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La rebelión de los objetos cotidianos

Una lupa que convierte un texto en voz; una radio que emite solo música de los años cincuenta y sesenta, durante quince horas, o una camisa que no hay que lavar en cuanto se mancha. Los objetos cotidianos cobran vida con la tecnología para hacer a la sociedad la existencia algo más sencilla

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Decía el escritor de ciencia ficción Arthur C. Clarke que «cualquier tecnología suficientemente avanzada es indistinguible de la magia». Tanto la tecnología como la magia generan una sensación de asombro, aunque, obviamente, son muy distintas en cuanto a su naturaleza y aplicaciones. La tecnología implica investigación, herramientas, procesos y una aplicación práctica comprobable. Más allá de sorprender, lo suyo es resolver problemas y crear cosas nuevas que mejoran nuestra vida diaria. Si se hacen con una chispa de ingenio y beneficia a muchas personas, mejor.

La radio wuateke

Carlos Neila, cofundador de Mas Mayor Tech junto a Javier Espínola, sostiene que «la tecnología que no ayuda a todos no está bien acabada». Y es en esta línea en la que trabajan en la empresa, pues pretenden acercar la tecnología a las personas mayores. Como primer producto a punto de lanzar al mercado, han creado una radio bautizada como Wuateke, un dispositivo con forma de radio vintage y con un ancho poco mayor que el tamaño de una tarjeta de crédito.

«Wuateke es una radio en la que la tecnología aquí la hemos usado al revés», explica Neila, que al igual que Espinosa procede de una empresa del Grupo Telefónica. Así, lo que han hecho es quitar el Bluetooth y gran parte de la electrónica que estos dispositivos suelen tener, para meterle dentro una lista de reproducción de más de quince horas. «La música ha sido seleccionada por expertos musicólogos, con las canciones de su época, la de los años cincuenta, sesenta y setenta», explica. Según detalla, el equipo está dotado con una batería que tiene una autonomía de hasta seis horas, por lo que, cuando se agota, «lo único que tienen que hacer es cargarla otra vez». A medio camino entre un hilo musical y el antiguo casete, el usuario no puede eliminar ni introducir temas nuevos, aunque sí tiene la opción de volver a escuchar la misma canción de forma seguida.

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Neila cuenta que, «sobre todo, hemos buscado dos cosas muy importantes: la primera, que sonase muy bien para el tamaño que tiene, asociando el volumen a un potenciómetro. La segunda, que fuese muy sencilla de usar». El dispositivo, que se carga de forma convencional en el enchufe, tiene solo tres botones. Uno sirve para poner en marcha y detener la música; otro para subir o bajar el volumen, y un tercero para volver a escuchar el tema musical anterior.

Aunque en Mas Mayor Tech están desarrollando otras tecnologías de apoyo a clínicas y residencias, han querido que la radio sea su primer producto en el mercado y paliar así uno de los mayores problemas de muchas personas mayores: la soledad. «Antes de emprender, nosotros veníamos de proveer el servicio musical a locales y tiendas de todo el mundo, incluido el grupo Inditex. Estudios independientes confirman que las tiendas con música venden un 20% más, pero, sobre todo, demuestran su capacidad realmente alta para gestionar las emociones de las personas, para mejorar el estado de ánimo y la estimulación cognitiva».

La lupa que habla

Una lupa de bolsillo que es capaz de coger cualquier tipo de texto y transformarlo en voz. Eso es lo que han creado en LUP, una empresa fundada por los jóvenes Eneko Calvo (ingeniero informático) y Apurva San Juan (graduada en Liderazgo Emprendedor e Innovación). No hace falta mucha explicación para entender cómo un dispositivo como este puede facilitar el día a día para una persona analfabeta, con baja visión, para niños con dislexia o para cualquiera que tenga dificultad a la hora de leer una etiqueta, el prospecto de un medicamento o un libro. Pero la lupa va mucho más allá porque, como mostraban en un programa de El Hormiguero, también traduce textos en más de treinta idiomas y te los lee. Vamos, que si haces un viaje a China sin tener ni idea de la lengua, con LUP no tienes problema para entender la carta del restaurante o moverte en el metro. Así es como conectan a las personas con la tecnología, sin condicionantes de conexión a internet o al smartphone.

«Nuestra actividad combina tecnología, diseño accesible e innovación social, para devolver autonomía a nuestros usuarios en acciones tan rutinarias como leer etiquetas, menús, folletos o carteles. Operamos en el sector de la tecnología asistencial, con una fuerte vocación de impacto social y enfoque inclusivo. Hemos creado la primera lupa de bolsillo inteligente, que combina hardware especializado y software accesible, para convertir un gesto cotidiano en una experiencia fluida y digna», declara Eneko Calvo.

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La herramienta integra visión artificial y procesamiento en tiempo real en un dispositivo de bolsillo con el que aspiran a convertirse en «una empresa líder europea en tecnología social». Con sede en San Sebastián y constituida en 2021, esperan cerrar el año con una facturación de 350.000 euros, consolidando canales de venta y ampliando mercados.

Contenidos digitales adaptados

También en Bemyvega utilizan la tecnología con el fin de ayudar a que las personas con discapacidad visual puedan disfrutar de las mismas oportunidades a la hora de formarse y adquirir los conocimientos necesarios para convertirse en la persona que quieran ser. Para evaluar el impacto, basta recordar que, según la Organización Mundial de la Salud, hay 250 millones de personas con discapacidad visual en el mundo.

El origen de Bemyvega es Vega, el nombre de la hija de Antonio Sánchez Kaiser, catedrático en la Universidad Politécnica de Cartagena, en la que imparte clase de mecánica de fluidos, y de Mónica Hernández, ingeniera industrial. Tras enterarse de que Vega, su única hija, había nacido con un problema de baja visión por razones genéticas, ambos decidieron aprovechar su conocimiento, no para curar la enfermedad, sino para suprimir sus limitaciones. Para ello crearon una empresa en la que desarrollan soluciones para personas con baja visión que permiten el seguimiento, en tiempo real, de clases, charlas, conferencias o exposiciones, mejorando la experiencia de aprendizaje de todas estas personas.

Por el momento, han desarrollado dos productos: «Uno dirigido a experiencias educativas o culturales, donde lo que hacemos es capturar todo lo que va pasando a través de un hardware que tiene varias cámaras y un procesador, y lo enviamos al teléfono móvil del usuario en tiempo real, para que pueda ver cualquier detalle de lo que está pasando en la sala; el segundo aborda los problemas con los que Vega se enfrentaba en el colegio a la hora de acceder a un contenido digital. Aquí proporcionamos herramientas de accesibilidad para que, cuando llegues a una web o cualquier otro contenido digital, puedas adaptarlo a tu capacidad», aclara Antonio Sánchez.

Segundos en el campeonato mundial de educación GESAwards, la solución de Bemyvega fue allí descubierta por el grupo editorial Anaya, con el que ahora tienen suscrito un acuerdo de colaboración para que su software se implemente en cada uno de sus libros digitales. Así, a personas con daltonismo, por ejemplo, les aplican un filtro de color para que puedan ver un gráfico como lo vería la mayoría, o personas con dislexia puedan cambiar la fuente de texto y poner otra adaptada. Con la editorial llevan también a cabo labores de concienciación social «para que sus trabajadores entiendan que esto no es solamente algo que hay que hacer por ley, sino que hay que hacerlo porque la sociedad es diversa y porque nos hace mejores a todos», concluye el CEO.

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Ropa que nos facilita la vida

«Sepiia nació en 2016 con la idea de crear ropa que nos hiciese la vida más fácil: que no se arrugue, que no huela, que dure mucho más tiempo y que, además, se produzca de forma responsable. Empezamos como una marca puramente digital, pero con el tiempo hemos ido evolucionando hacia una empresa más omnicanal, con una red de puntos de venta y colaboraciones B2B, y también con una visión más profunda de lo que significa la innovación textil: no solo aplicar tecnología, sino hacerlo con sentido, aportando valor al día a día de las personas». Las palabras corresponden a Federico Sainz de Robles, fundador y CEO de la marca de moda Sepiia.

De lo que no habla ya tanto su fundador es de la sostenibilidad de la firma, no porque no lo sea —una de sus obsesiones es crear tecnología textil para hacer moda circular y duradera, que respete los recursos del medioambiente—, sino porque empieza a observar cierto rechazo social hacia el término sostenible. Tal vez sea la saturación y abuso del mensaje el motivo por el que ahora Federico Sainz de Robles prefiere poner el acento en la practicidad de una marca que, entre muchas otras cosas, permite aligerar el peso de la maleta cuando nos marchamos de viaje.

Una pintura insecticida

Y ya puestos a rizar el rizo, a la doctora en Ciencias Químicas por la Facultad de Química de la Universitat de València, Pilar Mateo Herrero, se le ocurrió fundar una empresa con el nombre de Inesfly Corporation, en la que se dedican a fabricar pinturas que, utilizando la tecnología de la microencapsulación polimérica, son capaces de repeler a los insectos causantes de la transmisión de enfermedades endémicas, típicas de algunos países en vías de desarrollo como, por ejemplo, el anopheles, que causa la malaria.

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* Este artículo se publicó originalmente en el número 128 (julio 2025) de la revista Plaza

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