el alcalde de valencia, a examen

Ribó ya no es intocable

26/12/2016 - 

VALENCIA. El año que concluye ha sido un ejercicio lleno de emociones para Compromís y, en especial, para el alcalde de Valencia, Joan Ribó. Tras la victoria en las elecciones locales de 2015 y la posterior etapa de asentamiento en el consistorio, estos 12 meses han supuesto entrar de lleno en la gestión municipal y en la consolidación de los equilibrios de gobierno para sostener un ejecutivo local conformado por Compromís y los dos socios del Pacto de la Nau, PSPV y València en Comú.

No obstante, y al margen de la labor concreta de gestión más o menos acertada por parte del equipo que dirige el Cap i Casal, 2016 ha sido también el año en el que se han observado las primeras fisuras internas en el respaldo al alcalde de Valencia. El puzle -a veces sudoku- que compone Compromís es complejo, extraño e incluso ajeno en ocasiones para los propios militantes de la exitosa coalición: una formación política siempre en constante movimiento.

En cuanto a los hechos, el alcalde de Valencia llegará a las elecciones de 2019 con 71 años. Una edad que ya sirve en varios círculos de las diferentes patas de Compromís para señalar que conviene ir pensando en el relevo. Más aún cuando el rival directo, el PSPV, aunque en horas bajas, amenaza con presentar como candidata a la joven Sandra Gómez, que a sus 30 años no ha dudado en morder para defender su espacio cuando ha sido necesario. 

Pero el cuestionamiento a Ribó, como casi todo en Compromís, tiene también una lectura interna que va más allá del debate sobre sus cualidades políticas, que la mayoría resumen en una excelente presencia y un notable temple político en su proyección exterior. Así, en las últimas semanas del año los medios de comunicación se han hecho eco de las protestas de los adheridos de la coalición, Gent de Compromís, que reclaman mayor peso en la toma de decisiones y representatividad dentro de la coalición. Son, en definitiva, militantes que no forman parte de ninguna de las patas (Bloc, Iniciativa y Verds-Equo) y que exigen su espacio, señalando precisamente a Ribó como uno de los elementos distorsionadores que obstaculiza sus objetivos.

Ribó, cabe recordar, ex Partido Comunista del País Valencià y ex Esquerra Unida, no forma parte de ninguna de las tres patas citadas y es, junto a su jefa de Gabinete en la Alcaldía, Esther Tarín, el representante de los adheridos en la Ejecutiva de Compromís. Es decir, su mano derecha y él mismo son los miembros de Gent de Compromís dentro de la dirección de la coalición. Unos puestos que ahora esta corriente reclama al señalar que fueron renovados en su asamblea, un órgano no reconocido por Bloc, Iniciativa y Verds-Equo.

Un problema que más de un miembro de Gent de Compromís -y también del Bloc- resume en la protección que Iniciativa, el partido de Mónica Oltra, brinda al alcalde de Valencia: un aliado más para evitar que el mayor músculo del Bloc -con casi cinco veces más militantes- termine dominando la coalición.

Una circunstancia obviamente complicada para la formación nacionalista. Al fin y al cabo, es el partido con mayor peso dentro de Compromís pero cedió a que Oltra fuera candidata de la Generalitat y finalmente vicepresidenta y, por otro lado, tampoco tiene la Alcaldía de Valencia. Un escenario hasta ahora tolerado pero que cuando se producen rifirrafes es recordado en privado por algunos dirigentes que consideran que en 2019 debería encabezar la lista algún miembro del Bloc.

La formación nacionalista sale en defensa de Fuset

Un hecho que no pasa desapercibido en estos equilibrios internos es que la pasada semana la asamblea del Bloc de Valencia ciudad aprobara por unanimidad elevar al Consell Nacional del partido, su máximo órgano entre congresos, una propuesta de resolución "en apoyo" a su concejal Pere Fuset "tras las polémicas suscitadas las últimas semanas".

Una manera de respaldar a uno de los ediles estrella del Bloc tras el problema surgido semanas atrás a cuenta de la vestimenta fallera en la que tanto Ribó como Oltra deslizaron críticas a Fuset. En este sentido, en determinados sectores de la formación se ha trasladado la sensación de que el citado asunto se ha utilizado en cierta medida para debilitar al concejal del Bloc, un dirigente que suena como uno de los posibles relevos a Ribó en el futuro dentro de la corriente liderada por Àgueda Micó, Vicent Marzà y Fran Ferri.

Ahora bien, estas aspiraciones tienen competencia. Distintas fuentes municipales apuntan a otros ediles que vienen destacando y podrían asomarse, aunque con menos posibilidades, en la pelea por el futuro relevo del alcalde como son los concejales Sergi Campillo (Iniciativa) o Giuseppe Grezzi (Verds-Equo).

No obstante, la mayoría de fuentes consultadas señalan al edil Carlos Galiana, también miembro del Bloc aunque considerado más próximo al sector de Rafa Carbonell, como el otro dirigente destacado en la carrera por relevar a Ribó en el futuro. En este sentido, conviene recordar que Galiana mantiene muy buena relación con Oltra, un hecho a tener en cuenta ante una hipotética pugna por Valencia ciudad. La vicepresidenta, si Ribó se retira, deberá tratar de que el sucesor sea lo más próximo posible a Iniciativa o, al menos, equidistante dentro de Compromís.

Con estos mimbres, y aunque la hoja de ruta apunta a que Ribó tendrá la suficiente fortaleza para concluir el mandato e incluso repetir como candidato, a nadie escapa que los movimientos para ocupar posiciones como relevo se intensificarán a medida que se acerque el final de la legislatura. Es más, el mero hecho de que la figura del alcalde de Valencia empiece a cuestionarse internamente es la muestra de que las generaciones más jóvenes quieren empezar a tomar partido de cara al futuro en el Cap i Casal.


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