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el agua subió casi cuatro metros

Sanidad cierra la iglesia de Picanya al detectar hongos en los altares por la Dana 

21/11/2024 - 

VALÈNCIA. La Iglesia de la Parroquia de Montserrat de Picanya ha tenido que cerrar después de semanas abierta tras la Dana del pasado 29 de octubre al detectar hongos en los altares de madera debido a la humedad. Una decisión a la que habría instado Sanidad y ha llevado a trasladar la eucaristía el próximo sábado al Centro Cultural de Picanya. 

"La situación de la parroquia es catastrófica", señala a Valencia Plaza la secretaria de la parroquia, Mari Luz. La iglesia llevaba celebrando misa desde Todos los Santos, cuando el sacerdote avisó al consejo pastoral de que retomarían la eucaristía. "Los primeros días no había bancos, era una misa cortita. Ahora, están limpios y los altares están para restaurar", explicaba previamente al cierre del espacio. Hechos de madera y cubiertos de pan de oro, éste se ha ido dando paso a la hinchazón de una madera que retiene la humedad.

Según midió la UME, el agua entró en la iglesia y los despachos y alcanzó una altura de 3,84 metros, destrozando la mayor parte de las piezas de arte. Tan solo sobrevivieron la Virgen de Montserrat, arriba del altar, y la Purísima Sangre. "El agua hizo sus más y sus menos, porque desplazó a la Inmaculada de su altar y el agua la dejó donde se sienta el sacerdote, pero el Ece Homo no salió de su vitrina", recuerda.

Las pérdidas no solo han sido en obras, también a nivel de archivo, donde se han dañado documentos como las visitas pastorales de San Juan de Ribera o una bula papal dirigida a la Cofradía de la Sangre. "Estaba en un archivo que creíamos seguro y que no pudimos abrir en cinco días, pero todo era una masa de barro", lamenta. También se han perdido unas casullas del siglo XIV y XV y una a estola de Ricardo Capella. A nivel de despachos se guardaban libros sacramentales desde después de la guerra de bodas, comuniones y bautizos, que por suerte digitalizaron hace años. Sin embargo, asegura que no deja de ser importante el documento escrito.

"Mi mayor obsesión cuando llegué el Día de todos los Santos era sacar los libros", reconoce Mari Luz, quien explica que se los han llevado a restaurar y que son clave para realizar comprobaciones. Ahora, están a la espera de ayudas. "Se han ofrecido muchos restauradores, pero algunas figuras tienen mucho valor y nos da miedo", explica. Por lo pronto, han quitado el barro a las figuras y las tienen guardadas en el altar. Ahora, avanzan poco a poco en busca de reabrir el espacio para los feligreses.

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