VALÈNCIA. Conforme la década de los 10 iba avanzando, tras una primera incursión muy modesta en el mundo del cine, la producción valenciana prácticamente desapareció, una etapa que no concluye hasta bien entrada la década de los 30, y que viviría con esplendor la creación de Cinesa. Durante este bache en la producción se produjo poco, pero se conserva menos. Por eso algunas de las películas que sí quedan se conservan como auténticos tesoros. Hoy, la Filmoteca proyecta a las 18:00, en directo desde la Sala Berlanga del Rialto y por streaming una de ellas.
Se trata de Sanz y el secreto de su arte, un film de 64 minutos de metraje producido en 1918 por el famoso artista de ventrílocuos Francisco ‘Paco’ Sanz y co-dirigido por Maximiliano Thous, uno de los pioneros del cine valenciano. La película muestra cómo Sanz monta su espectáculo con personajes autómatas, hechos con sistemas mecánicos complejos para parecer realistas. Esta pieza no se pasó en las salas comerciales al uso, sino que la ponía el propio artista como complemento a su espectáculo.
La iniciativa surge como la aportación de la Filmoteca a A season of classic films, una iniciativa de la Asociación de Cinematecas Europeas (ACE) para que cada archivo proyecte y ponga a disposición del resto una de sus “joyas”. Una manera de poner de relieve el patrimonio fílmico europeo. La intención final es la de hacer un catálogo de películas europeas de alto valor que puedan circular por los archivos. La filmoteca yugoslava empezó en diciembre con Sinner without a sin (1930), y ahora es el turno de la valenciana.
“Una de las premisas es que la película elegida fuera atractiva para un público joven adulto, así que pensamos en una que fuera antigua y estuviera restaurada, pero a la vez tuviera una temática interesante. La historia insólita de Paco Sanz y sus autómatas, que llegaron a hacer cuatro tours por América nos pareció entonces la mejor opción”, explica a Culturplaza Inma Trull jefa de recuperación de La Filmoteca. En efecto, Sanz fue todo un prodigió del mundo de las varietés de aquella época, llevando su espectáculo por toda España, Portugal y más allá del Atlántico. Otro valenciano ilustre, aunque su arte no sea tan llamativo para la Historia.
En los créditos se encuentra también Maximiliano Thous, así que la película es un punto de encuentro que le da valor por sí sola. “Es muy singular e históricamente es muy importante porque es un momento en el que ha desaparecido la producción en València y las intervenciones en este campo son anecdóticas. De hecho, la película la produce el propio Sanz casi como una herramienta de marketing, es quien pone el dinero. La graban en Barcelona, en los estudios Hispano Films”, comenta Nacho Lahoz, jefe de Conservación de la Filmoteca y uno de los grandes estudiosos del cine valenciano. Sanz y el secreto de su arte también es la segunda película que hace Maximiliano Thous como director y la primera que se conserva, un film en el que ya ve “su vocación por hacer un cine moderno y se descubre un sentido de la planificación muy adecuada y un encuadre muy centrado en aquello que quiere destacar”, apunta Lahoz.
El documental busca mostrar cómo están construidos los autómatas, la complejidad de sus mecanismos, cómo son manipulados con maestría por Paco Sanz. Maximiliano Thous coloca la cámara en numerosos planos detalle en un desarrollo precoz del cine documental como un ejercicio divulgativo.
Pero la película, que tiene varias partes, no es únicamente un spot, también es una muestra del propio espectáculo. Los intertítulos responden a veces a la voz de los propios personajes o a la descripción de aquello que ocurre en el espectáculo. Esta frontera entre la realidad y la propia ficción que construye Sanz se rompe en la parte final del film, donde Thous cuenta la historia de Don Liborio, uno de los autómatas que se escapa y se integra en la vida humana en diferentes escenas grabadas en exteriores, una incursión también precoz en lo que luego sería la integración entre la imagen animada y la imagen real. “Se suele decir que el cine español de la época era muy tosco e inexpresivo, pero este film da buena cuenta de lo contrario”, asevera Lahoz.
Sanz y el secreto de su arte fue restaurada entre 1995 y 1997 en la Filmoteca y es, sin duda, uno de sus mayores tesoros.
Otra de las exigencias de la ACE para A season of classic films era que la iniciativa no fuera una elección al uso, sino que se hiciera algo especial con la película elegida. Trull entonces ha organizado una proyección que se podrá ver desde la propia sala de la Filmoteca en el Rialto de València, pero que será accesible en directo a través de un streaming por YouTube. “Con las restricciones actuales, no espero una gran audiencia presencial, pero tengo bastantes esperanzas en el público online europeo”, dice; y para hecho, ha subtitulado en inglés los intertítulos. Además, la proyección estará acompañada por Arcadi Valiente, el músico de cabecera de la Filmoteca, que tocará durante la hora de metraje el piano. Valiente, que lleva 30 años haciendo este tipo de proyecciones, ya ha acompañado a esta película en otras ocho ocasiones: “Me la sé de memoria”, confiesa a este diario. Su trabajo es el de improvisar a partir del repertorio que él ya tiene: “Voy viendo si las imágenes y la trama piden algo inspirado por Chopin o Beethoven”, y según le sugiere la trama va casi improvisando.