VALÈNCIA. La última resolución de la Conselleria de Sanidad para intentar frenar la escalada de la tercera ola del coronavirus en la Comunitat expone con toda su crudeza la realidad de una situación que, según reconoce, es la consecuencia del fracaso de de las medidas que ella misma ha aplicado hasta ahora. Por ello, el departamento que dirige Ana Barceló considera necesario reforzar las medidas "transitorias y excepcionales" del pasado 5 de enero ante el riesgo de que la presión asistencial actual pueda "exceder las capacidades del sistema sanitario".
"Las medidas hasta ahora dictadas en el último mes no han supuesto una contención o retroceso de la transmisión comunitaria del SARS-CoV-2, al contrario se ha incrementado y ha supuesto un aumento significativo de las tasas de hospitalización e ingresos en unidad de cuidados intensivos", refleja la resolución de Sanidad, que justifica el cierre total de la hostelería y el recorte de los horarios comerciales en dos informes de la Subdirección General de Epidemiología y de la directora general de Asistencia Sanitaria del pasado 19 de enero.
La resolución, que entra en vigor este jueves, incluye varios indicadores que reflejan la gravedad de la situación epidemiológica para justificar las nuevas restricciones, como el incremento de casos hospitalizados en las dos últimas semanas del 88,6%, y del 71% con respecto al periodo anterior. El número de pacientes ingresados en UCI el pasado lunes era de 602.
También refleja que a 18 de enero había 4.378 pacientes ingresados en los hospitales valencianos, muy por encima de las 3.829 hospitalizaciones que reportó la Conselleria de Sanidad en la nota que remitió ese mismo día a los medios de comunicación para informar de la evolución de la pandemia.
Aunque la resolución revela varios datos de los dos informes en los que se apoya, la Conselleria de Sanidad se niega a hacerlos públicos porque son "documentos internos".
El reconocimiento de la ineficacia de las últimas medidas, que se anunciaron la víspera del día de Reyes pero no entraron en vigor hasta el 7 de enero, se refleja en la evolución de otros dos indicadores como el de la presión hospitalaria o la incidencia acumulada por cada 100.000 habitantes.
Sobre el primero, la ocupación de las camas de agudos a 18 de enero era del 37,28% y del 52,7% de camas UCI, frente al 20,5% y 34%, respectivamente, del pasado 4 de enero. En cuanto a la circulación del virus, refleja que la incidencia acumulada por cada 100.000 habitantes ha pasado en dos semanas de 394 por 100.000 habitantes a 1.042 por 100.000 habitantes actualmente.
A ello se suma, además, que la práctica totalidad de los departamentos de Salud (23) se sitúan en el nivel 4, riesgo muy alto, y solo uno se sitúa por debajo de este nivel, con un nivel de riesgo alto. Ese nivel muy alto en todo el territorio autonómico define un escenario de "transmisión comunitaria no controlada y sostenida con presión creciente sobre el sistema sanitario".
En este sentido, cabe recordar que el propio Ximo Puig admitió este martes su error al ser preguntado por Valencia Plaza respecto a si se arrepentía de no haber hecho caso a sus socios de gobierno cuando el pasado 5 de enero le instaron a adoptar medidas más contundentes de las finalmente aplicadas, que no han surtido el efecto buscado. La propia Mónica Oltra admitió tras la reunión de la comisión interdepartamental que varios consellers estaban a favor de medidas más duras, como el confinamiento de la Comunitat.
Dos semanas después, la Conselleria de Sanidad endurece las medidas al constatarse "la tendencia elevada al crecimiento en la evolución de la pandemia con respecto al informe anterior", con niveles de ocupación hospitalaria "que pueden exceder las capacidades del sistema sanitario" a pesar de que el presidente Puig garantizó hace apenas tres días la asistencia sanitaria para pacientes covid y no covid.
Otro dato relevante que revela la resolución es la del número de casos sospechosos que acuden a atención primaria, que presenta una tendencia ascendente después de las celebraciones navideñas.
Así, la media de casos atendidos diariamente está por encima de los 7.000, mientras que la tasa de positividad –porcentaje de pruebas diagnósticas que dan positivo sobre el total de las realizadas– es mayor del 75%.
Ese nivel está considerado de riesgo muy alto, ya que está muy por encima del 4% establecido como límite de positividad a partir del cual el riesgo de transmisión se ve incrementado. La propia OMS sitúa en el 5% el umbral de positividad a partir del cual se considera que la pandemia está fuera de control.