El líder del PSOE orquesta una cita con la máxima dirigente de Compromís en el Ayuntamiento de Valencia obviando el peso institucional de su compañero de partido y presidente de la Generalitat, Ximo Puig
VALENCIA. Desde hace meses, se ha apuntado a que la sintonía entre el líder de los socialistas valencianos y presidente de la Generalitat, Ximo Puig, y el secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, distaba mucho de ser buena. El favoritismo del jefe del Consell por su homóloga andaluza, Susana Díaz, y algunos gestos del aspirante a presidente del Gobierno, fueron levantando un muro en el que la comunicación brilla por su ausencia.
Sin duda, la gestión de la visita de este viernes de Pedro Sánchez a Valencia con motivo de las fiestas falleras constata la distancia entre ambos. Como ya informó este diario, algunos dirigentes socialistas ironizaban a principios de semana sobre si el líder del PSOE vendría a visitar a Ximo Puig o, quizá más bien, a la coportavoz de Compromís y vicepresidenta del Consell, Mónica Oltra.
En este caso, el destino quiso que este chascarrillo malicioso se convirtiera este viernes en una realidad. O, al menos, y esto es lo preocupante, desde la dirección federal nadie pareció molestarse demasiado en evitar evidenciar que existía un desplante o como mínimo una falta de delicadeza por parte de Sánchez hacia el presidente de la Comunitat Valenciana, Ximo Puig.
Así, desde Ferraz -sede en Madrid del PSOE- decidieron orquestar una reunión -a priori secreta o, cuanto menos, privada- con Mónica Oltra aprovechando la visita fallera de Sánchez. Una visita que, según informaron fuentes socialistas, prolongará en clave familiar este fin de semana.
Distintas fuentes del partido admitieron que no existió coordinación alguna para el encuentro con el PSPV, por lo que resultado de la cita fue una fotografía en la que Oltra asumió el protagonismo como si fuera la máxima autoridad de la Generalitat y a Puig le tocó ocupar un segundo plano casi como mero espectador de lujo de la reunión.
Como subrayaba un veterano dirigente socialista, no es solo "una cuestión de colocar las sillas para una foto, es también dónde se juega el partido". Una manera sutil de deslizar la "torpeza" o al menos "desinterés institucional", apuntaba un alto cargo del Consell, que implica citarse con Oltra el día grande de Fallas en el Ayuntamiento de Valencia, gobernado por Joan Ribó, también de Compromís y no, como parece más lógico, en el Palau de la Generalitat donde Ximo Puig, como presidente, podía haber gestionado la visibilidad y rentabilidad mediática en el caso de querer buscar un encuentro a tres para Sánchez.
"No parece normal que el presidente de Ciudadanos, Albert Rivera, acudiera al Palau para visitar al presidente el jueves y el líder del PSOE no haga lo propio pese a ser compañeros de partido pero sí monte un encuentro con Oltra en el Ayuntamiento de Valencia", subrayaron fuentes socialistas.
Al margen de que la maniobra de Sánchez provocó, como era de esperar, una fotografía destacada para Oltra y algún que otro rifirrafe de su equipo con los miembros del equipo de Ribó a cuenta del intento de privacidad de la reunión, también sorprendió la nula predisposición del líder socialista a atender a los medios de comunicación. Su silencio se prolongó durante todo el día pese a la extensa exposición pública que mantuvo Sánchez, primero en el balcón, luego en la comida organizada en una falla de Patraix y, por último, en un breve recorrido de lo previsto de visita a las Fallas.
Tras el encuentro, Mónica Oltra, aseguró que se trataba de ofrecer por parte de Compromís "el espacio de tranquilidad y serenidad que necesita en estos momentos la situación de los que tienen que conformar el futuro Gobierno de España". A su juicio, "necesitan serenidad, tranquilidad y luz y esto en Valencia, y más en Fallas, lo aportamos".
Así, Oltra volvió a reivindicar un "pacto a la valenciana", con "una experiencia de Gobierno" que ha conseguido que en ocho meses "ya hayamos mejorado la vida de la gente que vive en al Comunitat".
Inquirida sobre si mediará entre Pedro Sánchez y el líder de Podemos, Pablo Iglesias, la coportavoz de Compromís respondió que todos eran ya "mayores" y, por tanto, "sabemos el papel que jugamos cada uno". Además, se mostró "segura" de que Sánchez e Iglesias "van a poder hablar perfectamente, sobre todo cuando se den los pasos de serenidad y tranquilidad".
En cualquier caso, afirmó que Compromís "está y ha estado siempre para favorecer un buen clima, el diálogo y la transversalidad que nos aporta nuestra propia historia, nuestra experiencia de Gobierno tanto en la Generalitat como en los municipios y ser una formación política de la periferia que entiende el conjunto del Estado y las diversas problemáticas".
Por su parte, Ximo Puig indicó que desde la Generalitat están "absolutamente necesitados" de que haya un cambio de Gobierno en España que "aproxime" al derecho de la igualdad entre todos los españoles, por lo que manifestó que "tiene ganas inmensas de que haya un gobierno que tenga sensibilidad con los valencianos". "Nosotros estamos en esa posición", recalcó.
A su juicio, la conversación de este viernes demostró que Valencia es una ciudad "abierta, de dialogo y encuentro" algo que le gustaría que se reflejara cuando se habla de la Comunitat Valenciana. En este sentido, puso como ejemplo los pactos 'a la valenciana' tanto en la Generalitat como en el Ayuntamiento son "positivos" y que "ayuden a mejorar la vida de los valencianos".
Preguntado por si durante el encuentro se había abordado la cuestión de la deuda histórica de la Comunitat, el también secretario general de los socialistas valencianos negó este extremo y puntualizó que tanto Sánchez como Oltra "saben perfectamente" cual es el problema de los valencianos.
En este sentido, remarcó que la deuda histórica es "una realidad que va más allá de una ambición partidaria" porque "es una cuestión del pueblo valenciano que tiene que ser tratado en igualdad". "Todo lo que nosotros tenemos como deuda provocada por años de infrafinanciación tiene que ser de alguna manera devuelto a los valencianos", reivindicó.
Respecto a las reticencias del líder de Ciudadanos, Albert Rivera, de condonar la deuda histórica, Puig admitió que existen "problemas de caja" pero insistió en que, tras su encuentro con Rivera, "hay cuestiones que tienen que ver teóricamente en la que todos están de acuerdo y es la igualdad entre españoles".