VALENCIA. Lo que no quería el nuevo Consell que pasara al final lo ha corroborado un informe del Colegio de Arquitectos de la Comunitat Valenciana, gran parte de la antigua Fe de Campanar va a tener que ser derribada al suponer un mayor coste rehabilitar que volver a construir. En el mes de julio, el Consell paralizaba el concurso para derribar el antiguo hospital hasta conocer las conclusiones de un informe técnico que determinara "si existía posibilidad de recuperarlo".
Sin embargo, esto no ha supuesto un freno para Sanidad, que pretende devolver a la vida el complejo, aunque por fases. Para empezar, la conselleria levantará un centro de salud, de especialidades y de atención continuada durante las 24 horas en el solar vacíos de los terrenos del antiguo hospital. Esta primera fase aprovechará el espacio libre de la fachada del hospital, entre la cafetería y el helipuerto. La consellera de Sanidad, Carmen Montón, ha establecido los pasos a seguir para darle un uso pleno al complejo, que se conformará en un Plan Director.
Para elaborarlo optarán por participación ciudadana, quien quedó al margen de los planes que tenía el anterior Gobierno. Ahora, en el futuro de la antigua Fe también tendrán voz las asociaciones vecinales y sindicales. Una vez estén planteados los usos se sacará un concurso de ideas entre jóvenes arquitectos preferentemente valencianos para su reordenación y diseño. En el caso, de que no se presenten suficientes propuestas se plantearán ampliarlo.
La consellera apuntó que quieren un nuevo modelo de edificios "más cercanos, amigables, sostenibles y que permitan la socialización de los pacientes" frente "a las grades moles actuales", lo que su vez abaratará el proyecto. "Queremos que esté en el menor plazo posible".
Montón, quien presentó el informe del COEV acompañada del director general de Recursos Humanos y Económicos, Justo Herrera, y del director general de Asistencia Sanitaria, Rafael Sotoca, insistió en que la "prioridad" es construir no derrumbar. Esto quiere decir que el presupuesto que tienen será destinado a levantar nuevos edificios y no tendrán como primera opción hacerlos desaparecer.
Para empezar a acometer estos proyectos, existe una partida de seis millones de euros en el presupuesto para construcción de centros hospitalarios y dos millones para centros de salud. Aunque todavía no se sabe en que consistirá la totalidad del proyecto y la primera reunión con asociaciones y vecinos será el jueves, tampoco han descartado que la antigua Fe se vuelva a reabrir como centro hospitalario para atender a toda el área noroeste de Valencia para evitar que los vecinos se desplacen 8 kilómetros para recibir asistencia. Cabe recalcar, que la consellera descartó el cierre o traslado del Arnau de Villanova, una plan barajaba el anterior Gobierno.
"Un proyecto de legislatura". Así calificó Montón este proyecto, que dejará para la segunda fase el futuro de los edificios del complejo. Sin embargo, el COEV es claro y la mayoría tendrá que ser derribados atendiendo a su informe. El colegio concluye que "no se aprecian beneficios o ventajas en la rehabilitación de los edificios existentes que justifiquen de manera razonable una intervención de tal envergadura técnica y económica frente a oposición de reposición de las edificaciones".
El proyecto contemplará el derribo de la mayoría de inmuebles ya que, según el informe, presentan "deficiencias estructurales de diversa índole, amianto y fibrocemento que son materiales altamente tóxicos, y falta de adaptación a las normativas actuales en referencia a protección contra incendios, accesibilidad o eficiencias energéticas", lo que "condiciona su posible reutilización".
De hecho, señala que aún excluyendo el valor del suelo es "probable que el coste final de las obras de intervención supere de manera considerable lo que supondría el coste de reposición a nuevo de edificaciones con igual superficie". También recalca que, desde la emisión de los primeros informes, es importante destacar que al quedar desocupados y sin uso cualquier reutilización implicaría adaptarlos a la normativa actual, con costosas intervenciones. La cafetería, la lavandería y la central térmica son edificios son salvables y podrían ser reutilizados.
Sobre el destino del resto de edificios están también en conversaciones con la tesorería de la Seguridad Social, propietaria de los terrenos, INGESA, (Instituto Nacional de Gestión Sanitaria), propietaria de los edificios, y del Ayuntamiento de Valencia, administración competente en materia urbanística. El complejo actual, de 76.376 m2, tiene 168.000 m2 de edificabilidad pero se quiere reducir la volumetría.
El informe cuantifica que rehabilitar y descontaminar el pabellón de rehabilitación supondría 33,7 millones frente a los 35,7 de construir uno nuevo de la misma superficie; rehabilitar la escuela de enfermería 15,5 millones frente a los 16,5 millones de uno nuevo, 68,9 millones del pabellón general frente a los 73,2 de levantarlo nuevo, mientras que el pabellón de anatomía patológica se pasa de 4,1 a 4,4.
Los edificios de estructura mixta la rehabilitación del coste de pabellón maternidad es de 29,2 a 32 si se sustituye, la rehabilitación del pabellón infantil es de 19,8 millones frente a los 22,3 de reponer uno nuevo y el mortuorio de 733.767 a 928.
Los edificios e estructura de hormigón pasarían de los 2,2 millones de rehabilitación a los 5,5 de sustitución en el pabellón de gobierno; de los 6,7 a los 8,5 en el centro de investigación; de 3,3 a 4,2 en el edificio de informática y de 814.957 a 865.109 en el edificio de dosimetría.