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MADRID. (EP) Banco Santander pudo haber anticipado la resolución de Banco Popular semanas antes de que las autoridades reguladoras europeas actuaran, ofreciendo no más de 200 millones de euros por la entidad entonces presidida por Emilio Saracho, según documentos a los que ha tenido acceso S&P Global Market Intelligence.
Finalmente, el banco que dirige Ana Botín se hizo con Popular por el simbólico precio de un euro el 7 de junio de 2017, después de que las autoridades europeas consideraran que el banco era inviable o estaba al borde de serlo.
La resolución de la entidad española, la primera mediante este proceso ordenado, ha sido objetivo de numerosas demandas que cuestionan la integridad del sistema. Los demandantes sostienen que los reguladores europeos, al tratar con Popular, influyeron indebidamente en los mercados, ignoraron ciertas opciones viables y no lograron que el proceso fuera transparente, lo que incluso socavó la credibilidad del proyecto de la unión bancaria.
También se pone en cuestión la validez del informe de Deloitte sobre el valor del banco y se asegura que los reguladores ignoraron el hecho de que la propia entidad hubiera intentado buscar un comprador o planeado obtener capital.
En un documento que iba a ser enviado al consejo de supervisión de Santander el 22 de mayo de 2017, dos de los responsables principales del banco, José Luis de Mora y Víctor Matarranz, hablaban de una operación bajo el nombre 'Proyecto Neptuno' y proponían que, "en el caso de un proceso de resolución", Santander debería ofrecer entre cero y 200 millones de euros para 'Neptuno', el banco en cuestión.
Si bien el texto no cita a Banco Popular por su nombre, incluye información financiera idéntica a la de esta entidad, asegura S&P Global Market Intelligence.
La oferta de Santander estaría condicionada a que se liberasen bonos por valor de 2.000 millones de euros. Según la resolución, los tenedores de bonos fueron eliminados por una suma de 2.000 millones de euros.
El texto también señala que Santander tendría un derecho de emisión de 7.000 millones de euros a raíz de la adquisición, algo que Santander anunció el 7 de junio del año pasado tras la caída de Popular. También dice que 'Neptuno' proporcionaría un retorno de inversión (ROI) de más del 13% en el tercer año posterior a la adquisición.
Santander, en su presentación el día posterior a la adquisición, dijo que apuntaba a un retorno de la inversión de entre el 13% y el 14% en tres años.
"La Junta Única de Resolución (JUR) dijo que quería encontrar un comprador rápidamente (...). Pero no hubo suerte en absoluto. Esto fue totalmente planeado", dijeron fuentes cercanas al proceso a la firma estadounidense.
Al mismo tiempo, el escrito detalla cómo la entidad en cuestión sería un buen ajuste geográfico tanto en España como en Portugal, y señalaba que el banco tenía una cuota de mercado del 6% al 7% en España y del 2% en el mercado portugués, y que una fusión entre 'Neptuno' y Santander elevaría la participación de mercado a al menos un 19%, con una fuerte presencia en pymes.
Santander dijo después de la compra de Popular que esta operación le otorgaría una participación del 20% en el mercado crediticio español y lo convertiría en el líder del mercado en negocios de pymes.
A su vez, enumera una serie de riesgos relacionados con una posible transacción, incluidos 36.800 millones de euros en exposición a créditos dudosos del sector inmobiliario. En ese momento, a Popular le sobraban casi 37.000 millones de euros en 'ladrillo tóxico'.