VALÈNCIA. Sanidad ya ha sacado las cuentas de cuántos radiólogos más necesitará en los hospitales públicos cuando en septiembre de 2018 finalice el contrato de las resonancias magnéticas con Erescanner Salud, UTE controlada por Eresa. Serán 30, según precisan fuentes de la Conselleria, aunque se contratarán 13 de forma inminente. Esta decisión se ha tomado después de que la Conselleria de Hacienda, tras solicitarlo Sanidad, haya dado el visto bueno a las incorporaciones.
Desde 2016, el departamento de Carmen Montón ha ido implementando el modelo C con los radiólogos que tenían disponibles, unos 300 en toda la sanidad pública valenciana. Esto supone que las pruebas se dejen de hacer por el personal de Eresa -que tiene concierto con una quincena de hospitales- y se devuelvan a manos del radiólogo público aunque con la maquinaria de la empresa privada.
Según manifestó la consellera a finales del año pasado, en 2017 se disponía de una partida de cuatro millones para la contratación de estos radiólogos. Entre los hospitales que ya han pasado al modelo C se encuentra La Plana, el General de Alicante, el General de Elche, el Clínico de Valencia, Gandia, Sagunto y General de Castellón, que se han incorporado este año al Modelo C, mientras que La Fe, Orihuela y Alcoy se incorporaron anteriormente. Hasta el momento, solo El Peset y el Sant Joan tienen las resonancias incorporadas totalmente en el modelo público.
En numerosas ocasiones también se ha mencionado el problema que supuso que los radiólogos de los hospitales públicos no manejaran estas máquinas, algo a lo que Montón llamó "secuestro de conocimiento" y que se produce desde el año 2008. Por este motivo, la Sociedad de Radiología de la Comunidad Valenciana ha organizado cursos de varias semanas de duración para poder formarlos.
El proceso de reversión se ha visto acelerado gracias a la aportación de la Fundación Amancio Ortega, ya que parte de los 30 millones de euros irán destinado a equipos de resonancias, concretamente a siete. Los equipos que se comprarán con la aportación del dueño de Inditex son para el Hospital de Requena, para el Hospital de Vinaròs, dos para el departamento de San Juan de Alicante, uno para el Arnau y dos para el departamento del Hospital General de Valencia.
El Hospital General de València lleva su guerra particular con la finalización del contrato con Eresa ya que el consorcio -participado por la Diputació de València y la Generalitat- renovó antes de la llegada del actual Gobierno los tres contratos que tenían en vigor y que la Sindicatura de Comptes considera sin soporte legal.
El contrato de resonancias magnéticas del General vence el 8 de enero de 2018 al que seguirá el de TAC, que vence en el mes de julio. También tiene vigente un contrato de medicina nuclear. En 2016, el Consorcio Hospital General tenía previsto pagar 4,99 millones de euros a Eresa por las resonancias, al que se suma el de medicina nuclear con un presupuesto de 3,47 millones, y el de TAC, presupuestado en 3,96 millones en 2016. En total, 12,42 millones de euros. Por este motivo, el Hospital General calculó que la finalización del contrato supone un ahorro de tres millones al asumir las resonancias y el TAC.