MADRID. La semana pasada la clasificación de divisas tuvo una pareja inusual en lo más alto: el yuan chino y el franco suizo. La primera se vio impulsada por los indicios cada vez más claros de que China se está alejando de su política de cero-covid, mientras que el nerviosismo ante la posibilidad de una sorpresa de línea dura por parte del Banco Nacional Suizo esta semana pareció impulsar a la segunda.
Sin embargo, los movimientos de las divisas y los mercados financieros en general fueron moderados, ya que los traders parecen haber hecho tiempo antes de la avalancha de noticias en materia de política monetaria que se esperan esta semana. La Reserva Federal, el Banco Central Europeo y el Banco de Inglaterra celebrarán su última reunión del año en un plazo inferior a 24 horas. Además, las cifras de inflación de noviembre de EE.UU. y Reino Unido se publicarán justo antes de sus respectivas reuniones. En nuestra opinión, el riesgo de que los informes sorprendan en ambos sentidos y alteren los discursos justo antes de las reuniones está infravalorado. En cualquier caso, hay que estar preparados para una gran volatilidad en los mercados de divisas esta semana.
Tras una semana inusualmente tranquila en la eurozona, todas las miradas se dirigen ahora a la reunión de diciembre del BCE. Esperamos que, en línea con el consenso, el banco central suba los tipos en 50 puntos básicos. Sin embargo, pensamos que la diferencia entre las expectativas mínimas del mercado para futuras subidas y la realidad económica es grande y esperamos que los comunicados del BCE vayan en una dirección más agresiva.
Las proyecciones del banco han subestimado (una vez más) la inflación, por lo que esperamos que se revisen sustancialmente al alza, aunque (de nuevo) de algún modo se espera que la inflación futura converja hacia el objetivo del BCE. Sin embargo, no está claro si se sigue prestando atención a estas previsiones, por lo que el impacto debería ser moderado.
En general, la cotización del euro dependerá tanto o más de los acontecimientos al otro lado del Atlántico, dado que no sólo se reúne la Reserva Federal, sino que también se publica el informe clave sobre la inflación en EE.UU.
La inusual coincidencia entre la publicación del IPC de noviembre mañana martes y la reunión de la Reserva Federal al día siguiente provocará una gran volatilidad esta semana. El mercado espera un resultado relativamente moderado en la cifra mensual de inflación de menos del 4% anualizada, tanto en la cifra principal como en la subyacente, y una sorpresa al alza podría ser más molesta que una a la baja, ya que dificultaría el esperado giro de la Fed hacia una política más de esperar y ver al día siguiente.
En cuanto a la reunión de la Fed, es posible que el resultado clave sea la tasa terminal que los miembros del FOMC esperan para 2023. Una cifra por encima del 5% podría acabar con el discurso positivo de las últimas semanas.
La semana pasada la libra volvió a ganar terreno frente al euro y al dólar, en una semana en la que prácticamente no se produjeron noticias importantes, lo que confirma que, por el momento, el camino más probable para la libra es el alza. La reunión del Banco de Inglaterra ya está a la vista, y esperamos, como todo el mundo, que el Comité de Política Monetaria suba el tipo de interés en otros 50 puntos básicos.
La clave será la división que se espera en el seno del CPM, es decir, cuántos miembros expresan discrepancias en una línea hawkish a favor de una subida de 75 pb y cuántos lo hacen para un movimiento dovish de 25 pb. Sin embargo, la publicación de datos sobre el PIB, el mercado laboral y la inflación en los días previos a la reunión hacen que esta previsión sea inusualmente difícil.
Esta última semana y a pesar de algunas noticias económicas ligeramente mejores de lo esperado en Japón el yen se mantuvo por detrás de la mayoría de sus principales pares, con la clara excepción de las divisas dependientes de las materias primas (NOK y CAD). Los datos del PIB del tercer trimestre superaron las previsiones, aunque siguen en la línea de la desaceleración. Según los datos actualizados, la economía japonesa se contrajo un 0,8% anualizado en los tres primeros meses de septiembre, ligeramente por encima del -1,1% previsto. Sin embargo, la debilidad del yen y la incertidumbre en el exterior siguen ensombreciendo las perspectivas, y la posibilidad de una recesión técnica en 2023 sigue siendo evidente.
Esta semana, el mercado seguirá muy de cerca los datos de la balanza comercial (que se publican el miércoles), aunque sospechamos que el yen se verá mucho más condicionado por el anuncio de la Reserva Federal del miércoles que por las noticias nacionales.
El yuan chino fue una de las pocas divisas que obtuvieron buenos resultados la semana pasada (con importantes ganancias frente a la mayoría de las otras divisas) debido a que el país está abandonando su política de cero-Covid. Tras la relajación de las restricciones a nivel local, las autoridades también lo están haciendo a nivel nacional; en este sentido, lo más importante es que ahora se permitirá la cuarentena domiciliaria y ya no será necesario el código sanitario QR para visitar la mayoría de los lugares públicos (esto ha hecho vislumbrar una mejora de la actividad económica, especialmente en el sector servicios, que empeoró en noviembre según los últimos datos del PMI). Los datos de exportaciones e importaciones de la semana pasada también se desplomaron (-8,7% y -10,6% interanual en noviembre, respectivamente, en dólares). La inflación sigue siendo baja en un contexto de escasa demanda de consumo, con un aumento de los precios de sólo el 1,6% el mes pasado, el ritmo más lento desde marzo.
De cara al futuro, seguiremos centrándonos en los datos económicos y las noticias relativas al Covid. El jueves se publicará algunos datos concretos de noviembre. Ese día también estaremos atentos a la facilidad de préstamo a medio plazo (a pesar de la escasa demanda de préstamos y la baja inflación, se espera que el MLF se mantenga sin cambios, y la atención deberá centrarse en la refinanciación).
Enrique Díaz-Álvarez es director de Riesgos de Ebury
El analista recopila lo más destacado de las últimas referencias macro e informes económicos publicados referentes al Viejo Continente