ESCAPADAS HEDONISTAS

Restaurantes en Ibiza y uno en Formentera para no dejarte el bolsillo

Ante una subida criminal de los precios, redescubrimos esos pequeños tesoros que ofrecen calidad y hedonismo a precios ajustados.

| 26/07/2024 | 6 min, 30 seg

Está siendo una temporada de verano complicada. Puede parecer que no, porque somos muchos en todas partes, pero solo hace falta escuchar a hosteleros y hoteleros, para darse cuenta de que el verano de 2024 no está yendo como se esperaba. Lo mismo le sucede a las reinas del verano, las Pitiusas, que están viendo que la cosa anda floja. Ahora bien, ¿de quién es la culpa? No lo sabemos a ciencia cierta, pero a los precios a los que está todo, muchas familias no van a poder irse de vacaciones.

La suerte, es que incluso en destinos donde todo parece estar a precio de caviar, hay opciones para disfrutar y no dejar el bolsillo tiritando. La deseada Ibiza sigue teniendo esos pequeños reductos de placer a precio comedido, sitios de toda la vida y algunos más recientes, que piensan que no hace falta poner un precio desorbitado por encontrarse en la isla más deseada del planeta.

Hay opciones y muchas. Una de las más interesantes es Comidas Bar San Juan, ubicado en pleno Dalt Vila, al que puede ir nada más llegues al puerto de Ibiza con el ferry. Es uno de los más antiguos de la isla (abrió en 1948), donde disfrutar en mayúsculas, sentado en una mesa compartida o en su una pequeña terraza en la parte trasera. ¿El secreto de su éxito? La comida casera y los precios que se mantienen apenas inalterables año tras año. Bueno, bonito y barato. Y consiguen enamorar con platos como una sopa de pescado, sepia a la plancha o una paletilla de cordero ibicenco con tomate, champiñones y pimiento verde. Sencillo y rico como ninguno.

El norte de la isla esconde otro tesoro con sabor ibicenco. Ese es el restaurante Es Pins, en funcionamiento desde los años 70, momento en que la pareja formada por Margarita y Joan, añadieron una pequeña fonda a su casa. Lo suyo es el menú del día a precio imbatible. Va cambiando la propuesta, pero todo puede pasar por una ensalada payesa, el clásico sofrit, platos de arroz, de carne, paella... Y un pan casero, al que añaden un toque de anís, que para tomarlo con alioli es memorable.

Si eres carnívoro, no hace falta comerse un chuletón bañado en oro, como el que preparan en una de las próximas aperturas fancy que prepara la isla, el restaurante de Salt Bae. Siempre puedes ir a sitios más sencillos y que se come de cine como Can Caus o Ca's Pagés. El primero es el estandarte de los embutidos en la isla (camaiot, vientre, butifarrón negro y blanco...), que verás en los lineales de muchos supermercados. Pero además, un especialista en brasas, donde asan chuletitas de cabrito ibicenco, conejo lechal, mollejas de cordero y demás delicias. Y la cuenta es de esas que se paga con gusto y sin dolor.

El segundo, Ca's Pagès, forma parte de la historia de Ibiza, de esa que empezaron a escribir su fundador, Antoni Marí junto a su mujer María Ferrer. Más de 50 años dando de comer bien a ibicencos, visitantes y gente de todo el mundo, con una carta que apenas ha cambiado en este medio siglo. Su sofrit payés es para ponerle un monumento, así como el arroz de matanzas -más típico de fuera de temporada-, las carnes ibicencas a la brasa y el flaó y la greixonera.


Más cosas. En lo alto de Es Cubells y a un paso de su iglesia, está el Bar Llumbí, otro restaurante de esos de toda la vida de Ibiza y de gestión familiar. Desde la terraza se ve el mar por acantilado y la especialidad de la casa son los platos combinados, de esos que se sirven sobre un mantel con un mapa de la isla. Y qué platos. Tú te encargas de pedir el producto principal, eligiendo entre gambas, calamar de playa, pescados como dorada o sirvia o chuletitas, entre otros y ellos te traen un platazo con eso, ensalada y patatas fritas caseras. Con un poquito de pan payés con alioli al principio y una ración de flaó después, tienes la comida apañada.

No hay plan más veraniego que una sardinada. Pues también las hay en Ibiza, concretamente en un acuario sobre el mar. El Aquarium Cap Blanc, las noches de jueves a domingo y hasta bien entrado septiembre, propone las noches de sardinada y lo hace en una terraza con vistas a la bahía de Sant Antony de Portmany y el atardecer. El menú, que se tarifa a 18 euros -bebidas y postre a parte-, incluye ensalada payesa (patata, pimiento rojo y verde y cebolla) y sardinas ilimitadas Y sí, todo ello se hace sobre un acuario que se puede visitar para descubrir muchas de las especies autóctonas de la isla en una cueva natural, que en un principio, era un criadero de langostas.

Un bocadillo siempre soluciona cualquier papeleta, pero claro, no un bocadillo cualquiera. Los mejores de la isla están en Santa Gertrudis, en el Bar Costa. El espacio es de lo más sencillo, con sus mesas y taburetes y una terraza en la calle que da a la plaza con la icónica iglesia del pueblo. Allí se preocupan de dar calidad y lo hacen con entrepanes con un pan payés tipo llonget de primera, relleno de embutidos como el salchichón de ciervo, el vientre, la sobrasada o el queso, además de opciones como el jamón ibérico.

Can Sulayetas, en el norte de la isla, fue el primero en ofrecer los tradicionales montaditos, que nacieron para calmar el hambre del hijo de la dueña, tras una noche de fiesta. No son como los que conocemos, sino que se trata de un plato repleto de tostas de pan con embutidos y quesos. El lugar es de lo más pintoresco y te aseguras un rato rodeado de locales y pocos turistas. Además, todos los días completan la oferta con parrilladas, los martes también hacen sardinas asadas, mientras que los jueves, es el día de las hamburguesas caseras.

También hay esperanza en la vecina Formentera. La isla que cada año suma titulares con las cuentas disparatadas de algunos de sus famosos chiringuitos, sigue guardando reductos de disfrute. Uno de ellos de reciente apertura. Can Martí restaurante, a pie de playa en Migjorn, se ha propuesto dar de comer bien y no superar un precio medio de 40 euros, que para esta isla y en verano, es todo un regalo.

El dúo formado por Marc Marín y Martí Joan , ha querido apostar por este formato en el que triunfan los arroces, pescados y carnes al Josper y todo ello a un precio por cabeza que ronda los 40 euros. Otro plus es que tiene huerta propia, de hecho es el propio Martí el que tiene la extensión más grande de huerta en toda la isla y provee a muchos de sus restaurantes. Conviene además, echar un vistazo a sus fuera de carta, porque el chef, de origen gallego, pone sus dosis de creatividad cada día, para completar todavía más atractiva su propuesta. ¿Quién dijo que no se podía comer a buen precio en las Pitiusas?

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