VALENCIA
Las pensiones del Rey Sol y las bolsas de monedas de oro que Mecenas y los Médecis tiraban a los intelectuales de Roma y Florencia eran puñados de higos comparados con los sistemas contemporáneos -nunca modernos, como bien me dice siempre Olga Adelantado de la Galería Luis Adelantado y confirma el sentido común- adaptados a instruir a la sociedad sobre lo que debe pensar. Así como la moda ha sido creada para las mujeres sin gusto que no saben vestirse también determinados actos de nuestra vida social, incluyendo esa pseudo-literatura que se nos presenta como prensa- han sido determinadas para las personas faltas de reflexión y de criterio.
Las personas inteligentes poseen el innato sentido de lo que es grotesco, vulgar, presuntuoso, académico y sin tacha y saben comportarse en la vida social sin necesidad de guías. Las fortunas improvisadas y las equivalentes ruinas de viejas fortunas han puesto fuera de circulación a los personajes que poseían un estilo y han instalado en los viejos despachos del padre esforzado en el estudio de la Medicina, el Derecho o las Artes a ciertos personajes vulgares, congestionados por los excesos físicos y los alardes mentales a los que debería prohibirse, por ley, el uso de un título obtenido por favores.
Es una reforma a la que se llegará. Mientras tanto, asistiremos como si fuera algo normal a esas pequeñas venganzas del pensamiento que hace que un día nos despertemos rodeados de especialistas en muffins, macarrons o pasta o pan caseros, de expertos en lo que es el populismo, el feminismo o el neocapitalimo, de psicólogos en zapatillas que conocen todo lo que respecta la bipolaridad, el déficit de atención y cualquier término acabado en fobia y cuyo máximo nivel de reflexión cuando les comentas que un familiar te ha intentado matar con un alfanje es responder “Ya, pero es tu padre”. En épocas pasadas, cada artista se creía el centro del sistema solar, y hoy, a través de la televisión, Instagram, Youtube, Twitter y Facebook, se ha conseguido que cualquiera se convierta en artista del drama o la comedia con solo “colgar” (nótese la ironía de las comillas) el enlace a una frase famosa o a la Missa Nelson.
Para encontrar todo de cuanto metafóricamente nos remite a nuestro proverbial desconocimiento de las cosas, basta con dar una vuelta por el centro de la ciudad. Y nada más céntrico y metafórico que nuestra hermosa Catedral de Valencia, construida sobre un foro romano y una mezquita consagrada, y que ampara, por un lado, la incalificable Plaza de la Virgen, nexo de unión de arquitecturas variopintas y turismo, la tranquila plaza del Arzobispado, nuestro pequeño marquesado Vaticano particular, y la caótica plaza de la Reina, que aunque nadie lo sepa está dedicada a la reina María de las Mercedes de Orleans porque durante la República se le llamó plaza de la Región Valenciana y durante un suficiente periodo de tiempo para la confusión, Plaza de Zaragoza. Como de María de las Mercedes ya no se acuerdan más que sus nietos por la copla, con lo de “la Reina” los taxistas y los ciudadanos nos vamos apañando como podemos. El caso es que calles y edificios impiden ver el tamaño real de la Basílica Metropolitana de la Asunción.
Justo enfrente de la cafetería L´Abadía de la plaza de la Reina se encuentra una de esas curiosas esculturas que sirve tanto como disfrute como para quedar bien con los colectivos con diversidad funcional. Todos ustedes la habrán visto alguna vez: se trata de una miniatura en bronce de la catedral que, como todo en nuestra ciudad, tiene una particularidad que no sirve para nada. Es también una fuente. Busquen el botón o pregunten en L´Abadía a Dori, Javi, Carolina o Salva, dónde encontrarlo. Yo les adjunto una foto por si no me creen. El ingenioso mecanismo, que tuvo que hacer las delicias de políticos e invidentes durante su inauguración, está desactivado a la espera de que alguien lo vuelva a descubrir y se ponga de moda como atracción turística complementaria a las botellas de agua, ya pasadas de moda.
Por si ya lo sospechaban, se lo confirmo: estoy hablando de nuevo en metáfora desde la realidad. Nuestra sociedad trabaja en este centro neurálgico cada uno desde su frente y por eso el Arzobispado, a través de la comisión diocesana de Espiritualidad, inició el pasado miércoles 26 de octubre, y seguirán haciéndolo cada último miércoles de mes, un ciclo de surrealistas -en su sentido más profundo- conferencias en torno al lema de la espiritualidad en el marco del V centenario de Santa Teresa de Jesús. “Espiritualidad y vivencia de la Misericordia” fue la que estuvo a cargo del jesuita Darío Mollà. Ya se esperan con impaciencia las siguientes: “El malestar religioso en nuestra sociedad, por D. Agustín Domingo Moratalla Profesor de Filosofía Moral y Política y Director de UIMP de Valencia; “El hombre y la sociedad, necesitados de trascendencia” por el teólogo malagueño Alfonso Crespo Hidalgo; “La presencia de Dios en la historia” (debe ser una errata esa minúscula en Historia) por el Vicario para la Vida Consagrada, Martín Gelabert Ballester y “La espiritualidad mariana, reflexiones desde el magníficat” de Juan Belda Plans, Doctor en Teología y Miembro de la Academia de Historia Eclesiástica de Valencia.
Pero no sólo hay iniciativas místicas impulsadas por la Vicaría de Evangelización a través de su Comisión Diocesana de Espiritualidad. Hay contrapartidas. Por su parte, el Ayuntamiento de Valencia, mediante la Regiduría de Participación Ciudadana y Acción Vecinal, sección de encajes urbanos, abrió su Proceso de Implicación Ciudadana con los talleres-debates titulados “Participa Reina!” (no sé si falta una coma para favorecer al hashtag). El pasado 24 de octubre fueron diversas miradas sobre un mismo espacio: la Plaza de la Reina a debate, con un recorrido urbano con perspectiva de género con diversos colectivos de mujeres que viven en el contexto urbano y social.
La concejala de Igualdad y Políticas Inclusivas, Isabel Lozano, y el concejal de Participación e Innovación Democrática, Jordi Peris se juntaron con la plataforma Escoltem Velluters, la entidad Techo, Mujeres de la Plaza Redonda, la psicóloga feminista María Huertas Zarco de Mujeres de Negro (antes Mujeres para Salud y Paz) , el Colectivo de Padres y Madres de Ciutat Vella y alguna vecina.
A los vecinos, más que las formas y el misticismo y además del primordial ámbito fallero, les interesa saber dónde pueden aparcar, si les van a quitar el olivo que hace sombra y sirve de decorado para el incómodo belén navideño, si van a meter un carril-bici para sumarlo a la alegría circulatoria reinante, multiétnica y con personas disfrazadas de hábito. Cuando llega el día de difuntos, con sus disfraces sanguinolentos, sus misas y sus payasos diabólicos (“¿No podíamos haber copiado otra cosa?”, comentaba alguien con más sensibilidad que la habitual) la plaza de la Reina se convierte en ESA escena de Blade Runner.
Por cierto que me encontré con la colorida artista Adis Soriano, que ya está preparando para el día 2 de noviembre, en el Colegio Mayor Rector Peset, su altar tradicional al estilo mexicano dedicado a la pintora Frida Kahlo. Ya saben que en este país el “día de los muertos” se celebra con emotividad y alegría, incluyendo en las casas un pequeño altar donde se recuerda a los seres queridos que nos han dejado y a los que se invita a regresar para que nos acompañen por un tiempo. También la Asociación Cuauhtémoc de la que ya les he hablado alguna vez hará el día 1 en el Mesón de Morella su concurso de calaveritas literarias, que son versos en rima de forma simpática, por lo regular resaltando cualidades, defectos, hechos o circunstancias de una persona, lugar o situación. Su altar será en honor de David Castro y el cantante Juan Gabriel, recientemente desaparecidos.
El festival de arte al aire libre y el centro de Valencia, Intramurs, se ha celebrado de una manera más pausada en esta edición. Pausada lo digo por mí, porque sólo he podido asistir casi en su clausura al increíble taller-vivienda-obrador de joyería y esmalte de Pepe March, un lugar único que merece visitar si no lo conocen, por ser único en la ciudad y con restos de la muralla árabe en la calle Mare Vella 19. Se presentaron las últimas creaciones slow fashion con título SEDADA, de Isedas y un vestido de novia lunero con polisón de nardos de María Navarro y Carmen Asins de Les Barraques. Me perdí este año, entre muchas cosas, los talleres de Fuencisla Francés y Pablo Noguera, pero en el taller de March me encontré con Alejandro Noguera, Helena Calvillo Samada, Mariló Mascuñán, Martín Forés Sanz, David Llop, Consuelo Chambó Castell, Joaquin Montón, Ana Margarit , Jose Luis Hernandiz, Joan Gregori Berenguer, Gonzalo Villar. Asun Bonilla, Olga Conca, Matilde Alonso Salvador, Isbel Messeguer, Carlos Lozano, Gonzalo Villar, Juan Martínez , Joaquín Montón, Catalina Leonarte, Silvia Castillo y Santiago.
Luego acudí de incógnito pero bien acompañado por Eva Ruíz e Inma Mañes al primer laboratorio de mozarella preparado a diario hecho con leche de búfala traída del sur de Italia. Y lo hacen, no de cualquier manera, sino según el espíritu de una familia italiana de finales del XIX, la viuda Iris y sus tres hijas, Gigliolia, Gloria e Italia. Reconozco que tenía interés personal, ya que mi bisabuela Bianchi hizo su viaje de emigrante a Valencia, pero desde la gran hambruna de Nápoles de finales del XIX debida a la diabólica conspiración de los comerciantes de Génova, Liorna y la ciudad Marsella. No es una historia muy conocida porque en España estábamos intentando modernizar la Corte con Esquilache, modernización espantosa a la que también nos rebelamos por la prohibición de llevar capa y sombrero de ala ancha. Hasta ahí podíamos llegar.
La historia de esta familia radica sin embargo en el Sur de Italia y tiene un bonito guión que recrean en su tranquilo local de la calle Conde Altea 53 los cineastas Massimo Natale, director de cine y productor, Gianpiero Fontana, productor de teatro, y las actrices Daría Botte y Silvia Delfino.
Del origen del mozzarella de búfala -un animal propio de Asia- existen varias historias más o menos coherentes que incluyen a los ostrogodos, pero lo providencial fue su encuentro con el tomate traído de América y la albahaca mediterránea. Digo “el” mozzarella porque el queso tiene género masculino y las normas gramaticales me obligarían a hablar de la queso mozzarella o la queso emmental, y ya saben que soy caballero de causas perdidas, pero les permito feminizarlo a su gusto.
No se les ocurra minimizar el sabor de este queso, hecho dentro del local con productos naturales al igual que se hace en Apulia, Basilicata, Calabria, Campania o el Lacio. Es de textura fibrosa y ligeramente grasa tanto en fresco como tierno, pudiendo tomarse al natural o fundido. El mozzarella de bufala campana battipagliese con cuajada original o cocida con vapor es un producto especial, único, exclusivo, difícil de conseguir. Un queso distinto a los demás por su sabor algo dulce y por su textura ligeramente crocante. Y además es uno de los iconos de la cocina italiana, como la ensalada caprese, las pizzas, pasando por las carnes y verduras y ya no nos metemos en la burrata, porque éste otro queso de La Puglia está hecho con leche de vaca. No pueden imaginar cuántas industrias lácteas españolas estuvimos visitando para encontrar en el programa Un País Para Comérselo un auténtico mozzarella y les puedo decir que hoy por hoy es el primer lugar donde he podido encontrarlo.
Como saben, en Valencia todo ocurre en el mismo momento hasta la apertura de la esperada Consellería de Ordenación de Eventos, así que la semana que viene les hablaré de mi nombramiento como Consejero Asesor de Arte y Filosofía por la revista Canibaal cuya presentación de su número “Ironía y brevedad” tuvo lugar con música de Lalo Narbona mientras se inauguraban y pre-inauguraban centenares de exposiciones, museos, obras de teatro, música de Mike & Mona, fiestas mundanas y fútbol. Eso sí, en la revista, desde la comodidad de sus páginas, podrán encontrarse con Adriana Calvo, Maite Ibáñez, Miguel Miraver, Ana Pérez Cañamares, Guillermos Fadanello, Franco Chiaravalloti, Rafael Camarasa, Artur Heras, Consuelo Chambó, Jesús García Cívico y Lu Yu Han desgranando saberes, filosofías y otros pormenores que hacen que la vida se haga en nuestra ciudad más distraída hasta que lleguen los marcianos a salvarnos, como dice la gran Tesa Arranz Mascarós
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