VALENCIA. El aeropuerto de Castellón ha iniciado una nueva etapa de la mano de Alexander Schroll, su nuevo director, que el 1 de marzo pasó a sustituir a un director operacional, Alain Russel, quien era el encargado de poner en marcha el aeropuerto. Schroll, contratado SNC-Lavalin, trae la veteranía en la captación de vuelos con un experiencia de 20 años en el aeropuerto de Munich, donde ocupaba el cargo de director de Desarrollo.
Schroll, quien se declara un amante de España, es consciente de que la imagen del aeropuerto está lastrada, pero está seguro de que será capaz de poner en marcha la fase de expansión y comercialización de la instalación. El objetivo del director, de 50 años, es encontrar usuarios y aerolíneas que quieran aterrizar en sus pistas.
-¿Cuántos años de media suelen pasar hasta sacar rentabilidad a un aeropuerto?
-En general, en Europa, la rentabilidad de un aeropuerto suele llegar cuando se tiene dos millones de pasajeros. Es verdad que siempre depende de su perfil pero nosotros estamos calculando esas cifras en el aeropuerto de Castellón para 2025.
-¿Qué le motivó a venir a Castellón a gestionar el aeropuerto?
-Yo soy un gran amante de España. Estudié Castellano en Salamanca y tengo muchos amigos. Vengo con mi experiencia como manager en el aeropuerto de Munich, aunque es un desafío muy grande. Me encanta sacar adelante nuevos objetivos como el impulsar un aeropuerto que parte desde cero.
-El aeropuerto de Castellón no tiene la mejor imagen por su relación con la corrupción. ¿Cuesta enfrentarse en el día a día con esa imagen?
-En España, si hablo del aeropuerto de Castellón me doy cuenta de que es una polémica del pasado pero ahora empezamos una nueva era. Desde septiembre está SNC-Lavalin oficialmente desarrollando el aeropuerto.
-Con todo lo que decían, ¿se lo encontró mejor o peor de lo que se esperaba?
-Todo esto es el pasado y hay que mirar hasta el futuro. Eso tienen que entenderlo las compañías aéreas españolas. Me cuesta mucho convencerlas de que vuelen en el aeropuerto de Castellón mientras que con las extranjeras es mucho más fácil, como ha pasado hace poco que inauguramos la ruta con Bucarest con la línea de bajos costes Blue Air.
-Entiendo que las españolas no quieren volar por la imagen y las extranjeras miran más la rentabilidad.
-Sí, menos polémica y más rentabilidad y economía.
-¿Tiene algo en común el aeropuerto de Múnich con el de Castellón?
-El de Múnich juega en otra liga. En Champions League. Un aeropuerto cinco estrellas que facturó más de cuarenta millones de pasajeros el año pasado. Pero los aviones aterrizan y despegan igual.
-Ryanair abre línea con Sofía. ¿Se están abriendo nuevos vuelos a un ritmo correcto?
-Estamos casi en las cifras prevista que hemos calculado en el plan de negocio, pero aún nos falta algo más de tráfico. También es una desgracia que el Villarreal, que por ejemplo es un cliente muy importante para nosotros porque todos sus vuelos al extranjero suelen aterrizar en el aeropuerto de Castellón e incluso los hinchas y seguidores, no hayan alcanzado la final de la Eurocopa. Hubiésemos tenido unos 10.000 pasajeros más y ya estaríamos en los niveles que calculábamos. Pero no quiero echarle la culpa al Villareal –bromea-.
-¿Hay nuevas negociaciones abiertas con compañías aéreas?
-Hay cuatro nuevos campos en el que nos interesa captar nuevas compañías. Uno son los bajos costes, otro es el tráfico efectivo de turistas, también la carga y tampoco se puede olvidar la aviación general, que podría ser un campo muy importante para nuestro aeropuerto.
-¿Y empresas interesadas?
-Manises nos está copando muchos pasajeros. Por ejemplo, Lufthansa, cuando está promocionando la Comunitat Valenciana están poniendo una foto de Peñíscola. Y yo le decía que les sería mucho más cómodo volar al aeropuerto de Castellón que está a 20 minutos de Peñíscola.
-¿Le ha conseguido el aeropuerto de Castellón robar algún pasajero a Valencia y Alicante?
-Nuestro parking es gratuito y es posible dejar los coches vigilados. Esto atrae muchísima gente, sobre todo de Alicante. Podrían volar perfectamente de Alicante a Londres pero no lo hacen porque se ahorran mucho dinero en el parking. Esto es algo que no tendremos para siempre, pero hoy por hoy está así. También llegan de Valencia, pero todavía tenemos que hacer estudios.
-Ryanair fue la primera aerolínea en volar. ¿Está contenta con los resultados obtenidos?
-La verdad es que está muy contenta en nuestro aeropuerto, sobre todo en comparación con otros en los alrededores. Les funciona muy bien y sorprendentemente ellos notan que no solo es tráfico efectivo sino que también hay mucha demanda del aeropuerto de Castellón hacia fuera. Por ejemplo, el destino Londres Stansted pensaban que iban a tener un 80% de ingleses llegando a nuestras tierras pero es un 50%-50%. El área de interés está generando tráfico hacia el extranjero algo que me parece muy importante para un aeropuerto.
-¿Tiene SNC-Lavalin su propia estrategia de promoción turística?
-SNC-Lavalin está gestionando 19 aeropuertos, sobre todo en Francia. El primero en España será Castellón, pero no el último. Intentamos promocionar a través del grupo pero también estamos trabajando por nuestra cuenta para darlo a conocer en ferias internacionales, en conferencias de aviación, en aviación general y a través de contactos valiosos que he traído de Múnich. Son muy útiles y supongo que por eso también me han traído.
-¿En qué perfil de turista debería centrarse la administración valenciana?
Buena pregunta. Todavía no tengo muy claro el perfil de pasajeros que quieren captar. Entiendo que el turismo familiar tiene importancia pero el turismo de tercera edad, en paises extranjeros también tiene su importancia. También tenemos festivales de música con gente muy joven pero hay que posicionarse en un cierto target. Pero en este momento son sobre todo turistas individuales, familias y gente que tiene apartamento o casa estacional.
-¿Actualmente cuál es el número de pasajeros?
Terminaremos alrededor de 140.000 pasajeros pero el año que viene la previsión es doblar. Hay que tener paciencia porque los planes de las compañías aéreas van con 9 meses de antelación.