Foto: M. Dylan / Europa PressVALÈNCIA (EFE/Inmaculada Martínez). La fallida semana fallera supondrá la reactivación de las mesas de los restaurantes que, en un alto porcentaje y de forma gradual a partir del lunes, abrirán sus espacios interiores para servir a los clientes con un pasito más en el levantamiento parcial de las restricciones en el sector hostelero.
La apertura de los restaurantes valencianos será escalonada a lo largo de la próxima semana después de un paréntesis -sin actividad o limitada- en aplicación de las disposiciones de la Generalitat, que permite a partir del 15 abrir el interior de los locales con un tercio del aforo, un máximo de cuatro personas por mesa y sin servicio de barra, y un 100 % las terrazas, hasta las 18 horas.
Restaurantes que, a pesar de disponer de terraza, habían decidido no abrir desde el 1 de marzo, y también los que no tienen mesas al aire libre reabrirán el lunes o a lo largo de la semana de “no Fallas”, coincidiendo con días no lectivos.
Según la Federación de Hostelería de Valencia, esa semana va a ser el arranque para la reanudación del servicio en mesa de un alto porcentaje de restaurantes, que ya están anunciando su apertura a los clientes en las redes sociales.
La primera semana de marzo abrió un 40 % solo sus terrazas con un 75 % de aforo y otro 60 % decidió permanecer cerrado (en el caso del 65,5 % de empresas con terraza, por considerar que no era viable funcionar con esas restricciones).
El restaurante Camí Vell de Alzira abrirá el lunes después de permanecer cerrado desde el pasado 21 de enero y ya tiene más de un 60 % de reservas y lleno para el Día del Padre.
Con servicio interior y sin terraza, su local es frecuentado por clientes de empresa entre semana y particulares de Alzira y alrededores los fines de semana; la disposición de sus mesas cumple con la restricción actual del 30 % de aforo al estar separadas por más de dos metros y medio para preservar la intimidad y permitir un servicio cómodo, señala a EFE su gerente, Toni López.
Ante la reapertura, López asegura que los clientes “tienen muchas ganas de volver a disfrutar, después de mucho tiempo encerrados y sin vía de escape”, y destaca que en su mayoría no han perdido poder adquisitivo y van a volver a gastar en hostelería.
El restaurante Camí Vell cerró en enero de este año por las restricciones después de un año 2020 “con mucho trabajo” a partir de junio, tras el confinamiento total, y ha aprovechado este tiempo para realizar un análisis exhaustivo del negocio y determinar lo necesario y dónde se pueden reducir costes.
Así, han revisado los gastos recurrentes y el ajuste de la plantilla (que ha pasado de seis a cuatro personas) y han apostado por paralizar inversiones en cambio de vajilla o cristalería por el momento.
Otro restaurante y taberna, Bodega La Aldeana, del Cabanyal de Valéncia, abrirá el próximo miércoles este local y el contiguo (Malarmat), porque con las terrazas de ambos, que recaen en tres calles, ya cubre gastos. "Si salen meses buenos de terraza, facturo; si no, solo es pagar, pagar y pagar", asegura a Efe su propietario, Alfonso García.
Con once empleados, García les ha citado para el lunes y el martes para preparar la organización del servicio y hacer una limpieza, y poder abrir el día 17 "con normalidad entre las nueve y media y las seis".
Abierto desde diciembre de 2019 con una declaración responsable, García aún espera la licencia del Ayuntamiento para Marmalat, que tuvo que cerrar a los tres meses de su inauguración.
Señala que el concepto de La Aldeana de "taberna repleta de gente" tendrá que cambiar por ser ya "inviable" y destaca la solidaridad de los vecinos que "están pendientes de nosotros, quieren alegría, porque el Cabanyal está muerto".
Cuando abra, espera llenar, aupado por el Cacau d'Or recibido el año pasado por sus almuerzos. "Empezaremos a coger marcha, siempre y cuando el tiempo acompañe", anhela.
