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oh! la cultura se ve obligada a grabar las actuaciones y prescindir del público

Sanidad arrincona a las salas de conciertos y apunta a más restricciones

30/10/2020 - 

VALÈNCIA. Desde que el 17 de agosto, las reglas del juego de la desescalada cambiaran empezando por los últimos en abrir tras el desconfinamiento (es decir, la cultura en general, y las salas de conciertos en particular), Sanidad parece estar dejando caer al sector. Las salas se encuentran arrinconadas ante el caos burocrático que ha ido relatando este diario desde entonces: a pesar de que proponen una actividad cultural y segura, están bajo el mismo paraguas que las macromdiscotecas, y como son “ocio nocturno”, son considerados como parte de un foco potencialmente preocupante de transmisión. Las salas, por su parte, llevan desde su reapertura intentando ser lo más escrupulosas posibles para conseguir lo que han conseguido por ahora: 0 brotes en un concierto. La última reinvención es abrir sin servir bebidas, ni siquiera agua. La gente, antes y después del concierto, puede consumir en bares y restaurantes a pocos metros de estas, pero dentro, solo pueden sentarse, escuchar y disfrutar.

Ayer, Sanidad propuso otra vuelta de tuerca: los conciertos sin público. Al menos, eso es lo que la ha recomendado al Institut Valencià de Cultura, que ha cancelado la presencialidad de todo su ciclo Oh! La Cultura, que hasta el mes de diciembre iba a dar vida a prácticamente todas las salas de concierto privadas de la Comunitat con conciertos cuyos gastos asumía la Administración. Se trata de un proyecto enmarcado en el Plan reaCtivem que pretendía ser un espaldarazo al sector, pero finalmente se quedará a medias: los conciertos se harán, pero nadie podrá acudir.

Ante esta situación, desde el IVC se ha decidido seguir adelante con el programa: seguirán asumiendo el alquiler de la sala y el caché del grupo, grabarán los conciertos para emitirlos online, perderán el dinero de las entradas vendidas y asumirán los costes de la producción y grabación del evento. Un esfuerzo que las salas, a través de su asociación En Viu!, han agradecido, pero que apunta a un futuro poco esperanzador por parte del departamento de Sanidad.

Si la gran mayoría de salas no han abierto esperando que se flexibilizaran las condiciones para tener una mínima seguridad jurídica, fuentes de Sanidad aseguraron a este diario que, si bien no está sobre la mesa el cierre de la cultura como sí se ha decretado en Cataluña, las condiciones para autorizar un espectáculo en directo van a ser más severas: “En caso de duda, con la situación actual, lo tendremos claro: mejor que no”.

Un problema de denominación

El origen de la recomendación de Sanidad es una cuestión, que como ya contó Culturplaza, se reduce a un problema de denominación en las licencias de las salas de conciertos. Como no existe una dedicada a la música en directo, la mayoría de ellas tiene un permiso de actividad como pub, discoteca, o bar de copas. Tras las conversaciones en agosto entre Cultura y Sanidad, se publicó una orden de la que se podían beneficiar las “salas de conciertos”, pero según denunciaron desde En Viu!, en la práctica es inaplicable, porque ante la reclamación de una autoridad como la sanitaria, o por un policia local mismo, en su licencia no se ven reconocidas como tal en ningún momento, por lo que nada ha cambiado.

Sí están estipuladas como salas de conciertos en una lista que dispone el IVC, pero eso no tiene ninguna validez legal ante la ausencia total de ese reconocimiento en la licencia. Que haya una categoría dedicada a su función es una reclamación histórica del sector en la Comunitat Valenciana. Una idea que, si se iba haciendo necesaria en los últimos años, ahora es el hilo sobre el que pende la supervivencia de muchas de ellas.

Sanidad no parece estar dispuesta a arreglar la situación en este punto de la pandemia, por eso, aunque se siguen celebrando conciertos de promotoras privadas, el departamento de salud recomienda al IVC, como institución pública, que no sea responsable de meter gente en una sala en este limbo burocrático. “Si lo hicieran en un museo, o al aire libre, posiblemente podría haber público, pero en estos lugares, por las condiciones que tienen, no lo vemos recomendable”, dicen desde Sanidad. Los datos hasta ahora apuntan a que este juicio arrastra más un estigma que una evaluación de riesgos real.

Mientras todo esto ocurre, las salas intentan seguir funcionando para sobrevivir o al menos para visbilizar su situación, tal y como contaba a este diario el gerente de Loco Club hace unas semanas. Los conciertos, a nivel privado, siguen funcionando. Las pocas salas que abren en la Comunitat lo hacen casi cruzando los dedos de que ese día no llegue alguna autoridad que les haga cerrar. Esperan soluciones, pero por ahora solo siguen habiendo trabas.

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