A veces la vida y la muerte se unen de manera dramática para recuperar el honor en una suerte de justicia poética sorprendente. Un solo gesto, como es la muerte, ha resituado el tablero personal y público de Rita Barberá. Los suyos han querido recuperarla de su soledad como un valor propio, los contrarios han reconocido su huella en la ciudad y otros han hecho lo de siempre, puro espectáculo sin respetar las normas mínimas de humanidad y educación
La soledad. Estaba sola defendiendo su honor. Rota porque había tenido que dejar el PP, el partido que ayudo a fundar. Se sentía abandonada, triste, rechazada,...había pasado del amor al odio de los que tanto la habían ensalzado y apoyado. Sus últimos meses dolorosos, de reproches, de desplantes de unos y otros, la habían sumido en una profunda depresión. Su empecinamiento, continuando en la vida pública, no es que hiciera daño al Gobierno o al PP, le hacía daño a ella. Lo he escrito aquí en varias ocasiones. Alguien con tanta intuición política no supo ver el daño que se hacía a sí misma. A veces en la vida uno toma decisiones que te abren horizontes no buscados. Se sentía sola defendiendo su verdad. Por eso pienso que , ironías de la vida y de la muerte, se hace justicia poética con su trayectoria, después de su desaparición. La familia, con todo el sentido del mundo ha querido evitar la hipocresía de unos y otros. Sentenciaba su cuñado, José María Corbin “Rita se murió de pena por culpa de los suyos”.
La trascendencia. Y desde esa soledad , el reconocimiento. Han sido 40 años dedicados a la política, 5 mayorías absolutas como Alcaldesa de Valencia con una ciudad transformada. Es una evidencia que nadie puede olvidar. El President de la Generalitat, Ximo Puig así lo ha reconocido, al igual que el alcalde, Joan Ribó. Se ilusionaba con la ciudad y vivía para ella. Fueron 24 años de gobierno con sus luces y sus sombras como todos los gestores en un período tan dilatado en el tiempo. Por eso su trascendencia nadie puede negarla. La Historia, el tiempo y la perspectiva de futuro la situarán y reconocerán.
La lealtad. Su salud no resistió. Su corazón que siempre dio muestra de una lealtad desvivida por su partido, se rompió. Rajoy le debe el liderazgo que se certificó en el Congreso popular de 2008. Accedió a repetir como candidata en las elecciones del 2015, cuando había percibido que ya no contaba con el favor de los votos y tras destaparse los primeros casos de corrupción. Rajoy le pidió un sacrificio más. Es decir, otra vez la lealtad a su partido. Y dio su último y doloroso paso: abandonar el partido que ayudó a fundar para que su amigo Mariano fuera Presidente del Gobierno. Más lealtad. Se murió sin entender y saber lo que le estaba pasando. No asimiló la falta de apoyo de sus jóvenes compañeros dirigentes en Madrid y en la Comunidad Valenciana. El PPCV tiene ahora la oportunidad de rehacerse de su pesada y dramática mochila sentimental y partidaria, pero también necesita el apoyo de su dirigencia nacional. A veces las decisiones políticas provocan auténticos rompimientos emocionales, como ha ocurrido aquí. Nadie ha quedado bien parado. Rita ha muerto con gran desasosiego personal, los dirigentes actuales del PP, encabezados por Isabel Bonig tampoco. La política y la condición humana les han jugado una mala pasada.
De los propios. Para bien o para mal estamos hablando de política y de políticos y es sabido y así nos lo dice la experiencia, que hay que librarse de los propios. Salida fuera de tono y ventajista del ex Presidente José María Aznar. Reclamar ahora el apoyo a Barberá cuando él, que sepamos, no hizo nada en vida, define al personaje. El PP urgido por la crisis económica e institucional, los votos, el descrédito por tanta corrupción y el marcaje de unas líneas rojas confusas en muchas ocasiones, provocó la salida de Rita del partido . Se revolvió luchando por su honor y conservó su escaño en el Senado. No olvidemos tampoco que una de las exigencias de Ciudadanos fue pedir la dimisión de la alcaldesa. Ahora es puesta en valor por los suyos, creo que más como auto protección o una acción-reacción al efecto Podemos. Reconocen “era uno/a de los nuestros”. Pocos la defendieron; su presencia en el partido y en cargo público era molesta. Mariano Rajoy, amigo personal de Rita, la defendió como político hasta donde las circunstancias se lo permitieron, pero su relación quedo tocada, aunque no se rompieron los puentes. El ha confesado que habló con Rita el lunes pasado, día en el que declaraba en el Tribunal Supremo. Y en su presencia en el funeral decía apesadumbrado “fue un enorme honor ser su amigo”.
De los ajenos. Dicen que nuestro país, entierra muy bien a los suyos, pero la condición humana y la falta de educación hace, ha hecho estragos en esta ocasión. El tránsito de la supuesta gloria a la miseria de algunos ha sido deleznable. Sólo se pide educación, respeto, urbanidad y porque no, compasión y humanidad. La actitud de Unidos Podemos en el Congreso de los diputados, abandonado el minuto de silencio en una cicatera maniobra de Pablo Iglesias, ha retratado su intencionalidad política cuando no se estaba dilucidando eso. En contraposición las demás fuerzas políticas han sido respetuosas, como corresponde. El respeto no está reñido con la exigencia de responsabilidades políticas por una gestión acertada o no, o con la discrepancia política.
Excesos y reflexión. Como siempre el sentido común y el trellat deben de marcar la norma de comportamiento de todos, especialmente de políticos porque nos representan y de los medios de comunicación porque son los canales de transmisión de información y de opinión -en muchas ocasiones interesada e incluso encarnizada-. En estas últimas horas hemos escuchado planteamientos grandilocuentes y supuestamente juiciosos de cuál debe ser el comportamiento de unos y otros. Se apela a la responsabilidad de los gestores públicos y de los medios. No soy partidaria de linchamientos mediáticos ni políticos, pero sí de la responsabilidad a la hora de informar y opinar. Los políticos son servidores públicos a los que hay que exigir pulcritud, ejemplaridad y responsabilidad política en sus actuaciones. Y quede claro, hay que ser implacables contra la corrupción y la mala gestión. Y si no cumplen con este mandato para eso están los tribunales y la justicia, dejando a salvo porque así lo recogen nuestras leyes, el derecho a la presunción de inocencia. Y los medios deben cumplir con su objetivo de informar y también opinar. Y por ello tampoco, aunque sea desde el dolor y el convencimiento no debe matarse al mensajero. Lo vengo a decir por las manifestaciones desabridas del portavoz popular en el Congreso, Rafael Hernando en las que aseguraba que “Apartamos a Rita, pero las hienas siguieron mordiéndola”. Como reflexión final, todos de una manera o de otra hemos cometido errores, algunos incluso excesos en este y otros asuntos.
Con el Gobierno ya en plenas facultadas de gestión y el Parlamento iniciando sus trabajos se inicia la XII Legislatura. Se han producido ya los primeros encuentros. En Moncloa el Presidente con los interlocutores sociales, patronal y sindicatos . En el Congreso también se negocia sobre educación, pobreza energética y los asuntos que de verdad le importan a los ciudadanos. Y en el País Vasco, Iñigo Urkullu ya es de nuevo Lendakari con el apoyo del PSE-PSOE. Repasemos el tablero de esta semana.
Faltan pocas fechas para que la UNESCO elija la celebración de las Fallas como Patrimonio Inmaterial de la Humanidad. Será un hito para la ciudad y para el mundo fallero, por su esfuerzo, su trabajo y como proyecto imbricado en la sociedad. Y en estas estábamos cuando algo ha roto el encanto o el embrujo con el que nos embelesan los reconocimientos internacionales para nuestra fiesta. Y digo esto a cuenta de la torpeza con que se ha lidiado desde la Concejalía de Fiestas, el asunto de la indumentaria particular de las falleras. Hacer firmar a las elegidas un reglamento tan bochornoso e insultante para la dignidad de la mujer, ha sido un destarifo. Se ha generado un problema donde no lo había. El resultado ha sido nefasto para el concejal, Pere Fuset : reprobado públicamente por el colectivo fallero -con los Presidentes de Fallas y numerosas Falleras Mayores de Valencia a la cabeza-, vilipendiado por los suyos porque el alcalde, Joan Ribó, también de Compromís, ha dicho que ha sido un “error garrafal”, y porque estamos a pocos días del reconocimiento internacional. Desde luego que como operación de marketing ha sido un desastre. Crucemos los dedos y esperemos la resolución oficial del 2 de Diciembre en Etiopía. ¡Que haya suerte. Es de justicia!