VALÈNCIA. Dentro de la terminología anglosajona propia del hip hop, se llaman bars a las líneas de versos que riman entre sí. En su nuevo disco, el productor y músico de origen nigeriano Sammy Suprm transforma esa palabra en un acrónimo de Black Assertive Royal Son (“Hijo asertivo de la realeza negra”) para reivindicar el orgullo de la raza negra, desde una perspectiva panafricana. Gestado en València, pero contextualizado en la globalización del movimiento Black Lives Matter, el fortalecimiento y unión del colectivo de afrodescendientes en España y la incesante sangría de personas que se dejan la vida en el mar al tratar de alcanzar Europa en balsas y cayucos, este álbum nace con la intención de “transmitir sentimientos y experiencias de opresión y discriminación”.
B.A.R.S, Black Assertive Royal Son es la segunda entrega del proyecto LetsColabo, iniciado a principios de 2020 por Sammy Sumpr, al que muchos conocerán en su faceta de teclista y productor del dúo de soul-funk-jazz Twise, finalista del concurso de Sona la Dipu 2018. Si Letscolabo, Vol 1: Beattape era un disco instrumental de hip hop experimental en el que predominan los tiempos medios, Lets Colabo, Vol. 2: B.A.R.S es un disco de rap. El primero es el fruto de la colaboración de Sammy con otros productores como Dj Soak, Oablo Barrios y Freshnerd, mientras que en este segundo volumen es él quien asume la parte estrictamente musical, recayendo las voces y las letras en Johnny Doc, Mag Cocodrilo, Kumar Sublevao-Beat, Dr. Mackandal, Gallego, Joha y Brigitte Emaga.
Por el momento, este LP solo se ha lanzado en formato digital (puede escucharse completo en Spotify, Tidal, Soundcloud y Applemusic). La edición en vinilo -con portada del artista marroquí Achraf Elboukhari- será muy limitada y aparecerá más adelante, cuando se completen todos los álbumes que componen el proyecto.
Sammy hizo coincidir la publicación del disco (17 de noviembre) con el 70 cumpleaños de su madre, una pastora evangélica que emigró desde Nigeria a España hace más de veinte años para trabajar en labores de ayuda humanitaria en una iglesia evangélica africana con sede en Orriols. “Mi madre, que es una mujer valiente y muy luchadora, vino para ayudar a las personas que vienen de África con pocos recursos y encuentran en la iglesia un lugar donde sentirse en casa. Este disco se lo dedico a ella”, revela. En ese templo de raíces góspel es donde Sammy aprendió a tocar la batería cuando era niño. A los 16 años tocaba varios instrumentos, y de adulto ascendió a director del coro de la iglesia. “Allí la música se vive de una forma muy especial”, señala el productor, compositor y arreglista de 32 años, que compagina sus proyectos personales con encargos de bandas sonoras para videojuegos y documentales (aunque sin soltar su profesión como informático, mucho más estable). Su currículum incluye más de 500 canciones y 15 álbumes producidos para artistas como Ayelle, KinkyBwoy, W4, Eddine Saïd y Dj Soak, así como spots para marcas como Vondom o profesionales como el arquitecto Ramón Esteve.
Desde que se asentó en València a los doce años de edad, Sammy ha visto cómo la situación de la comunidad negra evolucionaba poco a poco. Por el camino ha acumulado experiencias propias y ajenas -las que ha hecho suyas a través de los testimonios que conocía por su madre o de los feligreses de la iglesia- que tienen su eco en este nuevo disco. “He escuchado muchas historias, algunas muy duras y otras muy bonitas, que me han impactado mucho y me han ayudado a tener la cabeza donde toca y a apreciar lo que tengo -apunta-. He pasado de ser el único niño de raza negra en todo un colegio de 300 personas, a ir por la calle ahora y ver un montón de niños negros y mezclas raciales de todo tipo. Siento que ha habido una evolución a mejor. Hay mucha más integración y se ha hecho más fuerte la unión entre afrodescendientes. Pero el asesinado de George Floyd en Estados Unidos y el movimiento Black Lives Matter ha ayudado a despertar conciencias, también entre la gente blanca. Creo que todo esto que ha sucedido es importante para juntarnos todos para luchar contra la discriminación en general. No solo de los negros, sino también de las mujeres, de los homosexuales, etcétera. Este disco tiene ese objetivo”.
Después de centrarse durante años en Twise, la banda que comparte con el baterista y compositor Rafa Clapz, Sammy decidió hace un año darle un nuevo impulso a su carrera como productor. Decidió hacerlo a través de un proyecto de cuatro discos en el que pudiese desplegar su amplio abanico de intereses musicales, que abarca desde el soul y el R&B hasta el afrobeat y el funk; desde el jazz contemporáneo y el rap underground de los noventa hasta las últimas tendencias del hip hop.
Twise tiene en su haber dos referencias discográficas: el EP Someday, grabado en 2016 en los estudios de Berklee Valencia con la colaboración de artistas de Europa y Estados Unidos, y el LP Reflection (2017). Pero, como reconoce el propio Sammy, la verdadera magia de Twise está en el directo. “La situación actual, en la que es prácticamente imposible dar conciertos, nos ha llevado a tomarnos un descanso, y a mí personalmente me ha motivado a volver a producir a otros artistas y desarrollarme en otros campos también. Tengo a mi alrededor amigos con mucho talento dentro del hip hop, y que al mismo tiempo son muy distintos entre sí. Así que vi la oportunidad de reunirlos en un solo disco para trabajar distintos géneros musicales, aunque llevándolos siempre un poco a mi estilo personal”.
Así pues, B.A.R.S. es un álbum que rehúye deliberadamente la uniformidad musical. Más bien al contrario, es una celebración de la diversidad inherente en el hip hop. El hilo conductor que une a todos los artistas que colaboran en este disco es el orgullo panafricano. Compuestas y registradas durante la cuarentena en el estudio de grabación de Sammy en València, y mezcladas y masterizadas por JC Santos en Art Space Barcelona, cada una de las canciones de B.A.R.S. pasa el testigo a la siguiente mediante enlaces musicales -la misma tonalidad; un instrumento o unos coros femeninos con los que termina un corte y se inicia el siguiente- y la narrativa de las letras. Es decir, es un disco conceptual.
Arranca con “Black Assertive Royal Son”, una canción de soul en la que escuchamos la voz del rapero afrocubano residente en València Kumar Sublevao-Beat (Afrosideral). “Nunca había trabajado antes con Kumar, pero le tenía fichado porque le había escuchado algunas canciones en yoruba, que es la lengua de la tribu nigeriana a la que yo y mi familia pertenecemos. Cuando los colonizadores llegaron a Nigeria capturaron esclavos, entre ellos muchos del pueblo yoruba. A su vez, muchos de estos esclavos fueron trasladados a Cuba, donde crearon su propia comunidad cultural. Me parecía un enlace muy bonito entre él y yo para comenzar el disco”.
El segundo corte del disco, “Negritud”, cuenta con la colaboración de otros dos raperos valencianos afrodescendientes: Johnny Doc, amigo de infancia de Sammy, y Mag Cocodrilo. Aquí, cada verso hace referencia a experiencias personales vividas en su condición racializada en un país blanco. Dr. Mackandal, nombre artístico tras el que encontramos a pintor, músico y librero valenciano de raíces haitianas Ken Province, es el autor de “MasCaras”, tercer tema del disco. Hip hop abstracto dividido musicalmente en tres partes muy diferentes entre sí. A título anécdótico, conviene saner que la canción se titula igual que el fotolibro que acaba de editar Ken en United Minds, compuesto por 365 ilustraciones en las que representa la diversidad de las fisionomías africanas.
“Liberian King” es una canción adscrita al subgénero drill e interpretada por el rapero Gallego, de ascendencia liberiana y madre española. “Aunque el drill nació en Reino Unido como un tipo de rap muy de la calle, y ahora está muy de moda en Nueva York -explica Sammy-. Gallego tiene un estilo muy macarra, y cuadraba a la perfección con la canción”.
Johnny Doc toma la batuta en “True Story”, una canción con reminiscencias a la corriente neoyorquina de hip hop de los noventa. El álbum finaliza con “Shining”, R&B alegre con voces femeninas. Se reparten los versos la dj y mc dominicana y afinacada en Jaén Joha y la cantante y compositora barcelonesa Brigitte Emaga.
“Este disco habla de black pride, pero cualquier persona puede sentirse identificada con estas canciones. Orgullo no significa odio a los demás. Es solo una forma de reafirmación”, concluye Sammy.