecto. La actividad se ha puesto en tela de juicio en los últimos años a pesar de estar abiertos desde hace cinco décadas.
El bar es un punto de interés para turistas y vecinos en verano, donde se sirven paellas con vistas a la bahía de Benidorm y su skyline. Está abierto desde 1968 y la misma mercantil es la propietaria de los barcos que transportan a los visitantes desde el puerto.
La orden de derribo que dictó el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico no se terminó de ejecutar en el plazo estipulado porque para ello primero tenían que desahuciar a la empresa. El expediente de recuperación posesoria que ordenaron al Ayuntamiento de Benidorm se recurrió por los hosteleros. A lo que se derivaron varios procedimientos más durante estos años, como la petición de licencia que fue denegada por el propio Consistorio.
Precisamente, a finales de febrero eldiario.es informaba que la sección primera de la Sala de lo Contencioso del Tribunal Superior de Justicia de la Comunitat Valenciana (TSJ-CV) había desestimado el recurso del empresario contra la denegación de la licencia. Una sentencia que vuelve a poner énfasis en la falta de autorizaciones.
Pero, ¿cómo está la situación a día de hoy? Fuentes del Ministerio señalaron a Alicante Plaza que para poder actuar siguen a la espera de que se resuelva en sede judicial el recurso contencioso-administrativo contra la resolución del Servicio Provincial de Costas que acordaba la recuperación posesoria y ordenaba al Ayuntamiento de Benidorm la demolición y retirada de las instalaciones del restaurante. A su vez, señalan que el establecimiento no cuenta con concesión administrativa transitoria después de que se le haya denegado por orden ministerial. Una decisión que ha sido ratificada por la Audiencia Nacional. Además, recuerdan que "el restaurante tampoco cuenta con licencia de actividad".
Aunque sobre el restaurante pesa una orden de derribo, también se planteó una reconversión en centro de interpretación medioambiental. Un proyecto que salió a información pública para que se pudieran presentar alegaciones pero que nunca se llegó a aprobar. Pero incluso esta actuación también contemplaba el derribo de las terrazas por su estado de conservación, así como la rehabilitación de la edificación por su exposición al ambiente marítimo y las consecuencia que presenta.