ALICANTE. Las empresas familiares de la provincia de Alicante comienzan a ver la luz al final del túnel de la pandemia: el avance de la vacunación y la retirada de restricciones a la movilidad y prácticamente toda actividad económica, así como el tirón del consumo, han animado la recuperación. Aunque esta vaya 'por barrios', como destacó este viernes la presidenta de la Asociación de la Empresa Familiar de Alicante (Aefa), Maite Antón. Pero los nubarrones de la pandemia han dado paso a otros que los empresarios familiares también esperan que sean coyunturales: el precio de la energía y el encarecimiento del transporte.
Tras presentar la próxima edición de los Premios AEFA, que se entregarán el próximo 5 de octubre en Dénia, la presidenta de la asociación de empresas familiares de Alicante aseguró que "somos optimistas porque la situación es de recuperación", un escenario que también señaló el director comercial de Empresas de CaixaBank (que patrocina los premios), Felipe Pulido, aunque esta recuperación "va muy por sectores e incluso por empresas dentro del mismo sector". Los retos que tienen por delante las empresas son terminar de superar la pandemia, los problemas estructurales que "ya venían de antes", y otros coyunturales que han comenzado a dibujarse.
Antón consideró que el tejido empresarial de la provincia (el 92% de las empresas alicantinas son familiares, que aportan el 85% del empleo y el 75% del valor añadido bruto) se encuentra en un punto fuerte para superar la crisis, por lo que "somos optimistas", aunque reconoció que la situación es compleja porque "hay que compensar las pérdidas que ha habido en el último año, empezar a devolver los ICO y los préstamos..." y ahora, "otros problemas añadidos". El precio de la energía está golpeando especialmente a la industria, pero el resto de sectores sufre también el encarecimiento del transporte de contenedores "que se ha multiplicado por cinco".
A todo ello, precio de la energía y transporte, hay que sumar aún otro fenómeno inflacionista, el del precio de las materias primas de la industria y la construcción, que no obedece a una escasez de origen pero que la está provocando, por lo que este escenario "dificulta una recuperación" que aún tiene que tapar el enorme agujero con el que llega el tejido empresarial al final de la pandemia. En este escenario, Antón exigió que "los fondos europeos lleguen a las pymes, pero también a la Administración, porque no podemos tener empresas del siglo XXI y una Administración del siglo pasado, que hace de embudo".
La gala de los premios, además, permitirá que un año más se ponga sobre la mesa el debate de la fiscalidad a las empresas. La asistencia confirmada del presidente de la Generalitat, Ximo Puig, permitirá que una vez más Antón lo interpele para pedir que bonifique el impuesto de sucesiones para todas las empresas, y no solo para las que facturan menos de 10 millones de euros. Un umbral que "no es indicativo de nada" y "penaliza la aspiración de que las empresas ganen tamaño para ser más competitivas".
En la última edición, Puig aprovechó su discurso para recordar a Rafael Altamira, del que se celebraba la efeméride de su nacimiento, y apenas dedicó unos segundos a asegurar que se "podía estudiar" la petición de ajustar los impuestos a las empresas. La presidenta de Aefa consideró, en buen tono, que "esta vez vendrá preparado" para responder a sus demandas. Con el interés añadido de que entre las autoridades que intervendrán se encuentra también Carlos Mazón, quien en la última edición era solo el presidente de la Diputación de Alicante, pero ahora es además el jefe del PPCV y presumible candidato a la Generalitat. Mazón ha hecho gala de la bajada de impuestos como propuesta, aunque desde su posición ahora solo puede rebajar el recargo del IAE, cosa que ya ha hecho ante el aplauso de las organizaciones empresariales.