VALÈNCIA. Todo apunta a que el resultado obtenido por el socialista Pedro Sánchez el pasado domingo en las elecciones generales, que ha supuesto un freno a la ola conservadora y que incluso le podría permitir seguir como presidente del Gobierno, también ha enviado a la nevera los procesos de sucesión autonómica en el partido, incluida el de la federación valenciana.
Así, pese a que los críticos con el líder del PSPV, Ximo Puig, venían acercando tropas a la frontera para un inminente congreso de sucesión, el escenario federal invita ahora a la prudencia. Aunque Sánchez siempre puede dar alguna sorpresa, la lógica indica que no se producirán procesos orgánicos hasta que se aclare la situación en el Gobierno de España. Algo para lo que podrían pasar meses.
Ahora bien, que la batalla final se haya pospuesto no significa que las familias socialistas abandonen las maniobras. Este lunes, la Ejecutiva nacional del PSPV liderada por Ximo Puig aprobó el nombramiento como vicesecretaria general (número dos) de Pilar Bernabé, actual delegada del Gobierno. Tal y como informó este diario, la designación no resulta baladí, dado que el expresidente de la Generalitat impulsa en el ámbito orgánico a una persona de su confianza justo cuando sus opositores habían comenzado a moverse. O lo que es lo mismo, Puig ha señalado a la que podría ser sucesora, o al menos así se entiende desde su corriente más próxima, el llamado 'ximismo'.
El anuncio no gustó demasiado en las cúpulas provinciales dirigidas por Carlos Fernández Bielsa (Valencia) y Alejandro Soler (Alicante), dos dirigentes que se sitúan como favoritos para disputar el liderazgo que todavía ostenta Puig y que ya se han movido en esta dirección. En ambos casos, las distintas fuentes consultadas recalcan que no tienen ningún problema con Bernabé en sí, pero lamentan que los cambios se produjeran sin figurar en el orden del día y sin ser sometidos a su ratificación en un Comité Nacional. "Es más de lo mismo, no se tienen en cuenta las estructuras territoriales del partido", coincidían este martes dirigentes de Valencia y Alicante al ser preguntados por este diario. En la otra orilla, desde la dirección del PSPV subrayaron que los cambios a propuesta del secretario general sí serán refrendados en el comité y recalcaron que todo estaba ajustado a los estatutos federales del partido.
No obstante, algunos dirigentes críticos también opinaron que la designación de Bernabé, precisamente en la Ejecutiva inmediatamente posterior a las elecciones generales, servía de "cortina de humo" para no analizar unos resultados, los de Pedro Sánchez, que han sido mejores que los que tuvo Ximo Puig en las autonómicas del pasado 28 de mayo.
En Alicante, además, también mostraron cierto malestar porque no se hubiera trasladado previamente esta decisión, pero también por la de designar como senadores territoriales al propio Ximo Puig y a Rocío Briones, de Valencia, lo que dejaba sin representante a Alicante. "Esta forma de actuar viene de hace tiempo: ya lo vimos en las listas autonómicas, en la designación de los directores de campaña...", comentaban a este diario fuentes próximas a Alejandro Soler.
Otras fuentes, en este caso de Valencia, consideraban que la maniobra de Puig suponía, además, un "desafío" hacia Pedro Sánchez, al situar como 'número dos' del PSPV a la delegada del Gobierno, considerando que daba por hecha la continuidad de Bernabé en el puesto, cosa pendiente todavía de que el presidente siga en La Moncloa y que apueste por que la delegada permanezca en el cargo.
En la otra orilla, desde el entorno de Puig señalaban que el proceso congresual en el PSPV todavía está "lejos" y defendían el nombramiento del secretario general con el ánimo de "revitalizar" el partido.