VALÈNCIA (EP). El festival internacional reggae Rototom Sunsplash, que celebrará su 27ª edición en Benicàssim del 16 al 22 de agosto de 2022, será el primero en España de sus características en obtener un certificado de emisiones de CO2 que verifique y convierta en tangible su huella de carbono para poder mitigar y revertir el impacto sobre el medio ambiente.
La macrocita cultural amplía y refuerza así sus políticas sostenibles, avaladas por su gestión eficiente de los recursos hídricos, su apuesta por el reciclaje y la recogida selectiva de residuos y por la eliminación total del consumo de plástico en el interior del recinto, que incluye un sistema de vasos reutilizables, según ha informado la organización del festival en un comunicado.
"Saber la huella que dejamos nos permitirá reducirla y avanzar hacia el reto de emisiones cero; al final, lo que no se puede medir no se puede mejorar", han indicado desde la organización del certamen en alusión a este nuevo paso dado con el certificado.
A través de Tuawa, el festival ha delegado en Global Omnium, referente en la descarbonización del sector turístico y gestor, entre otros, del Oceanográfico de Valencia y del Acuario de Sevilla, la elaboración e implementación de un proyecto de neutralidad en carbono que incluye el análisis de sus niveles de consumo energético y la localización y medición de sus focos de emisiones.
A través de la recopilación de datos primarios, del cálculo del techo de emisiones y otras mediciones en tiempo real, se obtendrá un certificado de conformidad de CO2 validado y reconocido por Aenor, la Asociación Española de Normalización y Certificación.
"Será el primer festival en España en lograrlo y uno de los pioneros a nivel europeo", según ha confirmado Juan Luis Pozo, director del área de sostenibilidad corporativa de Global Omnium. "Rototom hace esto por convicción. Ha querido dar un paso más porque sus acciones medioambientales ya son amplias, y vimos en el certificado una oportunidad", han apuntado desde la firma.
Se trata de medir el impacto real de la actividad del festival en el entorno, ver cuál es la huella de carbono, para poder reconvertirla en acciones con impacto positivo. Así, a través de un equipo de 15 profesionales, se monitorizarán todas las actividades necesarias para celebrar el festival desde que se idea la edición hasta la fase de desmontaje de la infraestructura.
Se medirán datos como, por ejemplo, el número de asistentes y el medio de transporte elegido para llegar a Benicàssim; en el área de producción, los desplazamientos necesarios para cerrar contratos con artistas; los viajes de los propios artistas para actuar en el festival, incluidos los de regreso; qué sistema de iluminación se utiliza y cuántas emisiones genera; qué huella dejan los diferentes servicios en el interior del recinto: desde la limpieza al merchandise o la restauración.
Se cuantificarán también los consumos durante el festival: energía, agua y electricidad; el volumen de residuos y su revalorización; la actividad en el parking y la cantidad de vehículos estacionados, analizando sus hábitos de desplazamiento, entre muchos otros.
Todo ello se completará con encuestas sobre hábitos sostenibles entre el público. "Cuando mides algo, puedes concienciar. Es sorprendente cómo de un año a otro, por experiencias en otro tipo de eventos, la gente se replantea cosas, se interesa por cómo puede mitigar o compensar la huella que su actividad deja en el planeta", ha añadido Pozo.
Disponer de estos datos permitirá cuantificar el impacto ambiental, que hasta la fecha era lo que faltaba sumar a los ya conocidos impactos social y económico de este tipo de eventos culturales.
Desde Rototom han insistido en que disponer de este certificado de la huella validada demuestra que su compromiso ambiental es "real, tangible y cien por cien transparente".
Con el plus de la medición de su huella de carbono, Rototom Sunsplash afronta una nueva edición como festival 'plastic free'. Sin botellas de agua pero con más fuentes y casetas de recarga hídrica, con la colaboración y participación en esta logística de la empresa Tuawa+Global Omnium y Ecozona Iberian y abogando de nuevo por su sistema de vasos reutilizables y con fin solidario.
Este año toda la recaudación de los vasos será para la Asociación Conquistando Escalones -fundada por afectados de Distrofia Muscular de Cinturas 1F-D2, causada por una mutación que les hace inmunes al VIH- junto a CASDA -Asociación Ciudadana contra el SIDA de Castelló-.
Según datos de la última edición, la de 2019, las acciones de recogida selectiva implementadas por el festival evitaron la emisión de 15,94 toneladas de CO2 a la atmósfera y el consumo de 60,05 MWh y de 322,44 metros cúbicos de agua.