Cultura

historias del diseño valenciano (XII)

Xavier Bordils:  «Diseño bla, bla, bla...»

A caballo entre Castellón, París y València, el diseñador Xavier Bordils fue pieza clave en la difusión de la cultura del diseño en la Comunitat Valenciana

VALÈNCIA. Un leve acento francés denota todavía los años en los que el diseñador Xavier Bordils (Castellón, 1939) residió en París. El primer contacto con la ciudad francesa se produjo con apenas dieciocho años, como consecuencia de su triunfo en un concurso de pintura promovido por la Escuela de Artes y Oficios de la capital de la Plana. Por aquel entonces sus nociones sobre diseño distaban mucho de lo esperado: «no tenía ni idea de la existencia del diseño. Mi idea más aproximada era acercarme profesionalmente a la disciplina de Decoración». Es 1957, y con Xavier viajará su hermano para atender los negocios familiares: la exportación internacional de naranjas. En 1960 regresa a España para cumplir con un servicio militar relativamente cómodo: a excepción de una jornada en la que le tocaba hacer guardia, el resto de la semana Bordils solo acude al cuartel por la mañana.

Tras cumplir con las obligaciones hacia la patria, Bordils vuelve a París y retoma las clases de dibujo nocturno. Al acabar, en 1966, los estudios de Arquitectura de Interiores y Estética Industrial, forma el estudio Cutch junto con otros tres compañeros. Los inicios de Cutch están relacionados con la moda: «Una de las socias tenía una empresa de prêt-à-porter», recuerda Bordils.

«Por entonces se celebraban cuatro salones al año y las firmas necesitaban otros tantos estands. A partir de los encargos de casetas, más algunos proyectos de diseño de producto, surge Cutch». Y de Cutch a Mini-Cutch (1968), porque así es denominado uno de los proyectos con mayor proyección de este incipiente estudio: una pieza de mobiliario que presentan a un concurso nacional enfocado a guarderías, que fue seleccionado para la Bienal de Milán. Tras esos primeros trabajos llegan proyectos para las empresas Sommer (moquetas) y Velosolex (bicicletas equipadas con motor). 

Al tiempo que inicia la aventura en Cutch, Bordils mira de reojo hacia España, ya que compatibiliza el trabajo en el estudio parisino con sus primeros diseños de packaging para la empresa familiar. «A través del trabajo para la exportadora Bordils es cuando comienzo a pensar en el diseño desde un concepto global y aplicado a la empresa». Bordils apuesta por introducir el diseño, a distintas escalas, en todos los procesos de la empresa: desde el diseño de oficinas, pasando por el de producto, hasta el aplicado a la comunicación interna y externa.

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