VALÈNCIA. Buenas intenciones y ningún compromiso. La conferencia de presidentes de este viernes en La Rioja, el primer encuentro presencial de los presidentes autonómicos con el jefe del Ejecutivo, Pedro Sánchez, se saldó con el compromiso de implicar a las Comunidades Autónomas en la gestión de los fondos europeos para la recuperación, pero sin acuerdos ni cifras concretas sobre qué cantidad de los 140.000 millones que recibirá España será repartida entre los territorios.
Con todo, a falta de la letra, la música del esbozo del sistema de cogobernanza que el Gobierno quiere desplegar para repartir el dinero no suena mal a oídos de la Comunitat, que ya parte con desventaja respecto al resto de regiones por la crónica infrafinanciación que padece. En su primera intervención antes de reunirse con sus homólogos, Sánchez asumió esa desigualdad que actualmente existe entre comunidades y aseguró que esta conferencia de presidentes debe ser el punto de partida para comenzar a corregirla.
En concreto, el presidente del Gobierno defendió la necesidad de trabajar para "nivelar" la "cohesión territorial" y que a la hora de combatir la pandemia y la crisis derivada de esta no haya "Comunidades de primera y de segunda", así como que la recuperación sea "inclusiva".
"Tienen que estar todas la mismo nivel, con las mismas oportunidades, porque todos merecemos esa igualdad de oportunidades", manifestó en la declaración institucional con la que comenzó oficialmente la cumbre. Esta declaración de intenciones sintoniza en gran medida con la aspiración del Consell de corregir las deficiencias del actual sistema de financiación para que los recursos por habitante que recibe la Comunitat sean, al menos, los mismos que los de la media de comunidades de régimen común.
También coincide con la propuesta lanzada recientemente por el director de la Fundación de Estudios de Economía Aplicada (Fedea), Ángel de la Fuente, para acometer una minireforma urgente de la financiación autonómica en la que la Comunitat saldría enormemente beneficiada.
En esencia, su propuesta se asienta en la puesta en marcha de un fondo complementario de nivelación para inyectar recursos de forma selectiva en algunas comunidades "con especial atención a las comunidades que están peor financiadas en la actualidad y a la protección de los colectivos más vulnerables". Para la Comunitat eso supondría un aumento de 951 millones anuales en transferencias del Estado o, lo que es lo mismo, 198 euros por habitante.
El Consell reclama desde hace años esa solución transitoria para la Comunitat a la espera de la reforma pendiente del sistema de financiación. El conseller de Hacienda, Vicent Soler, incluso le ha reclamado abiertamente a la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, que garantice a la Comunitat los 1.300 millones que el Consell incluye como ingresos en su presupuesto al no estar garantizados por el Estado.
El diputado nacional de Compromís Joan Baldoví, que ya se desmarcó del apoyo a Sánchez para prorrogar el estado de alarma con el argumento de su falta de compromiso con la financiación, también también ha llevado el Congreso la reclamación de ese Fondo de Nivelación transitorio para acercar a las CCAA peor financiadas a la media.
Pues bien, Sánchez asumió en su intervención que algunas Comunidades tuvieron que hacer frente a la pandemia con más dificultades y menos oportunidades que otras, por lo que defendió que uno de los objetivos ahora debe ser "nivelar" la cohesión territorial. "No podemos dejar a nadie atrás, ni a las personas ni a los territorios", subrayó.
"Lo mismo que pedimos a Europa para que el mercado único no implicara una quiebra entre ricos y pobres, tenemos que hacer lo propio en el país que no haya Comunidades de primera y de segunda y nivelar con las mismas oportunidades", añadió el jefe del Ejecutivo.
No obstante, cabe recordar que poco antes de esta declaración de intenciones, Pedro Sánchez pactó de manera bilaterial con Íñigo Urkullu el déficit y la deuda de Euskadi. Este acuerdo de última hora con el lehendakari en funciones sirvió para sumar a Urkullu a la foto buscada por Sánchez en el Monasterio de Yuso de San Millán de la Cogolla, pero le valió el reproche de algunos presidentes autonómicos, particularmente los del PP.
De la reunión no salieron cifras concretas sobre el reparto entre comunidades de los 140.000 millones que va a recibir España del Fondo de Recuperación Europeo, pero Sánchez si expuso a sus homólogos las líneas básicas de ese reparto. Los fondos se van a distribuir por proyectos en lugar de por criterios fijos. El dinero podría empezar a llegar a las regiones la próxima primavera.
Para ello habrá un instrumento de "facilidad de recuperación y resilencia" que funcionará "por proyectos alineados" con los ejes de transformación acordados por el Consejo Europeo, que son la digitalización, la transición ecológica, igualdad de género y cohesión social y territorial. Se evaluarán los proyectos que puedan ser tractores propuestos por las comunidades, los ministerios y la sociedad civil. "Es decir, el reparto no seguirá los criterios clásicos. Este es un Fondo diferente, nuevo", remarcó.
De nuevo en este caso la "cohesión territorial" aparece como un "principio irrenunciable" para el Gobierno frente a la aspiración de algunas comunidades para que al menos la mitad del dinero que recibirán las comunidades al tener transferidas las competencias sanitarias y educativas. Los criterios expuestos por los responsables autonómicos fueron diferentes en función de sus intereses, desde la despoblación o la dispersión al criterio de edad.
El propio Sánchez será el encargado de dirigir el fondo de recuperación a través de una nueva Comisión interministerial que presidirá él mismo. Habrá también una Unidad de Seguimiento del Fondo de Recuperación en el Gabinete de la Presidencia del Gobierno y se constituirá un grupo de alto nivel para propiciar la colaboración público privada a la hora de gestionar los fondos.
La ministra de Hacienda, María Jesús Montero, dirigirá la Conferencia sectorial con las Comunidades y Ciudades Autónomas.
El presidente valenciano, Ximo Puig, recogió el guante de Sánchez al inicio de la cumbre e insistió en que el Plan de Reconstrucción del Gobierno debe garantizar la cohesión territorial y la convergencia en renta de todas las comunidades para relanzar la economía, las infraestructuras y el estado de bienestar.
El jefe del Consell, que a diferencia de algunos de sus homólogos eludió cualquier atisbo de crítica a Sánchez por el pacto bilaterial con Urkullu, defendió que en el reparto de los fondos europeos se apliquen los mismos parámetros que el Gobierno de España ha pedido a Europa, de forma que las comunidades autónomas con un renta inferior dispongan de más recursos para converger con la media y potenciar la cohesión y combatir la desigualdad.
"Es fundamental que se tenga en cuenta la realidad de partida de cada comunidad autónoma. Es un gran momento para avanzar en la convergencia entre las distintas regiones y comunidades autónomas españolas", reclamó.
En el plano sanitario, el presidente valenciano pidió a al Gobierno que refuerce los mecanismos jurídicos para que los gobiernos autonómicos tengan capacidad de dar una respuesta "quirúrgica" a las complicaciones en sus correspondientes territorios.
"No se puede ir a brochazos, esto no va de grandes prohibiciones", enfatizó Puig, sino de combinar la reactivación económica con la salud en línea con la estrategia que el jefe del Consell ha marcado en las últimas semanas al evitar la toma de medidas generales como el cierre del ocio nocturno en toda la región.